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En busca del «filtrador» de La Moneda: las miradas apuntan al círculo de Larroulet PAÍS

En busca del «filtrador» de La Moneda: las miradas apuntan al círculo de Larroulet

La esquizofrenia por las filtraciones se instaló de lleno en palacio y hay al menos cuatro nombres circulando en el gobierno sobre los cuales recaen las sospechas. Se fijó un diseño para encontrar al responsable de las fugas a la prensa, no cualquiera, sino aquellas que han significado un problema al Presidente Piñera, ya sea porque con ello han complicado su imagen o porque, dañaron los preparativos para el momento estelar de todo Mandatario, como es la Cuenta Pública del 1 de junio.


A la hora de hacer la lista de errores cometidos en la primera administración de Sebastián Piñera, el control de las filtraciones ocupó uno de los primeros lugares de la lista. Durante el primer mes y con el viento soplando a favor con una exitosa instalación en La Moneda, las fugas de información no controladas no fueron tema ni un problema para el gobierno, panorama que cambió drásticamente en las últimas semanas de la mano del desorden en la agenda gubernamental que provocaron la seguidilla de errores no forzados cometidos por el Mandatario y varios de sus ministros.

En el seno de palacio reconocen que el aterrizaje sin contratiempos terminó por obnubilar a varios en el gobierno y que eso fue el terreno fértil para que algunos asesores cometieran la infidencia de pasar información, sin medir las consecuencias políticas o el daño que se le provocaba a La Moneda y a Piñera, aparte de la imagen de desorden interno que imprimieron a la gestión.

En poco más de un mes y medio, se cuentan cinco filtraciones emblemáticas, pero en palabras de los propios inquilinos de palacio la que sacó chispas en las oficinas del segundo piso de La Moneda fue aquella que sobre la falta de la validación del título profesional del otrora productor general de la presidencia e hijo del ministro de Interior, Andrés Chadwick Costa. En el despacho del Mandatario, agregaron, ese hecho habría llevado a una inusitada reacción: “quien sea pillado, se va”.

De todas formas, la decisión y diseño para encontrar a «los filtradores» se instala luego de la publicación en el cuerpo de Reportajes de El Mercurio el domingo 13 de mayo, titulada “Primera Cuenta Pública”, en la que se puede ver en detalle las sugerencias para la presentación de lo que debería ser el momento estelar de todo Presidente, cuando poner los énfasis de su gestión, marca su hoja de ruta y la agenda pública. En la publicación se hablaba de focus group sobre los cuales se establecía lo que debía o no hacer y decir Piñera este 1 de junio ante el Congreso Pleno.

Fue este episodio el que desató todas las iras entre las autoridades políticas de La Moneda, porque perjudicó directamente la estrategia que se diseñaba para la cuenta pública y expuso gratuitamente al Presidente, pero también a partir de ese día se encendieron todas las alarmas internas junto a la decisión de solucionar el problema.

Algunos en palacio afirman que la cacería de brujas está instalada y desde los diferentes ministerios se defienden señalando que hay muchos documentos que circulan como insumo, que son distribuidos entre las diferentes oficinas de La Moneda y que incluso, llegan a los parlamentarios del oficialismo. A pesar de eso, las miradas en su mayoria apuntan a la Segpres.

[cita tipo=»destaque»]Desde Palacio han buscado bajar el perfil de la molestia e histeria que se ha generado, pero sabido es que el rastreo de huellas de los documentos filtrados es seguido desde muy cerca y se ha llegado incluso, en algunos casos, a los computadores mismos desde donde permeó la información. Es el caso de la filtración de la compra por más de dos millones de pesos de un sillón de cuero natural Chesterfield de 3 cuerpos, en La Moneda aseguran que “no costó nada llegar hasta el lugar de los hechos”.[/cita]

Son al menos cuatro los nombres que circulan en La Moneda y sobre los cuales recaen las principales sospechas, casi todos vinculados de una forma u otra al jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet.

En la Segpres es sabido que hay asesores que no cuentan con toda la confianza del ministro Gonzalo Blumel, entre ellos, el ex dirigente de la revolución Pinguina, Julio Isamit, quien oficia de jefe de gabinete en dicha cartera y es considerado uno de los hombres de Larroulet en palacio el ministerio. Integrante de la Fundación Jaime Guzmán y abogado de la PUC, se aventuró en las elecciones parlamentarias de 2017, con un cupo como independiente de la UDI, intento que no prosperó, a pesar de los casi 100 millones y medios que logró recaudar para su campaña.

Isamit fue parte del comando de Piñera, donde cumplió funciones para coordinar el equipo programático de educación y representa una apuesta de los núcleos más conservadores para el recambio generacional. Incluso, su nombre habría sonado para la subsecretaría de la cartera, espacio del que habría sido bloqueado por parte del propio Blumel en favor del actual subsecretario, Claudio Alvarado (UDI).

Pero también es uno de los nombres que internamente en palacio se han señalado como posible responsable de las filtraciones y lo apuntan por lo que en palacio se considera su «gran gusto por las pantallas y titulares», lo que lo habría llevado a este paso en falso a su llegada al gabinete.  En la Segpres descartaron de forma tajante e insistente esa posibilidad o cualquier vinculación del jefe de gabinete con estos episodios y agregaron que el ponerlo como sospechoso responde a una «operación política» para tratar de sacar a Isamit del gobierno.

En las bancadas de la derecha en el Congreso, reconocen que el nombre de Isamit ha «sonado sólo a modo de rumor», nada oficial, pero si reconocen que el episodio de la filtración sobre la cuenta pública es «es preocupante».

No es el único. En el gobierno también han apuntado al asesor externo del segundo  piso que comanda Larroulet, el historiador Alejandro San Francisco, ex director del proyecto Historia de Chile 1960-2010 del Centro de Extensión y Estudios (CEUSS) de la Universidad San Sebastián.

El tercer nombre que circula en La Moneda también es de un cercano al jefe del segundo piso, se trata de Jorge Ramirez, que integra el equipo de asesores con los que trabaja Larroulet y que antes de desembarcar en marco en el gobierno, se desempeñó como asesor legislativo de Libertad y Desarrollo. En palacio dicen que el filtrado focus group lo manejó muy poca gente en el segundo piso y que este asesor se habría equivocado en mostrarlo más allá de ese exclusivo circulo, precisamente a alguien en la Segpres, desde donde salió hacia la prensa, lo que no debía.

El cuarto nombre es el único que no pertenece al circulo de Larroulet, pero sí a la Segpres. Se trata del jefe de la división de estudios del ministerio, Nicolás Duhalde (RN), a quien desde el seno de La Moneda señalan como eventual filtrador de algunos borradores, que pasaron por sus manos y luego aparecieron plasmados en la prensa.

Desde la Segpres señalaron que “tras la publicación de un documento borrador de uso interno se inició una revisión interna de los flujos de información y se tomaron medidas, reforzando los protocolos de resguardo de información», con el objetivo de «cautelar y resguardar los procedimientos internos de trabajo; lamentando, además, otras situaciones que no tienen origen» en este ministerio.

Las otras filtraciones

En palacio reconocieron que el tema de las filtraciones es muy grave, que les complica y que se ha instalado una desconfianza interna que no le hace nada de bien a la administración piñerista, que en la práctica no lleva ni tres meses de gestión, una etapa en que todo debería funcionar sobre rieles. También reconocen que han buscado bajar el perfil a la molestia e histeria que se ha generado, pero sabido es que el rastreo de huellas de los documentos filtrados es seguido desde muy cerca y se ha llegado incluso, en algunos casos, a los computadores mismos desde donde permeó la información.

Así sucedió con la filtración de la compra por más de dos millones de pesos de un sillón de cuero natural Chesterfield de 3 cuerpos, en La Moneda aseguran que “no costó nada llegar hasta el lugar de los hechos”.

Distinto es el caso, o consecuencias que pueda traer consigo la filtración y compra con fecha de despacho el 12 de marzo, un día después de la instalación de la nueva administración de un televisor LG 4k de 84 pulgadas con destino el palacio de Cerro Castillo, el cual se encuentra funcionando desde la fecha de entrega. En esa ocasión, el Presidente Piñera, en un programa de TVN, señaló que “nos tendieron una trampa” que “alguien en La Moneda no cumplió su labor y estamos investigando”, dejando entrever que la compra no se habría realizado a través de los canales correspondientes.

Algunos al interior de palacio creen que los filtradores pudiesen ser funcionarios “amarrados” de la administración Bachelet con la intención de poner cortapisas al actual gobierno, pero el grueso está convencido que se trata de asesores nuevos en estas lides, que ven la oportunidad “para hacerse los lindos con la prensa” y finalmente se exponen, recalcan, a ser descubiertos, por ende, a perder su fuente laboral, porque es posible que terminen pagando justos por pecadores.

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