Rechazo de la reforma a la educación superior divide a la Nueva Mayoría
La diputada comunista dice haber sido puesta entre la espada y la pared, y que quiere una reforma en educación superior, pero no a cualquier costo. Para ella hay compromisos que no han sido cumplidos de parte de la administración de Bachelet y eso impedía que diera su voto afirmativo.
Camila Vallejo ha estado en las últimas horas en el ojo del huracán por haber sido, junto a Giorgio Jackson, el voto que impidió la aprobación de la idea de legislar la reforma de la educación superior en la Cámara de Diputados. Más aún cuando, a diferencia de su colega de Revolución Democrática, ella sí es parte de la coalición de gobierno.
En declaraciones a radio Cooperativa, la militante comunista hizo sus descargos y cuestionó al gobierno por su gestión del proyecto. «Yo no voy a aceptar que el Gobierno me responsabilice de la mala gestión política que se ha hecho con la reforma educacional» dijo.
Y agregó que «no voy a estar disponible para el maltrato y no voy a estar disponible tampoco para que el Gobierno me ponga entre la espada y la pared y me llame a desconocer la lucha que he dado desde hace muchos años, incluso antes de ser parlamentaria».
La ex presidenta de la FECH sostuvo que «cuando el Gobierno no cumple con compromisos que son importantísimos para garantizar no solo la gratuidad, sino que el fin al endeudamiento de los jóvenes dado la extensión, además, por el peak tendencial del mecanismo gradual de la gratuidad, la verdad es que no se nos puede pedir lo imposible, más cuando nos ponen encima una urgencia ante unas indicaciones que se presentaron en el último minuto».
«No puede ser que el Gobierno me responsabilice a mí de problemas y faltas y errores políticos que ha tenido la gestión política de esta reforma», manifestó.
Vallejo además recordó que en enero de 2017 hubo una reunión con todos los partidos de la Nueva Mayoría para «resolver los nudos críticos de la reforma a la educación superior», cita donde «se estableció, primero, darle prioridad al fortalecimiento de las instituciones del Estado; segundo, un marco regulatorio fuerte donde, además, no se desconociera el rol de instituciones privadas como el G9; y lo tercero es que el fin al CAE se iba a incorporar en esta reforma educacional y no en un proyecto de ley aparte, cuestión que no se cumplió».
«En última instancia, lo que nosotros le pedimos al Ejecutivo es que cumpliera con ese compromiso dado que no sabemos cuándo se va a cumplir la gratuidad universal y, por lo tanto, en el tránsito a eso habrá muchos jóvenes que van a tener que acceder al endeudamiento con la banca privada. Eso ya no se cumplió», expresó.
Vallejo señaló que «espero que entre hoy y mañana eso se resuelva, porque nadie está a disposición de que no haya reforma educacional, pero nuestro único mecanismo de presión, dado que tiene que ver con elementos y atribuciones de Hacienda, del Ejecutivo, porque implican administración financiera, es presionar antes de la votación de la idea de legislar».
«Nadie quiere que esto no sea una reforma. La reforma de educación superior queremos que este año sea aprobada, pero no a cualquier costo», sentenció.
