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La encargada nacional de reconstrucción del Minvu se refirió a las declaraciones que Michelle Bachelet ofreció en una reciente entrevista. Al respecto, Paúl señaló que «comprobé en terreno que muchas familias en Baquedano y Santa Olga, tuvieron que organizar muchos bingos, pues las soluciones que el Estado debía garantizarles, no llegaban».
La primera entrevista que dio la ex Presidenta, Michelle Bachelet tras su salida del Gobierno en marzo pasado, puso de moda el concepto “debilucho” a la hora de hacer análisis sobre los desempeños de los gobiernos que tuvo una amplia repercusión en redes sociales.
En lo que respecta a manejo de catástrofes como las que se dieron en el borde costero de la cuarta región por el tsunami de 2015 y tras los incendios forestales que arrasaron con la localidad de Santa Olga en enero de 2017, la encargada nacional de reconstrucción del Minvu, Bernardita Paúl, tildó de “debilucho” el manejo, las cifras y soluciones que el gobierno de la ex Presidenta Bachelet dio a los afectados.
“En la entrevista la ex Presidenta asegura que los problemas de infraestructura se arreglaban con aportes del Estado y no con bingos. Pues comprobé en terreno que muchas familias en Baquedano y Santa Olga, tuvieron que organizar muchos bingos, pues las soluciones que el Estado debía garantizarles, no llegaban. Creo que Bachelet al decir eso “presume de lo que careció” por lo menos en materia de reconstrucción”, destacó Paúl.
Para respaldar sus dichos, la encargada nacional de reconstrucción apela a las falsas cifras de avance que se dieron a la salida del gobierno pasado y a las irregularidades detectadas con falsos damnificados que burlaron el sistema y se les asignó subsidio en la localidad de Santa Olga. “Se nos dijo en Marzo que había un avance de 50% de reconstrucción, lo que no era tal y ahora iniciamos un proceso para identificar a los falsos damnificados que obtuvieron subsidios de manera muy fácil sin ninguna fiscalización”.
El manejo que se dio en el borde costero de la cuarta región tras el tsunami de 2015 fue aún más “debilucha” asegura Paúl. “Se demoraron dos años en recién realizar demoliciones y además demolieron algunas casas y otras no, dejando maltrechas, las casas de vecinos continúas. Se formó un foco de delincuencia ante esas casas no habitadas que quedaron y recién ahora en Julio de 2018 iniciamos un plan maestro para una vivienda de integración que debería haber comenzado mucho antes que casi tres años después” finalizó Paúl.
