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El desgarrador testimonio de Nabila Rifo que inculpa a Ortega: «Con el primer golpe me botó al pasto, era una piedra muy grande y con la tercera yo quedé inconsciente» Ayer la perito bioquímico indicó que además de los marcadores parciales de huellas genéticas, se encontró sangre de la víctima en un polerón del imputado

El desgarrador testimonio de Nabila Rifo que inculpa a Ortega: «Con el primer golpe me botó al pasto, era una piedra muy grande y con la tercera yo quedé inconsciente»

En su declaración recordó el momento cuando le dijeron que ya no le sería posible volver a ver. “Los ojos los tenía vendados y un día le dije a la enfermera que porque no prendía la luz, me dijo que había tenido un accidente y dijo que tenía prótesis. Le pregunté si con las prótesis iba a poder ver y me dijo que no. Para mí era un infierno lo que me estaba pasando“, relató entre lágrimas.


Este jueves, en la novena jornada del juicio que se realiza en el Tribunal Oral en lo Penal de Coyhaique por la brutal agresión que sufrió Nabila Rifo el pasado 14 de mayo de 2016, la víctima declaró que Mauricio Ortega, su ex pareja y único imputado, habría sido el autor del macabro acto.

En su relato, Nabila fue categórica y no dejó espacio para dudas, Mauricio la atacó con una piedra luego de que ella decidiera salir de la casa donde habían compartido con algunos amigos.

Contó que tras la pelea que mantuvieron la madrugada del 14 de mayo, salió “despacio, el portón estaba con candado y las llaves estaban en el clavito. Abro, dejo todo colgado en el clavo y dejo el portón abierto. Ahí sale Mauricio, yo iba por Lautaro hacia arriba y Mauricio me decía vuelve, y empieza a seguirme. Después yo lo espero un poco, me decía no peleemos, íbamos caminando, cruzamos Monreal y quedamos frente a frente”.

“Ahí se puso a alegar, le dije que al otro día me iba a ir, que era insolente, insoportable, y en eso me doy vuelta y siento que me pega con una piedra en la cabeza. La primera que sentí, me llegó a retumbar, me bajó todo lo que había tomado, la segunda igual, era una piedra muy grande y con la tercera yo quedo inconsciente. Con el primer golpe me botó al pasto y de ahí ya no doy más, quedo mirando para arriba, me hice como la muerta para que no me siga pegando”, confesó.

¿Por qué entonces en algunas oportunidades salió a exculpar a Ortega?, preguntó el juez. En ese sentido, Nabila explicó que cuando despertó “sentía que todavía quería a Mauricio y cuando me fueron a preguntar yo quise defenderlo diciendo que había sido otra persona, no lo quise culpar a él”.

“Cuando volví a Coyhaique vi a mis hijos, los toqué y no me reconocían. Los más grandes lloraban igual, yo decía cómo los voy a ver, cómo los voy a vestir, cómo los voy a sacar a pasear. Yo sufrí demasiado, por eso dije la verdad“, señaló.

“Yo vi cuando Mauricio me pegó con las piedras, yo lo vi”, respondió al abogado defensor, durante la sesión.

“Cuando desperté en el hospital de Santiago. Mi mente estaba muy confundida, pensé que estaba con mi mamá de viaje comprando muebles, mi mente estaba divagando, no me acordaba de nada”.

Luego Nabila recordó el momento cuando le dijeron que ya no le sería posible volver a ver. “Los ojos los tenía vendados y un día le dije a la enfermera que porque no prendía la luz, me dijo que había tenido un accidente y dijo que tenía prótesis. Le pregunté si con las prótesis iba a poder ver y me dijo que no. Para mí era un infierno lo que me estaba pasando“, relató entre lágrimas.

Asimismo la víctima también relató que vivió junto al presunto agresor cerca de un año en Lautaro 1030, en las cercanías de donde fue atacada.“Eran dos casas, una adelante donde vivía el padrastro y atrás vivíamos nosotros, yo, Mauricio y mis cuatro hijos. La relación siempre fue mala. Siempre fue como frío, calculador, yo hacia todas las cosas mal, me humillaba, él era el único que hacia las cosas bien“, confesó.

En esa línea, agregó que “siempre tuvimos problemas, desde que nos conocimos. Primero andábamos como pololeado y tuve a los dos chicos y me junté con el después de que su mamá falleció, me dijo que íbamos a estar bien, que lo intentemos. Los primeros meses estuvo bien, preocupado, pero después cambió, no se preocupaba de nada”.

Además contó que una oportunidad Ortega llegó a su casa con un hacha. Ese día, tras escuchar unos gritos, se levantó y vio “desde la mitad de la escalera que están rompiendo la puerta con un hacha. Ahí Mauricio entra con el hacha en un hombro, me dijo me buscaste el odio huevona, mi mamá se va a morir, no me importa ni una cosa, te voy a hacer la vida imposible. Yo no lo vi ebrio, pero lo vi con unos ojos rojos como que estaba en otro mundo, nunca lo había visto así”.

Con los gritos, contó que su hermano Elvis se despierta, intentando calmar a Ortega, logrando sacarlo de la casa.

Cabe recordar que ayer miércoles, la perito bioquímico del Labocar de Carabineros, Paulina Rivera Lizana, aseguró que además de existir total certeza de que se encontró sangre de la víctima en un polar o polerón del imputado, también se hallaron marcadores parciales de huellas genéticas del acusado.

Según expuso ante el Tribunal, sería posible concluir que existen rastros genéticos de Mauricio Ortega en ambos pedazos de hormigón hallados en el sitio del suceso, incorporados como prueba por la Fiscalía, pero que debido al estándar interno de pericias del Laboratorio de Carabineros, no fue posible aseverar una total concordancia, pese a existir numerosos marcadores parciales o indicios genéticos del acusado.

Lo anterior permite concluir a la Fiscalía, que los trozos de concreto utilizados para agredir a la víctima fueron obtenidos desde el patio del imputado y trasladados por Mauricio Ortega hasta el sitio del suceso para consumar el ataque.

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