Crítica gastronómica
Boragó es el restaurante más comentado del mercado nacional en el extranjero y tiene varios motivos. La propuesta demuestra años de perseverancia y un conocimiento enorme sobre nuestros productos especialmente seleccionados a lo largo de nuestro país y con especial cuidado en los ingredientes nativos y en quienes los recolectan.
Manteniendo una cercana relación entre los proveedores y quienes ejecutan las preparaciones, Rodolfo Guzmán, quien encabeza el restaurante, ha tenido altos y bajos en el transcurso de éste, al cual le cuesta convencer al público santiaguino, pese a que se encuentre dentro de los 50 mejores restaurantes del mundo. No así a los extranjeros,
quienes repletan en su mayoría el salón.
La atención que recibes desde que ingresas si no es perfecta, se acerca bastante. Te abordan de la manera más cuidadosa y te explican una carta que no es fácil de comprender. El personal posee dedicación, conocimiento y la mejor voluntad para que tengas una experiencia única, y te aseguro que la tendrás.
Si bien el espacio luce bien -sobrio, elegante y limpio-, carece de música, cuadros o simplemente un ambiente más distintivo. El ambiente no es lo suyo y es por falta de carácter. Quizás a Guzmán no le interesa nada más que llamar la atención con sus preparaciones.
A lo que vinimos, menú de degustación de 18 tiempos ($65.000), más maridaje de vinos nacionales ($43.000). Aunque los tiempos estaban perfectamente calculados vaya con tiempo y hambre. Comerá productos altamente seleccionados de nuestra costa e ingredientes silvestres en gran parte de sus preparaciones. Cada plato sorprende con un detalle distinto, nota de mucho trabajo de por medio y te conectarás en gran parte con nuestra costa en montajes cautivantes con una adecuada y rústica vajilla.
En lo personal es un restaurante que yo asistiría una vez al año, y de esa forma lo recomiendo. ¿El motivo? sus elevados precios –no digo que no los valga- y, la falta de sabor en algunas de sus preparaciones. Lo distinto y el detalle se vuelve enemigo del sabor y se extraña, no así en su pato o su cordero realizado a la inversa, los cuales
tienen una perfecta ejecución con deslumbrantes sabores.
Boragó es un aporte a nuestra gastronomía y Guzmán es un referente de ella a nivel mundial. Si bien lo que proyecta lo cumple de buena manera, no es un restaurante que den ganas de visitar seguido. No antoja, pero asombra.
Nueva Costanera 3467, Vitacura.
Servicio: Excelente (98%)
Comida: Excelente (90%)
Ambiente: Regular (59%)
Precio: De los $ 55.000 a $ 110.000 p/p
