«Hay un agotamiento de los partidos políticos tradicionales y viene una política más ciudadana (…) El problema nuestro ahora no son tanta reformas estructurales, sino que esas reformas bajen a la gente común», señaló el abanderado oficialista.
El senador independiente Alejandro Guillier, la principal carta presidencial del oficialismo en Chile según los sondeos, dijo el martes que si gana las elecciones de noviembre impulsará un macizo plan de inversiones y un nuevo pacto entre trabajadores y empresarios para reactivar la economía del país.
Guillier, dijo en una entrevista con Reuters Latin American Investment Summit que los inversionistas pueden estar seguros de que resguardará los equilibrios económicos, pero sin dar la espalda a los chilenos que quieren un «crecimiento con empleo de calidad y seguridad social».
«La economía chilena hoy día tiene un problema de confianza (…) Necesitamos un nuevo acuerdo entre trabajadores, empresarios y el Estado», dijo Guillier.
«En el mundo moderno, los empresarios necesitan sindicatos. Si hay confianza con los sindicatos se pueden negociar sistemas laborales más flexibles. Una cosa lleva a la otra. Tenemos que impulsar una estrategia de desarrollo sustentable, que significa diversificar la economía y agregar cadenas de valor», aseguró.
«Lo primero que hay que hacer es racionalizar el gasto (…) vamos a reordenar el gasto, optimizar y priorizar. No vamos a echar a la gente a la calle para ajustar la economía. Siempre hay un espacio moderado para aplicar una política anticíclica», dijo el legislador.
Agregó que lanzará un plan de inversiones de obras de infraestructura, enfocado en la construcción de viviendas, pasos de integración con Argentina y definirá cuál será el gran complejo portuario estratégico en la zona central de Chile. Junto con ello, impulsará una política más agresiva en materia de energías renovables no convencionales.
«Hay un agotamiento de los partidos políticos tradicionales y viene una política más ciudadana (…) El problema nuestro ahora no son tanta reformas estructurales, sino que esas reformas bajen a la gente común», concluyó Guillier.
