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El incierto futuro del cuestionado director de la Conaf Opiniones enfrentadas en La Moneda sobre desempeño de Aarón Cavieres

El incierto futuro del cuestionado director de la Conaf

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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A pesar de su currículo, su desempeño hoy tiene fuertes detractores y férreos defensores en Palacio. Eso sí, hay un punto en que transversalmente coinciden: ningunear públicamente a la ayuda que podría significar el avión SuperTanker es considerado un desatino mayor, uno que alimentó la percepción negativa del desempeño del Gobierno, porque eclipsó el despliegue comunicacional y en terreno que hizo el Ejecutivo para sortear de la mejor forma posible la crisis de los incendios forestales.


Es innegable que la emergencia ya pasó. Los incendios en su mayoría ya están apagados desde la VI hasta la IX regiones. Se está canalizando la ayuda y está empezando el largo período de reconstrucción de la zona centro sur. Así, ahora con el polvo más asentado y la crisis bajo control, comienzan los balances a nivel gubernamental de lo realizado las últimas tres semanas, y la evaluación que está en el epicentro de los análisis inevitablemente es la del director de la Conaf, Aarón Cavieres, quien fue duramente cuestionado por su errático manejo comunicacional, al punto que en La Moneda nadie sabe si se mantendrá o no en su cargo.

Cavieres es ingeniero forestal de la Universidad de Chile, Master of Science in Forestry de la Universidad de Wisconsin, especializado en Manejo Forestal Sustentable, en Política Forestal y en Recursos Naturales y Biodiversidad. Es socialista cercano a la corriente tercerista del ex ministro Álvaro Elizalde, asumió las riendas de la Conaf en marzo del 2014 y en el Gobierno aseguran que desde entonces no se ha tomado vacaciones. También, que ya en 2016 alertó del incremento de los incendios forestales, lo que permitió mejorar el presupuesto para que la institución tuviera las herramientas necesarias para hacer frente a este ítem. Pero, a pesar de su currículum, su desempeño hoy tiene detractores y defensores en Palacio. Tantos, que ha generado opiniones enfrentadas en el seno de La Moneda sobre su futuro en la administración bacheletista.

Hay un punto en que transversalmente coinciden en la Casa de Gobierno: la equivocación que cometió el director de la Conaf al ningunear públicamente la ayuda que podría significar el avión SuperTanker.

La semana del 23 al 29 de enero fue de las más críticas, los incendios forestales parecían a ratos sin control, el trabajo en terreno de bomberos y brigadistas no daba abasto para evitar su avance y la administración bacheletista, una vez más, mostró públicamente demasiado tarde su despliegue para enfrentar la crisis, siendo nuevamente acusada de reaccionar tardíamente.

En ese contexto, Cavieres poco y nada contribuyó cuando salió públicamente a responder los cuestionamientos por la supuesta falta de aviones que afectaba a la Conaf para enfrentar los incendios y aseguró que estos “no se apagan con agua”.

No solo eso. Ya estaba sobre la mesa el ofrecimiento de Lucy Ana Avilés chilena residente en Estados Unidos y esposa de uno de los herederos de la multinacional Walmart de financiar la operación en Chile del SuperTanker, pero Cavieres, en su calidad de experto, aseguró públicamente que los “aviones más grandes no sirven para combatir este tipo de emergencias (…). Yo entiendo que hay mucha gente que tiene una fijación con aviones grandes y no sé qué motivo tienen, pero nosotros asignamos los recursos en función de las características. Esos aviones grandes no funcionan para territorios rugosos como el nuestro, que son cambiantes”.

Es cierto que en La Moneda se consideró a todo nivel más allá de la efectividad o no del avión que de trasfondo hubo un interés creado de ciertos sectores políticos, puntualmente la derecha, por sacar dividendos de la crisis, como también por instalar un discurso que ponía el acento en la eficiencia del sector privado en desmedro de los problemas que enfrenta el Estado. No por nada hubo incluso minutas internas en las que se recalcaba la idea fuerza de que el avión no era la única alternativa, sino que un elemento importante dentro de un conjunto de acciones que permitían hacer frente al fuego.

La idea en Palacio era no permitir que se instalara el discurso de la ineficiencia del Estado, pero las declaraciones de Cavieres complicaron todo, convirtiéndolas en palabras muy desafortunadas.

[cita tipo=»destaque»]Pero también hay quienes lo defienden a brazo partido, reconociendo incluso su “indiscutido traspié” de minimizar el apoyo que significaba el SuperTanker en este momento. En el resto de la crisis –recalcaron en La Moneda– se ha desempeñado sin falta alguna, con largas y agotadoras jornadas de trabajo sin tregua. “Si hay alguien especialmente que puede evaluarlo, es quien ha estado hasta las 3 de la madrugada en la Onemi, como el día que se quemó Santa Olga, y ese es (Mahmud) Aleuy”, recalcaron en La Moneda.[/cita]

En La Moneda su performance ha sido calificada desde “desatino” hasta “error garrafal” y lo responsabilizan de haber echado más bencina al fuego, de haber regalado en bandeja de plata un elemento para poner al Gobierno en el foco de las acusaciones públicas, de haber eclipsado con sus dichos todo el despliegue comunicacional y en terreno que se hizo a nivel gubernamental para sortear la crisis de los siniestros de la mejor manera posible.

En el segundo piso de Palacio reiteran que la permanencia de Cavieres es resorte exclusivo de la Presidenta Michelle Bachelet y que nadie puede aventurarse a predecir lo que resuelva la Mandataria, que a mediados de esta semana partió finalmente de vacaciones, tras postergarlas más de 10 días, hasta que los incendios estuvieran bajo control. Agregaron que, a nivel técnico, no existen reparos al desempeño del director de Conaf, pero que efectivamente hay una evaluación muy negativa de su “inadecuado manejo comunicacional”, porque consideran que tiene un modo, una forma de expresarse que refleja desinterés, que da el mensaje equivocado a la ciudadanía, que lo llevó a quedar públicamente como “un obstáculo más que un aporte” en el manejo de la crisis.

La encuesta Cadem del lunes 6 de febrero arrojó que un 77% desaprueba la forma en que La Moneda manejó la crisis de los incendios y, si bien la Conaf obtuvo un 52% de evaluación positiva, marcó 13 puntos menos, muy por debajo de los Bomberos (98%), Carabineros (92%), Ejército (72%) y los alcaldes (71%).     

¿Factura?

Como en toda situación, hay más de una verdad y sobre todo más de una versión. En el gobierno hay varios que por estos días se expresan con dureza sobre el desempeño del director de la Conaf y aseveran que, más allá del episodio del avión, siempre ha tenido poco “tino” y un mal manejo político, que peca de delegar en otros las responsabilidades de sus decisiones.

Pero también hay quienes lo defienden a brazo partido, reconociendo incluso su “indiscutido traspié” de minimizar el apoyo que significaba el SuperTanker en este momento. En el resto de la crisis recalcaron en La Moneda se ha desempeñado sin falta alguna, con largas y agotadoras jornadas de trabajo sin tregua. “Si hay alguien especialmente que puede evaluarlo, es quien ha estado hasta las 3 de la madrugada en la Onemi, como el día que se quemó Santa Olga, y ese es (Mahmud) Aleuy”, recalcaron en La Moneda.

Efectivamente, el poderoso subsecretario del Interior es uno de los principales defensores que tiene Cavieres y en la sede del Gobierno aseguraron que tiene resuelto ir a defenderlo en marzo ante la comisión investigadora de los incendios forestales, que el 26 de enero fue aprobada por la Cámara de Diputados. “Lo va a defender con datos objetivos”, agregaron en el Ejecutivo.

Acusan una intencionalidad desde sectores de la DC por hacer caer al director de la Conaf, una suerte de operación política para exacerbar el error que cometió y pasarle la factura política. En el Gobierno explicaron que en la falange no le perdonan a Cavieres que en marzo del 2015 removiera de su cargo una figura emblemática de la colectividad, el ex diputado Mario Acuña, que se desempeñaba como director regional en La Araucanía.

La salida de Acuña se debió al manejo que tuvo del incendio en la reserva forestal de China Muerta, que afectó a un sector de bosque nativo y araucarias milenarias. Fue duramente cuestionado en ese momento por el mundo sindical, como asimismo ambientalistas de la región, y en la DC atribuyen a Cavieres su salida.

En la ofensiva de la falange contra el director de la Conaf, que acusan en sectores de Palacio, anotan también el interés por cobrar otra factura política, en cuyo marco, si bien Cavieres no tuvo arte ni parte, su salida sería vista como una suerte de compensación por dos derrotas políticas internas: la salida, a fines de octubre, del DC Luis Acevedo de la dirección del Registro Civil, como coletazo por los problemas en el padrón electoral en las semanas previas a las elecciones municipales, y la pérdida de terreno que afectaría al jefe del Departamento de Extranjería y Migraciones, Rodrigo Sandoval, en la discusión del proyecto de ley de migrantes.

En medio de este panorama de pugnas, en marzo debe concretarse el anuncio presidencial de enviar al Congreso una iniciativa que crea el Servicio Nacional Forestal, que apunta a mejorar, ampliar y fortalecer las funciones que hoy cumple Conaf.

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