El gobierno a todas luces se quedó sin voz. Es conocida la incomodidad de Larroulet con las cámaras de televisión y Hinzpeter solo habló con la prensa de Palacio el viernes 29, muy escuetamente para criticar los incidentes que se registraron en la marcha estudiantil del día anterior.
Nadie es indispensable, dice una antigua frase, pero es indiscutible que algunas ausencias se notan y mucho. Al menos eso ha pasado en La Moneda desde que el miércoles 27 de junio, el vocero de Gobierno, Andrés Chadwick salió con licencia médica, para someterse a una operación de diverticulitis —al día siguiente en la Clínica Las Condes— que ha requerido varios días de recuperación en cama.
En el Gobierno se estableció que la “vocería” quedara repartida entre el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter y su par de la Segpres, Cristián Larroulet, además de la subsecretaria de la Segegob, María Eugenia De la Fuente.
Pero desde ese mismo miércoles, La Moneda se sometió a un riguroso silencio, a pesar de la nutrida agenda de temas: las diferencias en el seno de la alianza oficialista y con el Ejecutivo por temas candentes como el sistema binominal y el tope del salario mínimo para este año, la rebelión de la mesa RN a la postura gubernamental, el rol del Presidente Piñera en el concierto regional en los foros de UNASUR y MERCOSUR, las demandas estudiantiles y las marchas.
A pesar del listado, el Gobierno a todas luces se quedó sin voz. Es conocida la incomodidad de Larroulet con las cámaras de televisión y Hinzpeter sólo habló con la prensa de Palacio el viernes 29, muy escuetamente para criticar los incidentes que se registraron en la marcha estudiantil del día anterior. Ello, aunque desde un comienzo la idea era que ambos “se alternaran” la vocería de los temas políticos, cosa que no sucedió.
Este martes, incluso con los resultados de la encuesta Adimark de junio en los que La Moneda por segundo mes consecutivo logró frenar en el 34% la “caída libre” en la que se encontraba el apoyo al Presidente Piñera, no hubo vocería. Y eso que De la Fuente ya había regresado de China y desde el lunes 2 de Julio había asumido como ministra subrogante.
Siete días exactos duró el silencio en Palacio. Este miércoles, De la Fuente se puso frente a los micrófonos, una experiencia que no es habitual para la ministra (s), conocida por tener un bajo perfil político.
Esa fue una de las razones por las que se preparó bastante para el desafío, con un coaching que le realizó la Secretaría de Comunicaciones (Secom) durante las semanas previas a la licencia de Chadwick, que incluyó prácticas in situ en el llamado Salón Azul de conferencias de La Moneda, pruebas de cámara y ensayo de preguntas.
Un poco nerviosa, la conferencia de la ministra (s) recordó mucho al estilo de la ex vocera, Ena von Baer, quien esquivaba las respuestas directas y repetía una y otra vez la misma idea, independiente de la pregunta. Así, De la Fuente habló de salario mínimo, repitiendo en todo momento que en el Gobierno “esperamos que todos los senadores voten a favor de la idea de legislar”. Tampoco profundizó, a pesar de la insistencia, en materias como el binominal, tema en el que recurrió a la salida habitual del Ejecutivo al afirmar que “lo que se mostró ayer (en la Cámara de Diputados) es algo que hemos visto muchas veces. Todos los sectores critican, pero no se ponen de acuerdo en el sistema para remplazar al binominal”.
Chadwick sigue en reposo, recuperándose en cama, aunque trascendió que ya monitorea vía e-mail lo que sucede en Palacio. De no tener complicaciones, a principios de la próxima semana volvería a la vocería y La Moneda a sacar la voz.
