Las instituciones financieras deberán dar cuenta si existieron operaciones sospechosas por parte de Fuente-Alba y, de ser así, por qué, pese a ser una figura políticamente expuesta, no se dieron las señales de alerta respectivas a la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
El jefe de la Fiscalía de Delitos de Alta Complejidad de la Zona Centro Norte, José Morales Opazo y el ministro en visita extraordinario de la Corte de Apelaciones de Santiago, Omar Astudillo Contreras, enviaron oficios a cuatro bancos de la plaza y a otras instituciones financieras.
Esto, con el fin de abrir las cuentas corrientes y otros instrumentos de inversión como depósitos a plazos y fondos mutuos, del excomandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba Poblete.
Según consigna The Clinic, se trata del Banco de Chile, BCI, Scotiabank y Santander. Los persecutores además requerirán antecedentes a Corredoras de Bolsas.
Todas estas instituciones deberán dar cuenta si existieron operaciones sospechosas por parte de Fuente-Alba y, de ser así, por qué, pese a ser una figura políticamente expuesta, no se dieron las señales de alerta respectivas a la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
Tal como señala el medio online, los informes entregados por la UAF concluyeron que el general (r) no cuenta con fuentes alternativas de ingresos, por lo que todos sus bienes e inversiones deben cuadrar con su sueldo militar.
De acuerdo a los documentos oficiales del Conservador de Bienes Raíces y el Registro Civil, Fuente-Alba posee cinco propiedades inscritas a su nombre; dos compradas por su esposa, Anita María Pinochet Ribbeck y dos vehículos de lujo del año. Esto, sin contar otras propiedades que compró y vendió.
El patrimonio de Fuente-Alba no calza con lo que pudo haber ahorrado gracias a su carrera. De igual forma, los ingresos del ex uniformado no calzan con su nivel de gastos.
El artículo además reveló un documento oficial del Ejército donde se establece que Fuente-Alba recibió en total $187.367.861, además de otros $14 millones por su labor docente.
En ese mismo periodo, invirtió en autos de hasta $85 millones, más del 45% del dinero del que dispondría si hubiera ahorrado el 100% de sus remuneraciones.
En 2011 compró un AUDI S6 ($66 millones), que usó por 12 meses. En septiembre de 2012, compró un A8 automático ($89 millones) que ocupó por siete meses, ya que en marzo de 2013 retornó a un S6 ($66 millones) que usó por cinco meses. En agosto de 2013 adquirió un Volswagen Passat ($25 millones) que estuvo en su poder dos meses. En junio de 2014, se hizo de un Mercedes Benz S500 ($85 millones) que vendió en septiembre de ese mismo año, para obtener un Mercedes Benz E500 ($70 millones) que transfirió en mayo de 2015. En junio del año 2015, compró un Grand Cherokee 3.0 ($40 millones) y en noviembre una Station Wagon Mercedes Benz ($36 millones).
