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Leyes ciudadanas para las regiones: un desafío parlamentario del Frente Amplio Opinión

Leyes ciudadanas para las regiones: un desafío parlamentario del Frente Amplio

Jorge Sharp y Vlado Mirosevic
Por : Jorge Sharp y Vlado Mirosevic Jorge Sharp, alcalde de Valparaiso. Vlado MIrosevic. Diputado, Distrito 1 Arica y Parinacota
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Nuestro sistema político ha reducido el rol del ciudadano a la elección de autoridades cada cuatro años, no contemplando instancias más amplias mediante las cuales la sociedad civil pueda incidir en la toma de decisiones. Así, desde 1989 a la fecha, se han realizado solo cuatro plebiscitos comunales a lo largo de nuestro país. Por eso proponemos plebiscitos comunales y regionales, para dar expresión vinculante a los vecinos y vecinas de un territorio. Es necesario profundizar en una institucionalidad que hoy es estrecha para los procesos de transformación que se vienen dando en nuestro país.


El mandato que el Frente Amplio recibió en las elecciones de noviembre pasado fue, entre otras cosas, liderar una agenda de ideas y propuestas ciudadanas que deben ser impulsadas desde el Congreso y los municipios. A nosotros, un alcalde y un diputado regionalista, nos preocupa que Chile siga siendo el país más centralista del mundo. En ese contexto, uno de los principales desafíos del Frente Amplio es profundizar en una agenda de carácter regionalista que se materialice en un conjunto de leyes ciudadanas impulsadas en el Parlamento, pero con fuerte respaldo en los diferentes territorios a lo largo del país.

Una primera iniciativa a impulsar debe ser la Ley de Puertos, que beneficiaría directamente a cerca de dos millones de personas. Más allá del empleo directo e indirecto que generan, los puertos no tributan en las comunas y regiones donde hacen sus operaciones, fuera de una baja patente municipal. Apoyamos la creación de un canon por carga que quede en los gobiernos locales y regionales; la participación de los alcaldes en los directorios de las empresas portuarias; y eliminar la prohibición de dichas empresas de invertir en el entorno inmediato de sus operaciones. Asimismo, el desarrollo portuario no puede ser a espaldas de las ciudades, por lo tanto, es necesario legislar para que el crecimiento portuario sea coherente con los instrumentos de planificación urbana de los territorios.

Otra de nuestras causas debe ser la Ley de Rentas Regionales, para distribuir mejor los recursos entre Santiago y regiones, aumentando el bajísimo gasto subnacional que en Chile es de solo 13%, mientras que en América Latina es de 30% y en la OCDE de 50%.

La agenda legislativa del Frente Amplio debe ser capaz de abordar la política habitacional neoliberal que hoy está reproduciendo la pobreza y segregación, condenando a miles de chilenos a vivir en barrios de baja calidad de vida y con poca dignidad. Debe ser prioridad superar esta política, a fin de que la vivienda sea considerada como un derecho social, lo cual supone avanzar hacia viviendas sociales de al menos 60 mt2. A su vez, mejorar su diseño, promoviendo proyectos de barrios integrales e integrados a los recursos de la ciudad.

La situación ambiental de regiones nos preocupa muchísimo. Debemos proteger nuestros territorios e impedir proyectos de alto impacto para el medio ambiente. Sin embargo, cuando una empresa genera episodios de contaminación, las multas de nuestra legislación ambiental van a parar a la recaudación nacional y no se destinan a una mitigación regional que contribuya a remediar el daño ambiental generado. Debemos impulsar una legislación que invierta la tortilla, para que sean las regiones las que recauden multas ambientales que les permitan mitigar y reparar dichos impactos, lo que además ayudará a profundizar un debate más amplio sobre impuestos y gravámenes regionales y comunales.

Por último, como lo hemos venido insistiendo desde hace ya un tiempo, hay que modernizar los municipios y gobiernos regionales, impulsando el uso del software libre, como una forma colaborativa y eficiente de mejorar la gestión pública.

Nuestro sistema político ha reducido el rol del ciudadano a la elección de autoridades cada cuatro años, no contemplando instancias más amplias mediante las cuales la sociedad civil pueda incidir en la toma de decisiones. Así, desde 1989 a la fecha se han realizado solo cuatro plebiscitos comunales a lo largo de nuestro país. Por eso proponemos plebiscitos comunales y regionales, para dar expresión vinculante a los vecinos y vecinas de un territorio. Es necesario profundizar en una institucionalidad que hoy es estrecha para los procesos de transformación que se vienen dando en nuestro país.  

[cita tipo=»destaque»]La situación ambiental de regiones nos preocupa muchísimo. Debemos proteger nuestros territorios e impedir proyectos de alto impacto para el medio ambiente. Sin embargo, cuando una empresa genera episodios de contaminación, las multas de nuestra legislación ambiental van a parar a la recaudación nacional y no se destinan a una mitigación regional que contribuya a remediar el daño ambiental generado. Debemos impulsar una legislación que invierta la tortilla, para que sean las regiones las que recauden multas ambientales que les permitan mitigar y reparar dichos impactos, lo que además ayudará a profundizar un debate más amplio sobre impuestos y gravámenes regionales y comunales.[/cita]

El triunfo parlamentario del Frente Amplio solo tendrá sentido si es que le damos continuidad al derrotero de cambio ciudadano y político que está viviendo Chile. Será clave para ello empujar estas y otras leyes ciudadanas que muchos chilenos esperan de nosotros, y que esperamos que nuestra bancada frenteamplista asuma desde el día uno.

Esta nos parece la mejor forma de ser oposición al proyecto de Chile Vamos, no solo frenando sus intentos de contrarreforma, sino que también impulsando nuestra propia agenda de futuro y de cambio cultural. Sebastián Piñera dijo que sería el presidente de las regiones. Pues bien, ¡le cobraremos la palabra!

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