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La señora K es coronada en España como «la reina del botox».

Verónica Michelle no es la única mandataria sudamericana que aprovechó el estival febrero para salir de gira. Su colega argentina, la glamorosa Cristina Fernández de Kirchner, hizo lo propio con un polémico periplo por España, nada menos que después de estatizar Aerolíneas Argentinas, empresa donde participaban capitales de la Madre Patria.


Verónica Michelle no es la única mandataria sudamericana que aprovechó el estival febrero para salir de gira. Su colega argentina, la glamorosa Cristina Fernández de Kirchner, hizo lo propio con un polémico periplo por España, nada menos que después de estatizar Aerolíneas Argentinas, empresa donde participaban capitales de la Madre Patria.

Muy en el desenfadado estilo trasandino, la «señora K» llegó a la cita con el Rey Juan Carlos en el Palacio de la Zarzuela con 40 minutos de retraso, lo que terminó de colmar la paciencia de la opinión pública e hizo desenfundar el estilete a los medios de prensa, con una libertad, insolencia y desparpajo desconocida en estos provincianos parajes, pero más que frecuente tanto en la propia tierra de Cristina como en la península ibérica.

En esta columna, publicada en las páginas editoriales del periódico El Mundo, una muestra de que jugar rudo con el lenguaje, no es nada más que poner a prueba el saludable ejercicio de la crítica, a la que está expuesto cualquiera que quiera gozar de la condición de personaje público.      

 

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