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Chofer de Neruda da luces sobre informe que confirmaría asesinato del poeta: «Todo salió muy bien, salió como se quería» Peritos del denominado «Grupo de Estocolmo» entregarán documento este viernes al juez Mario Carroza

Chofer de Neruda da luces sobre informe que confirmaría asesinato del poeta: «Todo salió muy bien, salió como se quería»

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Manuel Araya, quien se reconoce a sí mismo como uno de los más fervientes luchadores en la búsqueda de la verdad sobre el deceso ocurrido el 23 de septiembre de 1973, ha participado activamente esta semana en el panel de expertos internacionales que realizaron complejas pericias tanatológicas. Y si bien declinó adelantar las conclusiones, dijo sentir un sentimiento de alegría, pero también de pena, por todo el tiempo transcurrido y por la suerte que corrieron otras personas, que como él, eran colaboradores del Nobel de Literatura.


Manuel Araya, quien se desempeñó como chofer y asistente personal de Pablo Neruda, nunca creyó la versión de que el poeta había muerto de cáncer a la próstata el 23 de septiembre de 1973, 11 días después del golpe militar y a sólo 72 horas del vuelo que debía trasladarlo a México después de obtener un salvoconducto para abandonar el país.

Y aunque reconoce que el Premio Nobel de Literatura se encontraba en un tratamiento por la enfermedad, en ningún caso ésta lo había llevado a padecer un cuadro de mayor gravedad, salvo cuando por esos días fue ingresado a la Clínica Santa María y le dijo: «Me pusieron una inyección en el estómago y me estoy quemando por dentro». Fue la última vez que lo vio, porque cuando se dispuso a cumplir el encargo de un médico para comprarle un medicamento para la gota, fue detenido y llevado al Estadio Nacional, convertido en ese entonces en un centro de detención, del que logró salir casi un mes  y medio después, para luego ser víctima de una persecución política por parte de los agentes represivos del régimen de Augusto Pinochet.

Transcurridos 44 años de esos hechos, Araya siente ahora la sensación de una misión cumplida. Es que este viernes, poco antes de las cuatro de la tarde, los expertos internacionales del denominado Grupo Estocolmo, que periciaron exhaustivamente los restos del poeta, harán entrega al ministro en visita Mario Carroza de las conclusiones de un extenso informe que, con una alta tasa de acertividad, probaría que Neruda fue asesinado.

Y aunque ha participado activamente en las reuniones que 16 experto de  Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España y Chile han sostenido desde el lunes en el Hotel Plaza San Franisco de la capital, el hombre de ahora 71 años se excusó de entregar detalles de las conclusiones del documento, aunque afirmó que «está todo bien, está todo perfecto. No se puede adelantar nada, sólo que todo salió muy bien, salió como se quería, nada más que eso».

«Es un honor para mí estar ahí, estoy contento después de un sufrimiento muy largo, porque no hay que olvidarse de lo que debimos pasar todos los colaboradores de Pablo Neruda. En marzo de 1976 desapareció mi hermano, después en enero del 77 mataron a Homero Arce, que era su secretario personal, entonces es una alegría que hayamos llegado a esta instancia, para mí especialmente», dijo Araya, quien se reconoce a sí mismo como uno de los más fervientes luchadores en la búsqueda de la verdad en este caso, del cual es uno de los querellantes.

«Estafilococo dorado»

A pesar de que en 2013 las pericias realizadas hasta ese entonces concluyeron que no se podía esclarecer la presencia de algún veneno en el cuerpo producto del tiempo transcurrido, el juez Carroza, decidió ampliar el peritaje y autorizó una nueva exhumación, en la que  se encontró presencia de la bacteria «estafilococo dorado».

El grupo Estocolmo comenzó a trabajar después que el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior enviara en marzo de 2015 a Carroza un informe de 11 páginas que advertía sobre las versiones contradictorias sobre el deceso y también de la posible intervención de terceros por razones políticas, ya que Salvador Allende lo había nombrado embajador de Chile en Francia y al momento del golpe era integrante del Comité Central del Partido Comunista.

El libro «El príncipe de los poetas» del historiador español Mario Amorós, adelantó hacce dos años que los peritos se abocaron a investigar a fondo la presencia del estafilococo dorado en el cuerpo del poeta. El trabajo consistió en descifrar el ADN de ese germen, detectar su área y si fue alterado por agentes de la dictadura.

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