“Luego de más de un año de trabajo prelegislativo, en el que hemos tenido más de diez reuniones con el Mineduc, el gobierno no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para presentar al Movimiento Social una reforma que ponga su énfasis en la reconstrucción y ampliación de la educación pública” señaló Camila Rojas.
A las críticas realizadas ayer por la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá (PPD) -quien señaló que el movimiento estudiantil se trata de “pequeños grupos ultra radicalizados y ultra violentos”-, se sumaron las de la presidenta Michelle Bachelet, que pidió referirse específicamente al tema hace dos días, señalando que “que Chile necesita una juventud con ideales y comprometida con los asuntos públicos, pero eso se hace construyendo y no destruyendo”.
Solo algunas horas más tarde, el vocero de Gobierno, Marcelo Díaz (PPD), salió a respaldar a la mandataria en un punto de prensa: “Ni siquiera somos capaces de comprender lo que están planteando, porque tampoco hay una exposición muy clara de las cosas”, cuestión que fue respondida de inmediato a través de su cuenta de Twitter por la vocera de la CONFECh, Camila Rojas: “lo que no se entiende son sus ‘reformas’. Queremos más educación pública, no más estudiantes de primera y segunda categoría”; crítica que se consolida entre las dirigencias estudiantiles luego de una nueva reunión con el Mineduc en que éste presentara un nuevo PowerPoint con elementos que se considerarían en la reforma a la Educación Superior, sin abrirse a presentar el articulado del proyecto de ley al CONFECh.
“Luego de más de un año de trabajo prelegislativo, en el que hemos tenido más de diez reuniones con el Mineduc, el gobierno no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para presentar al Movimiento Social una reforma que ponga su énfasis en la reconstrucción y ampliación de la educación pública” señaló la vocera CONFECh.
Respecto a las situaciones de violencia en las marchas, Camila Rojas abordó el tema en una columna aparecida en la revista Qué Pasa, en donde señaló que “hemos tenido que elaborar maniobras discursivas que nos permitan evadir este tema (el de la violencia), pues hace peligrar nuestras pretensiones de poner en el centro de la discusión la crisis de la educación pública”, pero dejando en claro que “Esta evasión ha tocado techo, y debemos enfrentar la situación para superar el amedrentamiento comunicacional que busca criminalizar al movimiento por la educación”.
