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Ex subsecretario DC de Lagos en trenza tras Ciclo, la empresa que condena a Til Til En el perímetro hay 13 empresas cuyas emanaciones se funden en un gran olor a caca

Ex subsecretario DC de Lagos en trenza tras Ciclo, la empresa que condena a Til Til

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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El proyecto, que se convertirá en un importante destino de residuos peligrosos, contó con la asesoría de Sustentable, empresa donde es socio Clemente Pérez. Aunque el ex presidente de Metro asegura que él personalmente no tuvo nada que ver con la obra, los vecinos sienten que los nombres ligados al proyecto y a la Concertación hacen que sea más difícil escapar del destino al que están condenados.


“Es justo y legítimo el reclamo que está manifestando la comunidad de Til Til, porque hay una historia de 20 años de proyectos que generan impactos sin recibir nada a cambio. Creemos necesario que realmente se nivele hacia arriba, donde podemos ser una punta de lanza de ese cambio. También esperamos que el Estado se haga presente de forma más contundente en la comuna”, prometía Damián Tomic a la prensa a comienzos de mayo, antes que el comité de ministros decidiera el futuro de la principal apuesta de la empresa Ciclo: el proyecto Cigri, Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales.

La comunidad se Til Til se erizó, no solo porque un nuevo proyecto significa sumar más olores, camiones y molestias a una zona saturada, sino también porque sintieron una bofetada del mismo club del poder. “Usted está preocupada de levantar el imperio económico que tiene la familia Tomic», le reprochó el alcalde de Til Til, Nelson Orellana, a la presidenta Bachelet hace pocos días.

Damián Tomic, gerente general de Ciclo, es además hijo de Blas Tomic, miembro de directorio de Codelco hasta el 10 de mayo 2021 y nieto de Radomiro Tomic, candidato presidencial de la DC hace varias décadas.

La empresa encargada de levantar el estudio de Impacto Ambiental está ligada también a un nombre reconocido en la Concertación. Sustentable –empresa de asesorías y gestión ambiental– ha estado a cargo de varios proyectos y tiene entre sus socios a Clemente Pérez, abogado DC. Fue subsecretario de Obras Públicas de Ricardo Lagos y presidente del directorio del Metro de Santiago en el primer Gobierno de Michelle Bachelet. En 2005 intentó ser diputado, pero no tuvo éxito.

Pérez es cercano a Mariana Aylwin y su nombre es parte del grupo “Progresismo con Progreso”, un grupo de democratacristianos que levantaron una bandera que ellos mismos resumen así: “Creemos que lo que hoy está ofreciendo la Nueva Mayoría es un ‘progresismo sin progreso’, que representa un serio riesgo de estancamiento y retroceso para la democracia, los derechos ciudadanos, la igualdad de oportunidades y el desarrollo económico–social”.

Sabina Martínez vivirá a 3 Kms de Ciclo. Cree que los están sepultando en fuentes contaminantes y a nadie le importa.

Sustentable ha trabajado en las áreas de minería, recursos naturales, energía y en otros ámbitos.

Sin embargo, a pesar de su cercanía con la Nueva Mayoría, de haber tenido cargos en los gobiernos de la Concertación y de su amistad con el intendente de Santiago, Claudio Orrego, Clemente Pérez señala que nada tuvo que ver con Cigri. “Yo no mantuve reuniones ni tuve relación alguna con este proyecto”, dice vía telefónica.

En el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental al SEA, no aparece su nombre detrás del proyecto, aunque sí la consultora de la que es socio.

El destino de Til Til

Imagine a Til Til: una comuna ubicada a una hora de Santiago, de 653 km². Según el Censo de 2012, con una población de 14.755 personas. De ellas, 44.7 % vive en zonas rurales.

Imagine de nuevo a Til Til: en esos metros cuadrados no solo caben sus habitantes. Hay también una chanchería, una procesadora de algas marinas, una empresa de molienda de carbón, una fábrica de mármol, el relleno sanitario Los Colorados, una planta de tratamiento de aguas servidas de Aguas Andinas, chatarrerías, otro relleno sanitario, dos relaves mineros, fundiciones de acero, una planta de cemento Polpaico, la minera San Pedro. Y, como si eso fuera poco, también está el penal Punta Peuco.

[cita tipo=»destaque»]La empresa Ciclo, a cargo del proyecto, señala en su página por qué es indispensable llevar adelante el proyecto: de acuerdo al Primer Reporte del Manejo de Residuos Sólidos en Chile (CONAMA, 2010), la generación de residuos sólidos en el país se incrementó en un 42% en el período 2000–2009, lo que exige un necesario desarrollo de servicios ambientales asociados a la recolección, tratamiento y disposición final de esos residuos.[/cita]

Al avanzar por la carretera –a una hora al norte de Santiago– y rozar las localidades que son parte de Til Til, los olores se pelean. Dependiendo de la hora, el olor de la chanchería Porkland es una cachetada. También se puede sentir la acidez de los líquidos percolados.

–Y allá hay una enorme estructura que tampoco sabemos qué va a ser –dice resignada Sabina Martínez, una de las habitantes que se ha organizado junto a otras vecinas para impedir que los proyectos sigan ahogando a la comuna en la que vive desde que nació, hace 41 años.

Sabina apunta a una enorme estructura amarilla que no dice nada, no tiene letreros, pero se sumará a la enorme cantidad de proyectos que mantiene a Til Til viviendo como si fuera el basurero de Santiago.

–Acá no siempre sabemos cuál es el próximo proyecto o qué es lo que tienen pensado para la comuna. Sabemos que se instalará otro relleno sanitario también, en unos años más. El más grande del mundo –comenta atormentada.

Arelys Hurtado, vecina de Rungue, también se queja: “Estamos llenos de plantas de contaminación. Los dolores de cabeza son pan de todos los días. Abres la ventana y, en vez de decir que rico está el día, hueles mierda”.

Olor a caca

Cada una de las empresas se encuentra aproximadamente a 3 km de la siguiente industria. Son los hitos del paisaje. A esa misma distancia estará la casa de Sabina –que vive en Rungue– del proyecto Cigri, el Centro Integral de Gestión de Residuos Industriales que prestará el servicio de eliminación de residuos industriales peligrosos y no peligrosos y que tiene a todos los vecinos hastiados.

Lo peor de todo es que, a pesar de sus quejas, reuniones, cartas dejadas en La Moneda y protestas, la respuesta de las autoridades es que no podía ser otro lugar más que Til Til. Según el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) y el Reglamento Sanitario Sobre el Manejo de Residuos Peligrosos (DS 148/2003 del Minsal), no hay otra ubicación posible en toda la RM.

Solo en sectores calificados como ISAM 6 se permiten actividades peligrosas –características del manejo de residuos industriales de este tipo– y para ello hay dos lugares con esta zonificación: Noviciado, en la comuna de Lampa, y Los Ciruelos, donde finalmente se emplazará el proyecto. Se descartó el primero porque era inundable.

“El Plan Regulador Metropolitano, como plan de ordenamiento territorial castiga a Til Til, pero lo castiga aún más la ley ambiental de Chile”, dice el alcalde de la comuna, Nelson Orellana. “El ministro y el seremi se basan en la institucionalidad y avalan una mala ley. Piensan que es un proyecto, pero es solo uno más de las decenas que tenemos. Esto genera una carga ambiental que considera a Til Til como zona de sacrificio. Y contraviene la Constitución”, enfatiza el jefe comunal.

La empresa Ciclo, a cargo del proyecto, señala en su página por qué es indispensable llevar adelante el proyecto: de acuerdo al Primer Reporte del Manejo de Residuos Sólidos en Chile (Conama, 2010), la generación de residuos sólidos en el país se incrementó en un 42% en el período 2000-2009, lo que exige un necesario desarrollo de servicios ambientales asociados a la recolección, tratamiento y disposición final de esos residuos.

«Abres la ventana y, en vez de decir que rico está el día, hueles mierda», dice Arelys Hurtado, vecina de Rungue.

“Un 48% del total nacional de los residuos industriales peligrosos (lo que representa un volumen anual de más de 200 mil toneladas) fueron destinados a instalaciones de eliminación de la Región Metropolitana (Sidrep, 2010). De estos, más del 75% fue destinado a la única instalación que cuenta con un relleno de seguridad en toda la región, cuya vida útil remanente es muy corta. Esto genera una situación de riesgo y vulnerabilidad ambiental inminente para toda la zona centro del país”, detalla el mencionado reporte.

Javiera Valencia, de Terram, indica que Til Til no tiene plan regulador comunal, donde participen los propios habitantes de manera democrática. “Se supedita al Plan Regulador Metropolitano, que desde una administración central y no democrática definió que la vocación territorial de Til Til es ser el basurero de Santiago”, señala Valencia.

–Nosotros somos los que nos quedamos con la caca, con los olores y parece que somos invisibles –reclama Sabina.

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