Para el miércoles recién pasado, el comando de Sebastián Piñera tenía organizada una salida a terreno de sus equipos, con la finalidad de acercarse a ese grupo tan vapuleado por su sector: los funcionarios públicos. De hecho, se le elaboró un díptico en el que el empresario llama este sector a no temer despidos si la derecha llega a La Moneda.
Para el miércoles recién pasado, el comando de Sebastián Piñera tenía organizada una salida a terreno de sus equipos, con la finalidad de acercarse a ese grupo tan vapuleado por su sector: los funcionarios públicos. De hecho, se le elaboró un díptico en el que el empresario llama este sector a no temer despidos si la derecha llega a La Moneda.
«Sé también que a muchos les han dicho que, de triunfar nuestra candidatura, los servicios públicos donde laboran serán cerrados, sus plantas disminuidas o ustedes, derechamente, despedidos. Todo ello es falso y constituye una campaña del terror y un abuso de poder que daña al servicio público y a nuestro país», lo que se contradice abiertamente con las palabras de uno de sus más cercanos asesores. A inicios de septiembre, el senador Andrés Allamand le advertía justamente a los funcionarios públicos que «a partir de marzo tendrán que comenzar a buscar trabajo, porque dejarán sus cargos».
Pero bueno, para qué recordar tan nefasta frase en un momento en que cada voto cuenta para ganar. En el documento, el empresario invita a los funcionarios públicos a que «revolucionemos la manera como se administra el Estado de Chile».
Originalmente, la idea era que fueran las figuras de los grupos Tantauco a entregar este documento a todas las reparticiones públicas, ministerios incluidos. Pero la filtración de la actividad a la prensa hizo que a última hora del martes se diera una contraorden. El miércoles sólo saldrían a repartir el díptico las típicas cuadrillas de brigadistas. Ello, para evitar que algún grupo de exaltados terminara agrediendo o tapando a improperios a las estrellas de los equipos de Piñera.
