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Agustín Squella: «La mayoría de los históricos de la DC cayeron en el síndrome de Casa Piedra, la seducción por el mundo de los ricos» Premio Nacional de Humanidades dice que el centro político es un ardid electoral para captar votos

Agustín Squella: «La mayoría de los históricos de la DC cayeron en el síndrome de Casa Piedra, la seducción por el mundo de los ricos»

«Corren cuando asociaciones de empresarios los invitan a hablar a ese exclusivo lugar y que hace años no pisan la sede de un sindicato. La vieja DC, salvo excepciones, se olvidó hace tiempo de una de sus fuentes de inspiración más potentes: la doctrina social de la Iglesia Católica, la misma que los partidos y economistas de derecha hacen objeto de continuas ironías», sostiene.


El abogado, periodista, académico y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Agustín Squella, analizó la crisis que atraviesa la Democracia Cristiana que se agudizó tras las elecciones presidenciales.

«La situación actual de la DC es en buena parte un asunto doctrinario que ha tenido un largo proceso de deterioro y que, si antes no era muy visible, se debía a su exitosa alianza con partidos democráticos de izquierda», afirma el académico en entrevista con el portal Emol.

En ese sentido, dijo que «a la DC no la hundió su alianza de los últimos 20 años con la izquierda, más bien la salvó o retardó la caída que tuvo ahora al ensayar el camino propio, que es siempre el camino solo. Y hay algo más: más que ningún otro partido, la DC taponó que emergieran figuras jóvenes de reemplazo, mientras la mayoría de sus dirigentes históricos cayó en lo que me gusta llamar «el síndrome Casa Piedra». Es la seducción por el mundo de los ricos, que también ha afectado a algunos intelectuales de izquierda que corren cuando asociaciones de empresarios los invitan a hablar a ese exclusivo lugar y que hace años no pisan la sede de un sindicato».

«La vieja DC, salvo excepciones, se olvidó hace tiempo de una de sus fuentes de inspiración más potentes: la doctrina social de la Iglesia Católica, la misma que los partidos y economistas de derecha hacen objeto de continuas ironías», arremetió Squella.

Agregando que «la alianza de la DC con partidos de izquierda que incluían a un minoritario PC -que en eso consistió la Nueva Mayoría- no es la causa de la situación actual de los democratacristianos, aunque, claro, los sectores conservadores del partido quieren echar toda la culpa a los comunistas y no a su renuncia a la doctrina social que algún día tuvieron, ni al masivo y descarado clientelismo que han practicado durante un cuarto de siglo».

Consultado por el escenario del centro político en Chile, el Premio Nacional de Humanidades comentó: «Lo que de verdad hemos tenido en Chile es derecha e izquierda, lo que pasa es que en el caso de la izquierda, como desde antes del plebiscito de 1988 está asociada a un partido de centro como la DC, ha podido presentarse, legítimamente, como una coalición de centro izquierda, ya sea bajo el nombre de Concertación o de Nueva Mayoría. Pero en el caso de nuestra derecha, nunca he visto ningún centro: ahí hay pura derecha y también extrema derecha. ¿Felipe Kast es centro derecha? Se presenta como tal, pero no más ganar Piñera la primera vuelta corre a abrazarse con él para que en 4 años más la derecha lo apoye a él».

Al respecto, Squella concluyó que «el centro político es una ficción, poco más que un ardid electoral para captar votos; la más vaga, líquida y oportunista de las posiciones políticas. Todos los partidos que se dicen de centro están siempre más cargados del lado de la derecha o de la izquierda, y no pueden permanecer largo tiempo en ese centro imaginario. Lo que malentienden los políticos y colectividades que se dicen de centro está en creer que derecha e izquierda son posiciones extremas y que, por tanto, declararse de centro es sinónimo de moderación».

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