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Diputado Rivas no tuvo cojones para enfrentar a Luksic “como cualquier ciudadano”

Diputado Rivas no tuvo cojones para enfrentar a Luksic “como cualquier ciudadano”

Semanas después de que el diputado afirmara que no tenía problema alguno en renunciar a su fuero para enfrentar al controlador del grupo Quiñenco -quien se querelló en su contra por injurias-, el parlamentario contradictoriamente presentó un escrito en la Corte de Santiago en la que defendía el “privilegio de inviolabilidad parlamentaria”. La solicitud de desafuero se revisa este viernes a las 10:00 horas.


Al diputado Gaspar Rivas lo traicionan sus palabras, orales y escritas.

Un mes y medio después de que el parlamentario -conocido por sus salidas de madre- dijera en medios de comunicación que “no tenía problemas en renunciar a su fuero” para enfrentar a Andrónico Luksic -quien se querelló en su contra por injurias graves con publicidad- se contradijo notoriamente al presentar un escrito en la Corte de Apelaciones en que defendía precisamente dicho fuero, al invocar el “privilegio de inviolabilidad parlamentaria”.

El miedo de enfrentarse “como cualquier ciudadano” al controlador del grupo Quiñenco se hizo patente el pasado 26 de junio cuando la defensa de Rivas presentó sus descargos ante la solicitud de desafuero que presentó Luksic el 3 de mayo de pasado, dos semanas después de que el parlamentario tildara públicamente a Lucksic de “delincuente” e “hijo de puta” y luego diera una entrevista donde confirmó sus dichos.

En el escrito la defensa del parlamentario sostiene que la entrevista que dio en forma posterior a la sesión parlamentaria del 18 de abril donde insultó a Luksic, “no se trata de nuevas expresiones sino de referencias y explicaciones relativas a un hecho que no puede perseguirse penalmente al estar cubierto por la inviolabilidad establecida en la carta fundamental”.

Este estrategia, en la que valida el fuero parlamentario, resulta notablemente contradictoria con las freses que emitió el día en que se presentó la querella en su contra: “Yo no tengo ningún problema en renunciar al fuero parlamentario (…) No tengo por qué esconderme detrás de un fuero. Al señor Luksic yo lo voy a enfrentar como cualquier ciudadano, como un pobre diputado frente a un poderoso”.

En el escrito, la defensa del parlamentario no se hace cargo de sus comentarios realizados por las redes sociales antes de la sesión parlamentaria del 19 de abril pasado, donde insultó también al empresario.

No es la primera vez que la afición a Twitter le juega malas pasadas al diputado Rivas.

La semana pasada tras el ataque terrorista en la ciudad de Niza, el parlamentario trató de “pelotudos” a quienes lamentaban el atentado, donde fallecieron decenas de personas en el día de la celebración nacional de Francia.

Ante el repudio en las redes sociales, Rivas se vio obligado a borrar este tweet desde su cuenta.

Un caso similar protagonizó el 2015, cuando un par de semanas después que fueran anunciadas las propuestas de la Comisión Engel, Rivas tuiteó un meme que mostraba a una mujer parecida a Bachelet vistiendo una transparencia. La supuesta intención de este mensaje era aludir a las leyes de Transparencia y Probidad que el gobierno estaba impulsando.

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Dentro de los proyectos que ha presentado el ex diputado de Renovación Nacional y que ha vuelto a insistir estas últimas semanas está el que busca reinstalar un viejo anhelo de la UP: la nacionalización del cobre.

Siendo miembro de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados, cabe señalar que su padre, el abogado Gaspar Rivas Schulz mantiene millonarios litigios en contra de la empresa estatal representando a trabajadores enfermos de silicosis de Los Andes.

Esta representación de los trabajadores no ha estado tampoco exenta de polémica. De hecho, Rivas Schulz, en 2014, presentó una querella por injurias y calumnias en contra de un ex trabajador de Codelco que escribió una carta donde señalaba que su estudio jurídico “lucraba” con la enfermedad de los ex funcionarios de la empresa.

El padre de Rivas finalmente perdió el juicio por “injurias y calumnias” en el que pedía una millonaria indemnización monetaria al trabajador.

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