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Líder del Movimiento Autonomista admite que en el FA “falta por erradicar el machismo más brutal de la política» Constanza Schonhaut rechaza que a Beatriz Sánchez se le critique de “liderazgo blando”

Líder del Movimiento Autonomista admite que en el FA “falta por erradicar el machismo más brutal de la política»

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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La dirigenta es una de las mujeres anclas del frenteamplismo. Admite que la fuerza emergente aún no cuenta con “los procedimientos claros para tomar definiciones difíciles”, lo que quedó evidenciado en la crisis por el Distrito 10. Por otra parte, reconoce al feminismo como una lucha fundamental desde el FA y plantea que esta disputa “no sirve si es solo para potenciar a las mujeres con liderazgos masculinizados, eso no tiene mucho sentido. Creo que aún nos falta por instalar este tipo de política en el Frente Amplio, no es sentido común todavía”.


El Frente Amplio se ha definido como un conglomerado feminista y afirmado que su candidata Beatriz Sánchez es la primera presidenciable que plantea este punto como esencial y estratégico para el país. A pesar de esto, Constanza Schonhaut, secretaria general del Movimiento Autonomista, organización fundadora del Frente Amplio, liderada por el diputado Gabriel Boric y el alcalde Jorge Sharp, asegura que aún se mantienen lógicas machistas en el trabajo y liderazgos del frenteamplismo.

Constanza se define como feminista, lleva diez años participando y liderando distintos espacios  políticos y sociales, principalmente en el ámbito estudiantil, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Chile. Debido a su cargo, hoy se constituye como uno de las máximas dirigencias del frenteamplismo, un espacio que –en cierta medida– aún mantiene las lógicas machistas heredadas de la que denomina “vieja política”. Aunque afirma que la distancia con el duopolio se da de manera estructural, “en su forma y su fondo”, constituyendo una nueva política que va más allá de lo moralista, pues es una “nueva forma de construir organización”.

Desde el Movimiento Autonomista la consideran cercana al diputado Boric, también al candidato por el distrito N° 10 y ex asesor del parlamentario, Gonzalo Winter. Participó en el proceso de negociación de las candidaturas parlamentarias, en la mesa electoral del FA y fue parte del equipo que tomó la definición de bajar la candidatura parlamentaria del ex presidenciable Alberto Mayol.

En medio de la crisis, la dirección nacional de Movimiento Autonomista reconsideró su determinación e impulsó un nuevo trato en la mesa política del FA para el sociólogo.

Recuerda que en marzo de este año, cuando llegó a la mesa política del FA, vio que de los 17 representantes de las fuerzas –en el máximo espacio de resolución del frenteamplismo– 14 eran hombres y solo 3 mujeres. En el encuentro hizo hincapié en que “esta mesa no es paritaria, y es una mesa política”. «El Frente Amplio aún es parte de una política en donde sus máximos representantes están en liderazgos masculinos, y la política en sí se da de una manera muy masculinizada”, indicó.

-¿Aún se mantiene la lógica de la dirigenta o militante vista como una “secretaria” o definida para trabajos más orgánicos?
-Nosotros también somos herederos de la política que hay en Chile. Hace diez años que soy dirigenta social y política, y creo que desde un principio fui capaz de darme cuenta de cómo operaba la distribución del trabajo dentro de las organizaciones. Donde a los roles políticos de dirigencia se dedicaban los compañeros y en las labores de tomar acta, organizar las actividades, radicaban en las compañeras. De eso algo se mantiene todavía. Como Movimiento Autonomista hemos impulsado una política de transformación orgánica, donde se vaya expresando y potenciando el rol de las compañeras más político… El hecho de que yo sea secretaria general forma parte de la cultura política de nuestra organización.

-¿Ha habido resistencia a estos cambios, se han topado con el denominado “macho de izquierda”?
-Si bien hay un compromiso certero con el feminismo en el Frente Amplio, creo que ese compromiso significa procesos más y menos avanzados. Efectivamente, en el FA nos encontramos con una política en donde el liderazgo que habla fuerte, el que interrumpe, se para por encima del resto, ridiculiza al otro, está instalado en la cultura de algunas organizaciones, pero lo que nos corresponde, a las organizaciones que tenemos el desarrollo de una política más avanzada, es tomar una iniciativa más concreta en tratar de ir cambiando esa cultura.

El feminismo no sirve si es solo potenciar a las mujeres con liderazgos masculinizados, eso no tiene mucho sentido. Creo que aún nos falta por instalar este tipo de política en el Frente Amplio, no es sentido común todavía, nos falta erradicar al machismo más brutal de la política, que hoy no opera desplazando a las compañeras, porque eso es inaceptable, pero sí con formas de relacionarse a la interna.

-¿Cómo ves ese “machismo brutal” evidenciado en las prácticas del FA?
-Todavía se ve una forma patriarcal de hacer la política, la forma de posicionarse como un mejor liderazgo siempre opera desde un patronaje que implica vilipendiar al otro, subordinarlo, no desde el diálogo ni el mejor argumento, sino desde la disposición. Eso se da harto en la discusión política.

-Se ha criticado el tipo de liderazgo que tiene su candidata presidencial, Beatriz Sánchez. Han dicho que es blanda, que le falta carácter…
-En Chile aún hay una noción de la política como una actividad de hombres. No lo digo porque no existan mujeres líderes, pero se les sigue asociando a formas como las de Ricardo Lagos, el papá de Chile, quien te dice lo que hay que hacer y lo que está bien o mal. Es importante, para los que planteamos una política democratizadora de la vida, exigir que nuestros liderazgos sean distintos. Hoy se le tilda a Beatriz de liderazgo blando, o falta de liderazgo derechamente, porque creo que estamos acostumbrados a que es el Presidente de Chile el que define la línea política hacia abajo, y lo que estamos tratando de construir en el Frente Amplio es al revés: cómo construimos un proceso de abajo hacia arriba.

El peso del conflicto Mayol

-¿Hubo errores dentro de la definición de la candidatura de Alberto Mayol?
-Efectivamente cometimos errores, y es necesario perderle el miedo a cometer errores y a dudar. Como Movimiento Autonomista reconocimos un error en una decisión y tomamos la iniciativa en no perseverar en dicho error. Buscamos una salida política al conflicto, que nos permitiera volver a poner sobre la mesa lo que es relevante, el proyecto colectivo del Frente Amplio, y salir de una disputa de polémicas por la prensa, que poco estaba contribuyendo.

-Entonces, ¿hubo falta de política en la decisión respecto al veto a Mayol? Porque fue la mesa electoral la que definió, un espacio más técnico
-Más que falta de política, fue una decisión apresurada por parte de las distintas organizaciones. Como frente Amplio no tenemos aún los procedimientos claros para tomar definiciones difíciles, y eso termina radicando en que, mediante distintas situaciones de complejidad, de repente se van tomando decisiones en las que uno no pondera bien todos los elementos del caso y creo que eso es lo que ocurrió acá. El aprendizaje que nos deja es que tenemos que ser capaces de ir profundizando, depurando los procedimientos en los que tomamos definiciones. Hoy en día el Frente Amplio es más que esas trece organizaciones políticas y, por tanto, nuestras formas internas tienen que adecuarse a esa realidad.

[cita tipo=»destaque»]Constanza se define como feminista, lleva diez años participando y liderando distintos espacios  políticos y sociales, principalmente en el ámbito estudiantil, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Chile. Debido a su cargo, hoy se constituye como uno de las máximas dirigencias del frenteamplismo, un espacio que –en cierta medida– aún mantiene las lógicas machistas heredadas de la que denomina “vieja política”. Aunque afirma que la distancia con el duopolio se da de manera estructural, “en su forma y su fondo”, constituyendo una nueva política que va más allá de lo moralista, pues es una “nueva forma de construir organización”.[/cita]

-Fue un error personificar en Alberto Mayol una figura de contraparte al Frente Amplio, porque se vieron dos almas en conflicto, una tensión entre su sector y las “cúpulas del FA”, como él las denominó
-Cuando uno enfrenta los problemas políticos mediante polémicas en la prensa, su carácter político de la discusión se difumina. En ningún caso hubo una intención, ni muchos menos el carácter político de la discusión fue “el Frente Amplio versus Mayol”. Él es parte del Frente Amplio y yerra cuando trata de posicionarse por fuera de él, cuando habla de las cúpulas. Porque aquí no hay cúpulas, lo que estamos haciendo es una articulación política de distintas organizaciones, yo soy parte de una dirección nacional, que tiene un trabajo de 1.300 militantes a lo largo de Chile. Cuando se hacen acusaciones tan livianas en la prensa se daña el esfuerzo colectivo que estamos haciendo, y con eso estoy totalmente en desacuerdo y es una de las críticas más profundas que le hemos hecho a Alberto Mayol.

-Pero ustedes como Frente Amplio también cayeron en el juego de la disputa por la prensa.
-Como Frente Amplio también se cometieron errores, el marco de acuerdo que tuvimos con Mayol lo expresa así. Erramos en no permitirnos procedimientos más lentos que legitimaran mejor una decisión tan compleja. Nosotros también caímos, unos más que otros, en la tentación de discutir por la prensa, problemas que poco o nada le importan a Chile. Y caímos también en algo –que yo soy bien crítica– que tiene que ver con la filtración de información sensible desde el propio Frente Amplio, eso merma mucho la capacidad de construir confianzas en una organización que tiene que proyectarse de aquí a los próximos 20 años. Esto tiene que ayudarnos –después de esta tensión fuerte que tuvimos y que por supuesto que nos trajo costos– a ponernos serios y entender la magnitud de lo que estamos enfrentando.

-¿Nunca pensaron que el hecho de poner a Beatriz Sánchez en contraposición con Alberto Mayol podía traerle costos a su carrera presidencial?
-Creo que esa nunca ha sido la apuesta ni el objetivo, generar una contraposición.

-Pero es lo que se vio…
-Pudo haber sido un error no haber visto el impacto que esto tendría en la candidatura presidencial. Parte del aprendizaje es que, como organizaciones políticas, tenemos que ser mucho más responsables con el liderazgo que representa, a nivel nacional, el proyecto del Frente Amplio. Es parte del error que cometimos, no ponderar los rebotes de una decisión como la que tomamos, eso tiene que exigirnos ser particularmente más cuidadosos con Beatriz.

-¿Crees que el rol que tomaron Giorgio Jackson y Gabriel Boric fue el correcto? ¿Podrían haber dirigido y liderado el proceso de otra forma, teniendo en cuenta su experiencia política?
-Giorgio hizo su evaluación respecto a cuál debió haber sido su rol, creo que a mí no me corresponde referirme a su rol… Respecto a Gabriel, que es del Movimiento Autonomista, él se puso a disposición de las definiciones de nuestra organización, de ir blindando el proyecto que estamos construyendo, ese era el mandato y es lo que Gabriel, Jorge (Sharp) y yo hicimos.

-El alcalde Jorge Sharp (MA) fue abiertamente más crítico respecto al conflicto, señaló que esperaba mayor altura de miras.
-Creo que con Jorge compartimos la crítica de fondo, lo que dijo es precisamente la crítica que estamos expresando. Lo relevante es que todos los líderes del Frente Amplio nos pongamos a disposición del proyecto.

-Con esta polémica se planteó que ustedes rompieron el cascarón. Se expusieron a que la derecha, la Nueva Mayoría y hasta la prensa, los golpeara. ¿Crees que crecieron tras esta crisis?
-Algo que no comparto de la discusión que se dio, sobre todo de actores externos al Frente Amplio, ha sido esta idea como de la superioridad moral que tenemos, y la idea de “rompieron el cascarón, porque entraron a la política de verdad, que es así”. No creo que tengamos que renunciar a disputar el carácter de la política en Chile. Cuando hablamos de una nueva política, no hablamos de ser mejores personas, de un buenondismo de la política. Estamos hablando de un proyecto que es capaz de contrastar profundamente con la Nueva Mayoría y la derecha, con la política en la medida de lo posible, de privatización de los derechos, de la desigualdad, con la política de unos pocos.

En ese sentido, se nota cuando entramos a disputarle a la política binominal, se sienten incómodos y nos caracterizan como les conviene para mantener su posición de poder. Como Frente Amplio hemos sido deficientes en caracterizarnos a nosotros mismos y ese es el desafío, porque la nueva política no puede ser entendida solamente como algo moral, sino como un proyecto sustantivo que viene a disputar.

-La forma en la que se dio el conflicto con Alberto Mayol, ¿no es propia de esa antigua política, de las bajadas por secretaría y las disputas entre cuatro paredes?
-Cuando decimos que la decisión fue un error, me refiero precisamente a que se trata de un hecho circunstancial. Creo que sería una irresponsabilidad tremenda sostener que el Frente Amplio está replicando o defendiendo la misma política de los actores de transición. Un error circunstancial no puede caer en la generalización de una forma de hacer política, y eso lo voy a defender tajantemente. Esa lectura es funcional solo a los que mantienen una política de unos pocos y de administración del sistema neoliberal.

-¿Hubo aprovechamiento de este “duopolio político”?
-La Nueva Mayoría y la derecha están subsumidas en el campo de la continuidad del modelo económico, hoy solo el Frente Amplio se proyecta como alternativa de cambios. En un escenario así, basta con que uno se tropiece un poco para meterte en el mismo saco. Estuvieron muy cerca de lograrlo, pagamos los costos de habernos parecido, un poco, pero estructuralmente somos algo distinto en la forma y el fondo político.

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