La Armada argumentó que en sus unidades puede haber alcohol con autorización previa.
El pasado 20 de enero, el contralor Jorge Bermúdez contestó un requerimiento presentado por el diputado PC Hugo Gutiérrez, quien había solicitado al organismo indagar la eventual responsabilidad administrativa de funcionarios de la Armada por la introducción de bebidas alcohólicas al submarino «Simpson».
Esto, luego que un grupo de marinos comprara 143 botellas de cerveza en el marco de una «celebración de camaradería». El hecho, ocurrido en Iquique en noviembre de 2015, se hizo público en mayo de 2016 cuando una fotografía que mostraba cajas de cerveza apiladas en la cubierta del sumergible circuló en redes sociales.
Tal como consigna El Mercurio, siete meses después, el contralor Bermúdez firmó el dictamen 001980N17, que cita -entre otros- el Reglamento de Disciplina y la Ordenanza de la Armada.
Al respecto, concluye que es una «falta gravísima el introducir o tener bebidas alcohólicas en unidades y reparticiones sin autorización y efectuar en estado de ebriedad actos que desprestigien a la institución o que involucren riesgos para terceros».
De igual modo, establece que «el oficial de guardia en puerto impedirá la introducción de licor a bordo» y que «el sargento de guardia vigilará que no se introduzcan artículos prohibidos a bordo, tales como bebidas alcohólicas».
La Armada argumentó que en sus unidades puede haber alcohol con autorización previa, a lo que el contralor contestó que el decreto 487, de 1988, indica «que tal conducta está expresamente prohibida».
