Desde las 11 de la mañana de ese día jueves, comenzó un intenso y permanente diálogo entre el ministro del Interior, Jorge Burgos, y el senador Zaldívar. El secretario de Estado habló telefónicamente con el parlamentario durante toda la jornada, ya que la figura DC se encontraba en terreno, negociando y conversando directamente con los dirigentes de los camioneros.
No estuvo ante las cámaras, no dio declaraciones ni análisis públicos, pero el senador DC Andrés Zaldívar cumplió un rol clave durante toda la jornada del jueves 27 de agosto, mientras la caravana de 13 camiones que venía desde Temuco estuvo detenida en el peaje Angostura, dada la prohibición del gobierno de que ingresaran a la Región Metropolitana para evitar que lograran el objetivo de desfilar por la Alameda y pasaran por La Moneda.
Ya la medida de evitar el ingreso de los camiones fue cuestionada internamente en el oficialismo, porque la decisión contribuyó a victimizar a los camioneros y transformó un problema regional en un conflicto nacional, ante el taco de proporciones que la prohibición generó en la carretera.
Desde las 11 de la mañana de ese día jueves, comenzó un intenso y permanente diálogo entre el ministro del Interior, Jorge Burgos, y el senador Zaldívar. El secretario de Estado habló telefónicamente con el parlamentario durante toda la jornada, ya que la figura DC se encontraba en terreno, negociando y conversando directamente con los dirigentes de los camioneros.
Fue el puente entre Burgos y el presidente de la Confederación Nacional de Transportistas de Carga, Sergio Pérez. No fue una reunión ni una sola conversación, fueron varias, durante todo el día, cuyo contenido y avance el ministro Burgos monitoreaba telefónicamente a través de Zaldívar.
El papel que jugó el senador DC no fue casual. No hay que olvidar que fue ministro del Interior de la Presidenta Michelle Bachelet en su primer gobierno, que tiene una cercanía con Burgos y su especialidad son las negociaciones, mal que mal se ganó el título del “cocinero” del Senado, a raíz del acuerdo que gestó para destrabar el año pasado la Reforma Tributaria en la Cámara Alta para que no fuera rechazada.
En sectores de la DC hubo una dura crítica al papel desplegado por Burgos, por un mal manejo político del conflicto con los camioneros, un “exceso de improvisación”, porque desde Palacio no sopesaron realmente el impacto de la manifestación hasta que ya era demasiado tarde.
El resto de la historia es conocida. Al final, Burgos optó por retractarse de la decisión inicial de prohibir el ingreso de los camiones, se levantó el decreto en cuestión, la caravana desfiló por la Alameda en horario prime de los canales de televisión y los dirigentes del gremio fueron recibidos en La Moneda por el ministro del Interior, quien públicamente dijo “no se humilla quien dialoga”.
