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Aldo Schiappacasse descarta que Lagos llegue a las primarias: “Lo van a bajar, paradójicamente, los mismos que lo subieron” No obstante, asegura que le va a costar “muchísimo aceptarlo”

Aldo Schiappacasse descarta que Lagos llegue a las primarias: “Lo van a bajar, paradójicamente, los mismos que lo subieron”

El periodista y comentarista deportivo, en entrevista con El Mostrador, desenrolló su faceta más política y no solo pronostica un negro futuro para la candidatura del ex Presidente, sino que también admite que le causa “risa” la desvergüenza de la clase política actual: “Este un país increíblemente más entretenido que el que había antes; me parece fantástico que se cuestione todo, que nadie le crea nada a nadie. Me divierte, por ejemplo, que Patricio Walker diga que se le perdieron los mails, ¡es increíble!”.


Para Aldo Schiappacasse, Chile es un país divertido. Desde Caval hasta la eliminación de los correos electrónicos de Patricio Walker; desde los negocios de Piñera hasta la colusión de las empresas; desde las candidaturas de los “muertos vivientes” hasta un 2017 que, según él, estará marcado por la incertidumbre en cuanto a los grandes temas sociales que se levantaron en este gobierno pero que, hasta ahora, “no han sido resueltos”.

-¿Qué concepto se te viene a la mente cuando piensas en el 2017?
-Políticamente, me parece que es el año del fórceps, que es una cuestión que hacían para sacar las guaguas con problemas; las agarraban de la cabeza para tirarlas para afuera. A ver, se viene complicado. La clase política va a tener que hacer un esfuerzo denodado por vendernos la barrera de los viejos carcarmales para resolver los temas más urgentes. Además, el próximo año será muy crítico en términos políticos, porque hay que convencer a la gente de que participe en una cuestión donde nadie tiene mucha ganas de participar. Y piensa tú que no es solo la elección presidencial: tienes que hacer las consultas partidarias, después las primarias, en fin, es un año que está marcado por elecciones que le importan a casi nadie y eso es preocupante.

-¿Y qué rol cumplirá Guillier en esta atmósfera?
-Yo creo que Alejandro, por mucho que insista en que no es un hombre de la clase política, es alguien que ha vivido constantemente en este tipo de política. Considera que él va apoyado por el Partido Radical, que es casi un anacronismo a estas alturas, y no sé qué lectura podría tener el Partido Radical de un país que está cambiando tan ferozmente.

-¿Tendrán espacio los movimientos sociales?
-Los movimientos sociales, que provocaron tantos beneficios para el país, en términos del debate más que de cuestiones concretas, ahora tienen que pegarse el gran salto. En medio del escenario, con los candidatos y las propuestas de partidos para las elecciones, quiero saber si los movimientos sociales son capaces de levantar un candidato alternativo. La gran duda es esa, ¿tendrá alguien la fuerza suficiente como para levantar a un candidato que mueva y que entusiasme y que no pertenezca a la nomenklatura de los partidos políticos.

Yo creo que puede venir desde el Frente Amplio o desde la organización sindical, si es que logran sacudirse de las mismas malas prácticas. También es posible que venga un líder espontáneo, que dé un paso al frente. Nunca se sabe de dónde salen, pero basta un poco de discurso y un poco de carisma para convencer a mucha gente que todavía no tiene certeza de lo que quiere.

-¿Hasta cuándo seguirán las colusiones?
-En el abuso de los empresarios operan muchos factores que tienen que ver con la justicia, con los medios de comunicación, que tienen que ver con un montón de cosas. A mí me provoca risa cómo han reaccionado los medios de comunicación frente a las colusiones en el último tiempo, porque han demostrado que están mal conectados con la ciudadanía: se conectan a través de estas cosas que inventan los noticieros, las tendencias, donde se cree que la gente está interesada en dónde se hace la mejor cazuela de Santiago. Yo creo que uno de los problemas más urgentes es la ausencia de protagonistas sociales en los programas de debate. Yo que escucho radio y veo tele, noto que los debates políticos tienen la misma composición que tenían hace 35 años. Son la misma gente, representan a los mismos partidos, las mismas tendencias. Lo ves en ‘Estado Nacional’, en el programa del 13. No hay nadie que se salga de eso.

-Considerando el talante de las reformas propuestas por el gobierno de Bachelet, ¿en qué medida seguirán estando presentes de cara a la próxima carrera presidencial?
-A mí me sigue pareciendo que los temas de discusión, los fundamentales de la elección pasada, no fueron resueltos. Todavía el país no sabe qué va a pasar con la educación, todavía el país no sabe qué va a pasar con la salud, la gente no sabe qué va a pasar con las AFP. En definitiva, la gente no sabe qué va a pasar con las restricciones que habría que ponerles a las empresas para que no se coludan. Eso espera la gente de los candidatos, esas respuestas. A medida que avance la elección, van a tener que dejar de jugar a esta tontera de que no soy candidato o que estamos haciendo un programa, y esas pelotudeces. En el aborto, lo que se discutió hace cuatro años, todavía no se ha puesto en práctica ni en marcha, por lo tanto, sigue siendo importante, por ejemplo, qué piensan Insulza, Tarud, Lagos, Piñera, Kast, y todos esos, con respecto al aborto, y esa es una posición que van a tener que tomar de cara a la elección. Los temas urgentes no quedaron resueltos.

-Por tu tono, pareciera que no te aburre la actualidad política.
-Porque este país es increíblemente más entretenido que el que había existido siempre, mucho más que la dictadura, mucho más que la transición, mucho más que los gobiernos anteriores. Me parece fantástico un país donde todo se cuestione, un país donde nadie le cree a nadie. Eso, en mí modo de ver la vida,  es la esencia de todo, que no le creas a nadie. En mi criterio, es el principal motor que te puede mover en términos individuales y sociales, en que desconfías de todo, en que los fiscales tengan tanta importancia, en que los políticos se sientan tan incómodos.

-¿Crees que la clase política ha hecho un mea culpa? En relación con las malas prácticas que a esta altura ya todos conocemos.
-No, ellos no se han dado cuenta que tienen una imagen negativa. A ver, a mí me divierte que Patricio Walker diga que se le perdieron los mails, lo encuentro divertido, lo encuentro audaz como argumento jurídico. Encuentro que en eso hay una provocación social que si la gente no la toma es porque francamente no sabe de qué se trata. Bueno, te insisto, me parece simplemente genial en términos de entretención que salga un senador a decir “¿sabe qué?, se me perdieron los mails”, es increíblemente entretenido, el caso Caval también lo es, o que a Piñera le encuentren negocios nuevos todos los días. Es provocador.

-¿Qué marca el termómetro de la democracia?
-En lo esencial, la democracia en  Chile sigue siendo muy sólida. Es cierto, podrá votar cada vez menos gente, es cierto, tendremos políticos más desvergonzados, es cierto, ya no creemos en nadie, porque no se puede creer en nadie, pero, ¿sabes qué?, hay una esencia democrática que sigue siendo muy trascendente en Chile. En la medida que los empresarios y la extrema derecha no se pongan realmente histéricos, no hay ningún riesgo para la democracia en Chile.

-¿Hay una imagen que represente bien lo que está sucediendo en términos políticos?
-Si tuviera que hacer una referencia, diría que lo de hoy es el regreso de los muertos vivientes. Cuando ves que hay personajes que se resisten a abandonar el plató y que vuelven… me parece impresionante que Fantuzzi siga teniendo el poder que tiene, o cómo se hacen las elecciones en la Sofofa, o que Lagos y Piñera vuelvan al ruedo, que Insulza siga ahí todavía. Me parece que cuando tú ya pensaste que no había más, que se había acabado, que habían ganado los zombis, siempre hay espacio para el retorno.

-¿Se baja o no Lagos?
-Le va a costar muchísimo bajarse, pero se va a bajar. Hay que hacer la distinción, si tú me dices Isabel Allende se bajó o la bajaron, la bajaron; si me dices Insulza se va a bajar o lo van a bajar, lo van a bajar; y yo creo que a Lagos lo van a bajar, paradójicamente, los mismos que lo subieron.

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