La Oficina Nacional de Emergencia mantiene deudas con sus proveedores por miles de millones de pesos, y se disculpa aduciendo que desde el gobierno central no les llegan los recursos para pagar. Pero una fuente de gobierno señaló a El Mostrador que “eso es totalmente falso. Según la contabilidad del ministerio del Interior el traspaso de los fondos está al día y lo que ocurre es un descontrol del servicio”.
Como ocurre en otros servicios,en este caso dependiente del Ministerio del Interior, la Onemi está inmersa en un desorden administrativo que tiene ahogados a los proveedores de las múltiples emergencias experimentadas por el país.
La mayoría de las quejas son de pequeños y medianos empresarios que no encuentran eco en el gobierno, ya que “cualquier tema con la Onemi debe ser directamente denunciado a la Presidencia, porque la Onemi la controlan los militares” señalan en la propia organización.
La Oficina Nacional de Emergencia mantiene deudas con sus proveedores por miles de millones de pesos, y se disculpa aduciendo que desde el gobierno central no les llegan los recursos para pagar. Pero una fuente de gobierno señaló a El Mostrador que “eso es totalmente falso. Según la contabilidad del ministerio del Interior el traspaso de los fondos está al día y lo que ocurre es un descontrol del servicio”.
El problema ha llevado a recriminaciones internas y a la moraleja de que “si quiere cobrar hable con la Presidenta”. Ello porque los funcionarios que se relacionan con los proveedores terminan dando explicaciones sobre problemas que no controlan y, finalmente, reconociendo que no hay dinero para cancelar.
Un empresario, que pide reserva su identidad señala que el estilo de gestión de emergencias raya en lo esquizofrénico.
Este año el presupuesto para emergencias se ha visto sobrepasado por los incendios de Valparaíso y del sur del país, así como por los aluviones e inundaciones en Atacama y Coquimbo. Pero las empresas señalan que ni el retail se demora tanto en pagar como lo hace la ONEMI, más de seis meses. Y para el colmo les piden a las empresas que no facturen o derechamente no se las reciben para que no puedan factorizarlas. “ “Esto hace que la ONEMI muestre sus pagos al día, en caso de una fiscalización, porque no habiendo orden de compra ni contrato, finalmente no se les debe nada”, explica una fuente de gobierno.
