En 2012 se terminó el tradicional uso de tinta en el dedo pulgar una vez emitido el voto.
El pasado 17 de octubre, la Comisión de Gobierno Interior discutió cuando fue presentado el proyecto que busca subsanar el error en el padrón electoral, iniciativa que sorpresivamente fue luego retirada, sobre la necesidad de establecer la obligación, tras el sufragio, de entintar el dedo de los votantes, estampando su huella al lado de su firma y con la firma del presidente de la mesa, como un medio para reforzar la imposibilidad de votar en más de una oportunidad.
Desde 2012, el famoso entintado del dedo pulgar no es utilizado. A partir de entonces sólo se entintan los dedos de los no videntes y analfabetos para que dejen su huella digital en vez de la firma.
Desde entonces, los más afectados fueron las pymes dedicadas a este rubro. “Hay transportistas, fabricantes de botellitas para tintas, los de servilletas y muchos otros que también pierden con esta nueva medida; hay que adaptarse nomás”, dijo Jorge Gabler González, dueño Industrial y Comercial Talinay.
“Hay transportistas, fabricantes de botellitas para tintas, los de servilletas y muchos otros que también pierden con esta nueva medida; hay que adaptarse nomás”, agregó el empresario a La Cuarta.
“Presidentes, empresarios, deportistas y millones de personas usaron mis tintas en más de 20 años que estuve relacionado con el Servel. Es una lástima que se termine la tradición. Tengo la esperanza de que para las próximas elecciones se reconsidere la medida”, concluyó Jorge.
Entonces, ¿Por qué se terminó la tradición? Las actuales medidas de seguridad y el nuevo padrón hicieron que no fuera necesario, explicó el Servicio Electoral.
