Opinión
La decisión del Presidente Trump podría traer consigo una reacción en cadena en las demás grandes economías mundiales, afectando mayormente a los países en vías de desarrollo debido a que carecerían del debido financiamiento para el cumplimiento de las obligaciones y metas asumido por cada uno de ellos.
La comunidad internacional mira con preocupación la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de Paris firmado el 2015 por ciento setenta y cinco países, y que tiene como fin frenar o dar lucha al cambio climático estableciendo medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
No podemos desconocer el liderazgo asumido por Estados Unidos en su anterior administración junto a China, países responsables de casi el 45% de las emisiones de dióxido de carbono en el mundo, sobre todo porque ambos habían asumido la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en porcentajes cercanos al 30 % para el año 2030.
Ahora el panorama es distinto. La decisión del Presidente Trump podría traer consigo una reacción en cadena en las demás grandes economías mundiales, afectando mayormente a los países en vías de desarrollo debido a que carecerían del debido financiamiento para el cumplimiento de las obligaciones y metas asumido por cada uno de ellos.
Recordemos que el Acuerdo de París establece que el aumento de la temperatura global debe estar muy por debajo de los dos grados centígrados. Para lograr esto, los países más ricos deberán proporcionar apoyo financiero a los en vías de desarrollo para impulsar las energías renovables y para enfrentar fenómenos relacionados con el cambio climático.
En Chile no estamos para nada ajenos a los efectos del calentamiento global. Según Greenpeace, Chile es uno de los diez países más afectados a nivel mundial, lo que queda demostrado a una serie de eventos meteorológicos asociados al cambio climático durante el año 2015.
Por eso estamos tomando cartas en el asunto y ya se aprobó en el Senado el proyecto para la ratificación del Acuerdo de París. Como país tendremos la misión de reducir en un 30% nuestras emisiones de CO2 por unidad de PIB al año 2030, además del compromiso de un manejo sustentable y recuperación de 100 mil hectáreas de bosque, principalmente nativo.
El momento es ahora. Ya no podemos esperar más para intentar cambiar esta tendencia que nos puede llevar a un futuro incierto a nivel medioambiental. Estados Unidos tiene un papel protagónico en esta lucha, por lo que lamentamos que la decisión tomada por el presidente electo Donald Trump no haya sido criteriosa, obedeciendo más bien a la defensa de intereses económicos y no pensando en el futuro de nuestro planeta.
