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Economista José Ramón Valente: «Los que pudieron ahorrar y no lo hicieron hoy piden el fin de las AFPs»

Economista José Ramón Valente: «Los que pudieron ahorrar y no lo hicieron hoy piden el fin de las AFPs»

Director ejecutivo de Econsult recordó una anécdota cuando estudiaba en la U. de Chile para hacer una analogía con aquellos que no ahorraron en su vida laboral.


José Ramón Valente, socio y director ejecutivo de Econsult, escribió una columna de opinión que fue publicada hoy en el portal El Líbero donde se refiere al actual debate que ha girado en torno a la reforma al sistema de pensiones.

En su escito, el economista comienza relatando una anécdota universitaria.

«Siendo alumno de cuarto año de ingeniería comercial de la Universidad de Chile a principios de los 80, llegué al campus de Portugal temprano en la mañana a dar una prueba de macroeconomía. Al entrar a la sala se me acercaron un par de compañeros a decirme que no habían alcanzado a estudiar porque habían tenido un carrete el día anterior y que se estaban organizando para pedirle al profesor que suspendiera la prueba y la cambiara para otro día. La sorpresa de mis compañeros fue mayúscula cuando yo me negué a unirme al petitorio. Me dijeron de todo; amargado, pesado, mala onda, etc. Pero lo que más me dolió fue que me acusaran de ser poco solidario. En ese tiempo yo era fanático del tenis y esa semana se jugaba la copa Davis en Chile. Un amigo me había convidado a ver los entrenamientos de los equipos en las canchas del Estadio Nacional, oferta que yo había rechazado porque tenía que estudiar para la prueba de macroeconomía. El esfuerzo no había sido menor. Créanme que habría preferido mil veces ir al tenis que estudiar para una prueba de macroeconomía. Yo genuinamente sentía que no había hecho nada incorrecto al negarme a apoyar la moción de suspender la prueba, pero el reproche social a mi conducta entre mis compañeros fue bastante generalizado», dijo José Ramón Valente.

«Esta anécdota de mi vida universitaria nunca se me olvidó. Primero, porque parece ser un dilema ético donde hay una diversidad de opiniones. Algunos piensan que era justo no suspender la prueba, otros piensan, como la mayoría de mis compañeros, que mi actitud fue poco solidaria. Segundo, porque he visto esta misma situación repetida muchas veces a través de mi vida. Personas que no hacen sus deberes y luego exigen solidaridad de quienes sí los hacen. Y personas que nada tienen que perder o ganar en el asunto, que juzgan negativamente el actuar de los primeros por no ayudar a los segundos», agregó.

«En estos días, la polémica sobre las AFP y las bajas pensiones me ha recordado nuevamente esta paradoja. Sin duda que hay gente que ha tenido mala fortuna en la vida; enfermedades, periodos de desempleo prolongados, empleadores que les han usurpado sus cotizaciones, etc. Para todos ellos valga la solidaridad y la búsqueda de una solución que les permita una pensión digna. Pero, ¿podemos decir lo mismo respecto de quienes pidieron que les cotizara por el salario mínimo para aumentar su sueldo líquido, o los que decidieron no cotizar mientras eran empresarios o trabajadores independientes porque la ley no los obligaba, o los que cotizaron solo un mes para recibir un bono del gobierno, o aquellos que decidieron trabajar menos para evitar el estrés de la vida laboral?», prosiguió.

«En mi opinión, todos aquellos que pudiendo ahorrar no lo hicieron y hoy piden el fin de las AFP, con la clara intención de utilizar los ahorros acumulados con tanto esfuerzo en las cuentas individuales de los trabajadores, son equivalentes a mis compañeros que me pidieron suspender la prueba. Todos aquellos que, sin pensar mucho, aprueban la medida y solidarizan con ellos, son como el resto de mis compañeros que me miraron con desaprobación y me acusaron de poco solidario cuando me negué a unirme al petitorio», reparó.

«Entiendo que el dilema no es de fácil resolución. Especialmente porque el tiempo no se puede volver atrás. El que no ahorró durante la vida ya no puede ahorrar ahora. Igual que el que llega sin estudiar a la prueba, no puede volver el tiempo atrás y decidir no ir al carrete. ¿Debe la autoridad ceder a la presión de los que no ahorraron, forzando a los que sí lo hicieron a compartir sus ahorros?. Mi profesor sí suspendió la prueba. Yo me quedé sin ir al tenis y mis compañeros no tuvieron costo alguno por ir a su carrete. A mí me sigue resultando difícil de aceptar que mis compañeros me hayan acusado de poco solidario. ¿Qué opina Ud.?», concluyó.

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