Por el momento, el colegio cuya mensualidad es de $181.000, sigue en toma. Mientras, las relaciones con la dirección están cortadas y los apoderados aún esperan una explicación por parte de Riveros. El ex rector además participa en Akredita, una agencia de acreditación de establecimientos de educación superior.
El ambiente no es de lo mejor en el colegio La Fontaine por estos días. El establecimiento, ubicado en la calle Coventry de Ñuñoa, se encuentra tomado luego de que padres y alumnos decidieran apoyar de esta manera las movilizaciones estudiantiles a lo largo del país.
El conflicto puntual ha dejado al descubierto la especial molestia de los padres hacia las autoridades de la Gran Logia de Chile, propietaria del colegio desde 1999.
Esto porque desde diciembre del año pasado, la masonería encabezada por el ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros Cornejo, decidió traspasar el colegio a la sociedad educacional que mantienen los hermanos Franco y Antonio Parisi, propietarios del colegio Las Américas en La Reina. Esta también fue propiedad de la Sociedad Educacional La República, vinculada a la masonería chilena.
Los Parisi y Riveros se conocen a través de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, donde Franco fue académico y vice decano.
En el caso de La Fontaine, el colegio lo dirige la hermana mayor del clan, Zandra Parisi, de profesión educadora de párvulos. Por ahora ella representa la molestia de los apoderados con la nueva administración.
Según cuenta un apoderado, “el traspaso se hizo sin previo aviso y en diciembre cuando ya no se podía cambiar a los niños. La nueva situación tiene bastante molestos a muchas familias que confiaron sus hijos a un colegio que suponía ciertos valores y que ahora son presos de un traspaso de ‘cartera’ al grupo Parisi”.
El contrato, según estas fuentes sería un arriendo por 5 años entre la Gran Logia de Chile y el fondo de inversión Palermo de los Parisi por el 70% de participación en el colegio.
Por el momento, el colegio cuya mensualidad es de $181.000, sigue en toma. Mientras, las relaciones con la dirección están cortadas y los apoderados aún esperan una explicación por parte de Riveros. El ex rector además participa en Akredita, una agencia de acreditación de establecimientos de educación superior.
