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El vocero de la Agrupación de Laicos y Laicas de Osorno se refirió a la decisión del líder del Vaticano y aseguró que «esta medida administrativa no es una justicia, las renuncias no significan justicia. Es el primer paso para que personas peligrosas no estén a cargo de personas vulnerables».
Este lunes se confirmó la salida del Obispo de Osorno, Juan Barros, luego de que el Papa Francisco aceptara su renuncia junto con la de los obispos de Puerto Montt, Cristián Caro y el de Valparaíso, Gonzalo Duarte.
La salida del principal encubridor de los abusos de Fernando Karadima era inminente y ante su ratificación, Juan Carlos Claret, vocero de la Agrupación de Laicos y Laicas de Osorno, dio su opinión frente a la decisión del Papa.
«Lo primero que creo que es importante destacar es que no es que el Papa lo termine sacando. El Papa quiso mantener a Barros incluso sacrificando al mismo obispo. Por lo tanto, no es el Papa el que saca a Barros, tampoco es Barros el que renuncia, es la comunidad, esa iglesia sencilla que no tiene ningún poder los que con su perseverancia terminan sacando al Obispo Barros», señaló.
Siguiendo con sus palabras reiteró que «esto no fue una mera voluntad del Papa, el Papa se ve obligado a sacar a Barros por la fuerza de la verdad de los hechos».
Además, Claret aseguró que «el problema de Osorno no se soluciona con la remoción del obispo Juan Barros, esa salida era la condición mínima para poder sentarnos a dialogar y el proceso de dialogo tampoco es para que se crea que con eso Osorno es feliz, sino que es única y exclusivamente para que empecemos a buscar la verdad».
«Esta medida administrativa no es una justicia, las renuncias no significan justicia. Es el primer paso para que personas peligrosas no estén a cargo de personas vulnerables», añadió.
Finalmente el representante de los laicos de Osorno planteó que «es importante conocer cuál será el destino del obispo Barros. ¿Lo trasladarán a otras diócesis? ¿Seguirá con trabajo pastoral? ¿Tendrá sobre sus hombros el trabajo con personas vulnerables? Estas preguntas son importantes en esta remoción como en todas las que se esperan. La historia nos enseña que no detenernos en estos puntos, hace que los obispos en esa condición, sean «promovidos» a Roma o relegados a zonas vulnerables donde reinciden».
