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Guillier es a Chile como Maduro es a Venezuela Opinión

Guillier es a Chile como Maduro es a Venezuela

La crisis venezolana se ha usado en otros países del mundo como bandera política para “asustar” a los electores. En 2016 sucedió en plena campaña presidencial en Perú, cuando calificaron de “chavista” a la candidata Verónica Mendoza. Lo mismo ha sucedido en España con el partido Podemos, asegurando que éste busca convertir a España en Venezuela tras su afinidad con el socialismo y Nicolás Maduro. A todas luces es una estrategia concertada de la derecha junto a los que concentran el poder económico a nivel mundial y que se replica hoy en Chile, justo cuando la derecha está desesperada, ocupando todos los recursos y artilugios con tal de que Alejandro Guillier no llegue al poder. El maquiavélico recurso del miedo y el terror a una población que ha sido persistentemente conducida a basar su criterio en opiniones y no en hechos, en slogans y no en la lógica.


“Hoy, cuando redacto estas líneas, Venezuela está enfrentando la más difícil crisis desde que se creó la RepúblicaTodo ha ido muy rápido. Mientras la gente buscaba alimentos, mientras desesperados buscaban medicinas, mientras el dinero se evaporaba de las manos, mientras las familias se dividían al emigrar al exterior, mientras nos arrebataban nuestro derecho político a realizar un referendo, mientras todo eso transcurría ante nuestros ojos, la guerra asimétrica llegó a nuestra puerta. La noche del jueves en la barriada de Coche, en Caracas, desde una tanqueta hombres le gritaban al pueblo por un megáfono: “No llevan chance, es una guerra”. Así describe en una crónica  a su país    la periodista y corresponsal venezolana María Angélica Correa, (titulada “Son días de dolor y sangre en Venezuela). Hambre y muerte sintetizan la configuración de esta nación caribeña, con casi 30 millones de habitantes, que según la comunicadora, están “…secuestrados en su propio país, unos resistiendo y otros desplazándose hacia otras naciones, huyendo de la muerte en una guerra de un estado forajido contra su pueblo…” Las imágenes que se ven por televisión son partes de una postal que aterrorizan a los ciudadanos comunes y corrientes de cualquier país. Mientras las cúpulas toman palco y ven esta crisis desde arriba.

“Todo mi incondicional apoyo al compañero Alejandro Guillier, precandidato bolivariano a la Presidencia de Chile” Este mensaje de twitter del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, que algún tuitero aprovechó de viralizar en las redes sociales, hizo caer a múltiples opositores de Guillier, incluyendo al ex ministro de cultura de Sebastián Piñera, Roberto Ampuero, quien aseguró en las mismas redes: “Nicolás Maduro respalda al “compañero” Alejandro Gullier. Esto no es campaña del terror, sino lisa y llanamente la campaña del chavismo y castrismo en favor de Guillier”. Si bien se corroboró que era un mensaje falso y aunque el candidato progresista apareció diciendo en las redes sociales. “He visto que los amigos de la posverdad resucitaron esto(…).este montaje lo desmentí hace meses”, el primer impacto quedó en la retina de las personas como si fuese verdadero.

A esto se suma la declaración del mismo Sebastián Piñera, quien aseguró sin ningún pudor: ”Yo veo que el candidato Alejandro Guillier está cada día más violento, más demagogo, más populista, más errático y se parece cada día más a Nicolás Maduro”. Así también la diputada Erika Olivera, miembro del comando de Piñera resaltó: ”A mí no me gustaría tener un país como Venezuela…no me gustaría que mis hijos vivieran una realidad como la que vemos a través de los medios de comunicación”. Por si fuera poco, tras las declaraciones de Olivera circuló un video en las redes sociales que causó fuertes reacciones. Es una parte del programa televisivo “mentiras verdaderas”, donde la tarotista Deseret Tavares “predijo” que Guillier será el próximo presidente, lo cual significaría un escenario “cuasiapocalíptico” por la posible llegada del comunismo a Chile…calificando a Gullier como “peligroso”. Todas estas declaraciones causaron revuelo en las redes sociales, donde ciudadanos chilenos comenzaron a especular sobre “Chilezuela”, convirtiéndose en una gran tendencia en twitter. Así también se reprodujo rápida y contundentemente este concepto a través de whatsapp, afirmando como un hecho indiscutible de que con la eventual victoria del candidato de centro izquierda, Chile se transformará en otra Venezuela.

Esta abierta y evidente campaña del terror por parte de la derecha política y económica sobrepasó todos los límites imaginables, jugando con la mente y el alma de las personas. “Miente, miente, que algo queda”. Y lo que queda no es menor. Un gran sector de la población cree en estas aseveraciones y está aterrada de que se repliquen en Chile las pavorosas imágenes que se ven por televisión: los supermercados y farmacias vacías por el desabastecimiento, violentas protestas callejeras con una brutal represión, el encarcelamiento de líderes de la oposición etc.

La corresponsal María Angélica Correa lo define así. “Hoy los muertos en los hospitales no son noticia, ni el hambre que asoma por las calles de Venezuela con niños comiendo de las bolsas de basura. Ahora son noticia los asesinados en las calles por sicarios…y por los mismos militares venezolanos que participan como cómplices, pasivos y activos, de esta matanza, de esta brutal agresión con saldo de heridos, presos políticos, torturados, además de los perseguidos y los exiliados”.

Esta horrorosa descripción es percibida a través de los medios de comunicación por el ciudadano común y corriente, y causa pavor. Es la de un país en ruina humanitaria, política y económica.

La crisis venezolana se ha usado en otros países del mundo como bandera política para “asustar” a los electores. En 2016 sucedió en plena campaña presidencial en Perú, cuando calificaron de “chavista” a la candidata Verónica Mendoza. Lo mismo ha sucedido en España con el partido Podemos, asegurando que éste busca convertir a España en Venezuela tras su afinidad con el socialismo y Nicolás Maduro. A todas luces es una estrategia concertada de la derecha junto a los que concentran el poder económico a nivel mundial y que se replica hoy en Chile, justo cuando la derecha está desesperada, ocupando todos los recursos y artilugios con tal de que Alejandro Guillier no llegue al poder. El maquiavélico recurso del miedo y el terror a una población que ha sido persistentemente conducida a basar su criterio en opiniones y no en hechos, en slogans y no en la lógica.

Entonces se comprende por qué se atreve la derecha chilena a apanicar  a una población, a veces pasiva y temerosa, con una evidente y simplona caricatura: poner en el mismo status a Chile con una nación que vive un caos y un progresivo desmantelamiento del Estado de Derecho. Una nación, como Venezuela donde (sin llegar al fondo de las causas) los estratos más bajos padecen  violencia brutal, muerte, falta de medicinas, hambre. (Los estratos altos pueden comprar en el mercado negro).  ¿Cómo pueden sin vergüenza ni pudor transmitir a la ciudadanía una posverdad, pero con tan eficaces resultados?

El mensaje apocalíptico y siniestro que quieren  instalar en el imaginario colectivo, ha rendido frutos muy elevados  en especial en el sector ABC1 (voto duro de Piñera que aunque algunos no lo crean, lo difunden como virus en todas las redes sociales) y en una proporción menor en sectores de clase media y más bajos ingresos.

Por lo tanto esa gente no votará por Alejandro Gullier,  por el terror de que con él, como presidente, se cumplirá la ecuación proporcional más insólita de la posverdad: Gullier es a Chile como Maduro es a Venezuela.

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