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“Las razones de la renuncia de la ministra Insunza están claras en su carta, debido a su rol académico universitario. El Tribunal Ambiental de Santiago está funcionando con normalidad, su trabajo jurisdiccional no se ha visto afectado”, señaló Alejandro Ruiz tras ser consultado sobre una crisis interna.
El 15 de agosto se materializará la salida, como ministra suplente del Tribunal Ambiental de Santiago, de la abogada Ximena Insunza Corvalán, luego que ésta renunciara.
Según consigna La Tercera, el hecho da cuenta de una ruptura más profunda en el organismo que preside Alejandro Ruiz. Cabe recordar que el ex presidente de dicho organismo, Rafael Asenjo, también renunció.
“Las razones de la renuncia de la ministra Insunza están claras en su carta, debido a su rol académico universitario. El Tribunal Ambiental de Santiago está funcionando con normalidad, su trabajo jurisdiccional no se ha visto afectado”, señaló Ruiz tras ser consultado sobre una crisis interna, agregando que han contado con la suplencia del ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Juan Manuel Muñoz Pardo, quien ya ha integrado el Tribunal en varias ocasiones.
Las denuncias
Alejandro Ruiz fue al Ministerio Público para denunciar una serie de hechos acontecidos a partir del 5 de enero, fecha en que según declaró, se discutió en sesión del tribunal el despido de quien se desempeñó como jefe de administración y Presupuestos del organismo, Juan Domingo Molina, a causa múltiples faltas a la probidad. Estas, dice la denuncia, relacionadas con faltas de respeto a su persona, justificar indebidamente la compra de hardware para el tribunal, realizar pagos objetados por su superior, autoproponerse y pagarse horas extraordinarias, entre otras.
No obstante, la idea de la desvinculación no se logró luego que Insunza requiriera más antecedentes.
Según la declaración de Ruiz, otro hecho acontecido el mismo día 5 de enero ocurrió cuando el técnico residente de la Empresa Netgroup -proveedor de tecnología informática y soporte del Tribunal-, Alberto Ortiz, se presentó en la oficina de Ruiz, para manifestarle que Molina adquirió, con dineros del tribunal, cinco discos duros y 36 pendrives, añadiendo que Molina le había dicho que si le consultaban acerca de ello tenía que decir que eran para respaldo, en circunstancias de que no eran técnicamente necesarios.
