Publicidad
La semana que cayeron los bonos de Piñera en la derecha Reaparecieron los dos fantasmas del ex Presidente: conflicto de interés y Carlos Larraín

La semana que cayeron los bonos de Piñera en la derecha

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
Ver Más

En Chile Vamos confiesan que esperaban que pronto se pusiera en la palestra la doble militancia del ex Mandatario con la política y los negocios, y la mayoría apuesta a que es incombustible, que el país ya tiene una opinión arraigada –para bien y para mal– de él, que nada cambiará eso. Sin embargo, algunos advierten que el umbral de exigencia ciudadano sobre estos temas aumentó considerablemente los últimos dos años y, si bien el electorado de derecha puede mirar al techo, temen que el voto de centro no lo haga y le dé la espalda.


Había pasado bastante rato navegando por aguas tranquilas, con el viento a su favor, liderando las encuestas y con el panorama en la derecha extraordinariamente ordenado, con todos sus posibles contrincantes alineados con una primaria legal que garantiza una candidatura única del sector para disputar el regreso a La Moneda. Pero la tranquilidad del ex Presidente Sebastián Piñera se terminó cuando reapareció su eterno fantasma: el conflicto de intereses, al salir a la luz pública –a través de un reportaje de El Mostrador– que su sociedad Bancard tenía acciones en la pesquera peruana Exalmar S.A., mientras era Mandatario y ocurría el litigio en La Haya entre Chile y Perú, empresa que tendría beneficios directos gracias al nuevo límite marítimo que aumentó en 22 mil kilómetros las costas del país vecino.

La situación desató una ola de reacciones los últimos dos días, como también los anuncios –desde el PS, la DC y el PPD– de solicitar una comisión investigadora de la Cámara de Diputados y, asimismo, la querella que el diputado PC, Hugo Gutiérrez, presentará hoy ante tribunales por negociación incompatible y uso de información privilegiada.

Así como en su momento la Presidenta Michelle Bachelet gozó de ser “incombustible” y nada afectaba su supremacía en las encuestas hasta que estalló el Caso Caval, en materia de conflicto de interés pasa lo mismo con Piñera: nada lo afecta.

No es la primera vez ni el primer caso con el que se pone en blanco y negro la permanente contradicción entre su lado político y el empresarial: «Quiero expresar mi opinión respecto a este fideicomiso tuerto, porque no es ciego; bueno, quedaron 1.700 millones fuera de este fideicomiso. Qué lástima porque se trata del ex Presidente de la República (…) sería bueno que sus voceros nos explicaran cómo fue esto de los 1.700 millones que quedaron fuera del fideicomiso, era un ciego con los ojos bien abiertos, entre las Cascadas y el fideicomiso trucho, sería bueno que el futuro candidato presidencial de la derecha nos explicara un poquito para no estar todo el período preguntándole qué pasó», dijo en marzo del 2010 el entonces timonel del PS, Osvaldo Andrade, solo cinco días después que Piñera hubiese dejado La Moneda y ya fuera de conocimiento público, por la revista Forbes, que el ex Presidente había aumentado su fortuna personal entre el 2001 y el 2013 en 100 millones de dólares, alcanzando un patrimonio de 2 mil 500 millones de la moneda norteamericana.

En la derecha explicaron que, siendo un flanco permanente de cuestionamientos, la molestia principal de Piñera el lunes, que fue notoria cuando salió personalmente a responder por lo de las inversiones en Perú, pasa principalmente por el hecho de que esa información de las acciones en la pesquera peruana pone en tela de juicio su capacidad de gobernar, su talla de estadista, algo que siempre le ha afectado más de la cuenta. “Eso es lo que refleja su performance del lunes”, afirmó un histórico RN.

En Chile Vamos –entiéndase las directivas de los partidos y las bancadas parlamentarias– nadie se movió ni dijo nada públicamente el lunes hasta que, desde el círculo de colaboradores más cercanos de Piñera, les hicieron llegar una minuta explicativa con antecedentes de la situación.

También se les envió el comunicado con la declaración pública que poco después haría el ex gobernante, pasado el mediodía, en la que no desmintió ninguno de los antecedentes de la información, sino que, junto con asegurar que él no estaba enterado de nada, optó por la fórmula de acusar una campaña sucia, lo que reafirmó horas más tarde, en Canal 13, donde habló de “dudas tendenciosas”, “malintencionadas” y miserables”. La estrategia de defenderse apuntando a los medios de comunicación no es nueva, se ha visto replicada de príncipe a paje, de derecha a izquierda, en casi todos los casos de financiamiento irregular de la política y conflictos de interés, en el Caso Penta, Caval y SQM. Y, en el caso de la Presidenta Bachelet, el asunto llegó hasta una fracasada querella contra revista Qué Pasa.

[cita tipo= «destaque»]“Piñera interpretó mal el regreso de Larraín, se puso nervioso, lo que pasa es que a él le gusta tener incondicionales, eso quiere, pero en la práctica eso nunca lo ha ayudado y Larraín nunca ha sido un incondicional”, explicaron en la mesa de RN.[/cita]

La derecha efectivamente apoyó al ex Mandatario y se cuadró públicamente con el mismo discurso, precisar que creían en su palabra de que no sabía nada, destacar el fideicomiso del 2009 y acusar una campaña de desprestigio a la imagen del ex Jefe de Estado. Pero en la misma coalición opositora ayer reconocían, puntualmente en RN, que faltaron voceros, que faltó contingente que saliera a copar los medios de comunicación, que dieran entrevistas y defendieran más enérgicamente a su ex Presidente.

La falta de dirigentes y parlamentarios dispuestos a ponerse frente a las cámaras y los micrófonos ayer fue evidente, según confesaron en la propia derecha, al punto que incluso –explicaron en el propio canal de televisión– CNN Chile en su cotizado horario prime, que conduce Daniel Matamala, no logró que ningún rostro de Chile Vamos se comprometiera o se asumiera disponible la noche del lunes para ir al estudio de dicho noticiero a responder por Piñera.

“Faltó lealtad en la alianza, hubo pocos que salieron a hablar, pocos lo defendieron, muchos no quisieron salir porque asumen que la gente se hace un juicio independiente de los antecedentes y temen ser salpicados”, se lamentó uno de los dirigentes de RN.

El conflicto de interés de Piñera era algo que en la oposición esperaban que saliera nuevamente a la palestra, que en algún momento se pondría nuevamente sobre la mesa su evidente debilidad. Dicen que mayoritariamente en la coalición consideran que sí hay una campaña de desprestigio contra el ex Mandatario, que el grueso le cree y, a lo más, ven una acción desprolija de parte de Bancard sin doble intención, pero sobre todo apuestan a la incombustibilidad de Piñera para no verse afectado en las encuestas por este episodio.

“Es inmune a este tipo de denuncias”, explicó un ex colaborador de La Moneda entre el 2010 y el 2014. La razón, agregaron en Chile Vamos, es que la ciudadanía ya conoce a Piñera, tiene una opinión formada y arraigada de él, para bien y para mal, saben cuáles son sus características, por lo que es muy difícil que eso cambie por temas sobre los cuales siempre se le apunta. “A la gente le importa que mueva la economía, que genere empleos, no le piden otra cosa”, agregó un dirigente de la Alianza.

Sin embargo, algunos en RN advierten, eso sí, que dicha inmunidad efectivamente le haría mantener por ahora su liderazgo en las encuestas e incluso ganar la primaria de Chile Vamos, pero temen que no sea suficiente para recuperar La Moneda en la presidencial del 2017, considerando que esa se constituirá en una disputa que será estrecha y en la que cada voto va a contar. “El electorado de derecha militante va a votar por él, si es la mejor carta todos lo van a apoyar, el tema es que este tipo de cosas lo complican para hacer crecer su base de respaldo, conquistar votos en el centro, donde sí importan estos temas”, agregó un ex colaborador del Gobierno piñerista.

Añadieron dos elementos que temen terminen jugando en contra. Uno, no menor, que el país ha cambiado los últimos dos años y la tolerancia a los conflictos de intereses es distinta, el umbral de exigencia es mayor y, segundo, que en la propia derecha a algunos les hizo mucho ruido que el ex Mandatario argumentara que no sabía nada, misma explicación que en su momento, el 2015, usara Bachelet para responder sobre el Caso Caval y por la cual Chile Vamos, salvo pocas excepciones, la ha fustigado públicamente y dudado de su palabra.

“Ahí pecamos de inconsecuencia”, reconoció un dirigente de RN.

No por nada, el senador Manuel José Ossandón –contrincante de Piñera para las primarias que tiene un mejor rendimiento en las encuestas fuera de las fronteras formales de la derecha– puso el acento ahí el lunes: “Yo diría que esta es la denuncia más grave que hemos tenido en la historia de Chile, si es que fuera verdad. Por eso es que los voceros del ex Presidente y el ex Presidente van a tener que dar explicaciones (…) llevo mucho tiempo, años hablando de este tema, y diciendo que es incompatible y es perversa esta relación entre los negocios, el dinero y la política».

El regreso

A nivel popular se dice que, cuando viene una mala noticia, aparecen todas juntas y así le pasó a Piñera, ya que a sus dolores de cabeza se sumó hace unos días el anuncio del regreso a la primera fila política del ex timonel de RN, Carlos Larraín, quien se integrará como uno de los vicepresidentes a la mesa directiva en un nuevo mandato del diputado Cristián Monckeberg. El ex senador siempre se ha caracterizado por un estilo político peculiar, franco y directo, muchas veces excesivamente frontal para el gusto del piñerismo, ya que no olvidan los diversos gallitos que protagonizó con el ex Mandatario durante los cuatro años que estuvo en La Moneda.

La tensión entre ambos tiene varios años ya. Al ex Presidente y a su círculo de hierro les hace ruido, les genera cierto nerviosismo el regreso de Larraín precisamente porque los pone en situaciones incómodas, contra la espada y la pared, golpea la mesa y actúa con excesiva independencia. El ex timonel, en tanto, no olvida lo que consideró una indiferencia y un abierto maltrato de Piñera a RN, su partido, durante su administración.

“El regreso de don Carlos es un mensaje claro para Piñera, es decirle que nada será gratis y que no podrá hacer lo que quiera”, aseguró un RN, ex inquilino de La Moneda.

La mueca en el piñerismo no es gratuita. Si bien el ex senador ha evitado las entrevistas, ha rechazado casi todas las peticiones de los medios de comunicación, sí dio unas declaraciones en El Mercurio, donde dijo con todas sus letras: “No solo nos pidan votar por una imagen, un recuerdo, una cierta nostalgia, sino que se den razones para votar”.

Larraín, aseguraron en RN, vuelve “en gloria y majestad”, con un partido fortalecido gracias a la gestión de Monckeberg. Después de más de una década de hegemonía UDI, Renovación Nacional se convirtió en el partido más votado en las municipales del 23 de octubre, al obtener más de 800 mil votos (100 mil más que en los mismos comicios cuatro años antes) y eligió casi 450 concejales.

Precisamente esa fortaleza de RN es el objetivo central de Larraín. En RN aseguraron que el ex timonel ha recalcado a varios en el partido que no está en contra de Piñera, que está convencido de que es indispensable que la derecha llegue con un solo candidato presidencial a la elección del próximo año, razón por la cual Ossandón accedió a competir en las primarias y no correr solo hasta la primera vuelta, y que si el ex Mandatario es la mejor carta y gana las primarias, él lo apoyará tal cual lo hizo el 2009.

Pero también ha expresado que no dejará que suceda lo mismo que en el primer mandato, donde Piñera básicamente trató de marginar a las colectividades de la Alianza, y en particular a RN, de su Gobierno, privilegiando su entorno empresarial, lo que desdibujó –a ojos de Larraín– el mensaje político propio de la derecha. No por nada, adelantaron en el partido, uno de los objetivos del ex timonel es precisamente meterse de lleno en el debate constitucional y fomentar iniciativas pro familia, más allá de lo valórico, es decir, en torno a beneficios tributarios y de subsidios, principalmente a los núcleos de clase media baja con hijos.

“Piñera interpretó mal el regreso de Larraín, se puso nervioso, lo que pasa es que a él le gusta tener incondicionales, eso quiere, pero en la práctica eso nunca lo ha ayudado y Larraín nunca ha sido un incondicional”, explicaron en la mesa de RN.

Publicidad

Tendencias