La Presidenta viajó hoy, por segunda vez en su segundo mandato, a la sureña región de La Araucanía, para participar de una fiesta de Navidad con los niños de la zona donde se vive el conflicto mapuche. Los empresarios de la zona la criticaron que no los incluyera en su agenda y cuestionaron, además, que todavía estén en esa región sin Intendente.
La Presidenta viajó, por segunda vez en su segundo mandato, a la sureña región de La Araucanía, para participar de una fiesta de Navidad con los niños de la zona donde se vive el conflicto mapuche.
El viaje de la mandataria se hizo con mucho hermetismo y recién pasada las 20.30 horas (23.30 GMT) se confirmó su llegada a la localidad de Nueva Imperial, a una fiesta que la Presidencia preparó en el Estadio El Alto.
Según informó radio Cooperativa, junto a niños y adolescentes, Bachelet presenció un espectáculo musical y compartió con los pequeños, aunque trascendió que los empresarios de la zona la criticaron que no los incluyera en su agenda y cuestionaron, además, que todavía estén en esa región sin Intendente (Gobernador).
La anterior visita, que se realizó a fines de diciembre de 2015, se preparó con extremo sigilo y estuvo marcada por la polémica debido a la exclusión del entonces ministro del Interior, Jorge Burgos, en momentos en que él lideraba la agenda de seguridad en la zona.
El titular de Interior, que unos meses atrás había hecho gestiones para apaciguar una protesta de camioneros de La Araucanía, debido a la violencia que se vive en la zona, fue marginado del viaje, del que ni siquiera fue informado previamente.
Seis meses después -el pasado 8 de junio-, Burgos hizo oficial su renuncia al cargo, en el que estuvo un año y 25 días, por razones «absolutamente personales».
El conflicto mapuche tiene su origen en la reclamación de algunas comunidades de tierras que consideran ancestrales, pero que están en manos de empresas agrícolas o forestales, y que ha derivado en hechos de violencia que en los últimos años han causado la muerte de varios comuneros, agricultores y policías.
Además, varias decenas de mapuches han sido procesados y condenados por ataques incendiarios a propiedades agrícolas, maquinarias, camiones y bosques, además de robos, asaltos y otros delitos.
Los empresarios de la zona exigen al Gobierno «mano dura» para combatir lo que consideran acciones terroristas, mientras grupos mapuches más radicales han ampliado su consigna básica a una recuperación del territorio que hasta avanzado el siglo XIX cobijaba a la «nación mapuche».
En ese marco, se han detectado bandas de delincuentes comunes que utilizan la situación para robar madera, ganado y otros bienes.
