Salud

Fibrilación auricular: el peligro de un corazón acelerado

Dos prestigiosos médicos brasileños visitaron nuestro país para hablar sobre fibrilación auricular -una arritmia cardíaca muy común- y la necesidad que tienen las personas que la sufren de seguir un tratamiento anticoagulante.

Un corazón normal late entre 60 y 100 veces por minuto, sin embargo, las personas con fibrilación auricular (FA) experimentan latidos de hasta 450 veces por minuto.

Reconocida por ser una enfermedad compleja de detectar, síntomas como dolor en el pecho, falta de aire, mareos, desmayos o baja en la presión, pueden ser alertas de una arritmia que hace que una parte del corazón, la aurícula, desordene sus latidos y se generen coágulos en ella.

“Con FA, las aurículas pierden la fuerza contráctil y en esta pérdida se propicia la mayor formación de coágulos. Entonces, al incrementarse, éstos pueden salir de las aurículas e ir hacia varias regiones del cuerpo”, explica el Dr. Álvaro Avezum, cardiólogo de la U. de Sao Paulo. De esta manera, cuando ocurre en el sistema nervioso central, “deriva en un accidente cerebrovascular
(ACV)”, advierte el especialista.

Sin ir más lejos, entre los tipos de FA existentes, la no reumática tiene grandes consecuencias para los pacientes, aumentando dos veces el riesgo de muerte, tres veces el peligro de sufrir una insuficiencia cardiaca y hasta cinco veces el riesgo de ACV. La prevalencia, de hecho, crece fatalmente con la edad y otros factores.

“La población que tiene una insuficiencia cardiaca, dolencia cardiaca o hipertensión arterial, acrecienta su posibilidad de tener FA. Cualquier persona que tenga edad avanzada también tendrá una proporción mayor de desarrollarla. Por ejemplo, después de los 80 años, uno de cada cuatro individuos tendrá fibrilación auricular”, aclara el Dr. Avezum.

Anticoagulación oral para vivir

Entre los medicamentos que ayudan a prevenir la formación de coágulos y disminuir el riesgo de un ataque cerebral en pacientes que padezcan este ritmo cardíaco “acelerado”, está un anticoagulante oral llamado warfarina, usado como tratamiento a partir de la década de los 50, y que los especialistas utilizaron hasta que se descubrió que licuaba la sangre.

Sin embargo, esta alternativa no es tan eficaz y segura como la nueva generación de anticoagulantes orales (ACO). De acuerdo al Dr. Avezum, “hay cuatro nuevos anticoagulantes en la práctica clínica actual. Las tasas de sangrado intracraneal o los ACV por hemorragia son menores con estos agentes en comparación con la warfarina”.

Los nuevos ACO son recientes, pero bastante eficaces como tratamiento para la FA y la reducción de patologías relacionadas.

“Tienen un impacto en la reducción de ACV causada por la fibrilación auricular de hasta 75%, comparada con la no tratada. Considerando que estas drogas son fáciles de usar y tienen poquísimos efectos colaterales, se consideran actualmente uno de los mayores descubrimientos del siglo”, asegura el Dr. Alexandre Pieri, neurólogo vascular y jefe del equipo de Neurología del Hospital Albert Einstein de Brasil.

A pesar de estos avances, el Dr. Avezum revela el gran desafío que tiene la región en este tema. “Los estudios observacionales muestran que probablemente no deben ser más del 20%, uno de cada cinco enfermos con FA, los que están tratados de forma adecuada con anticoagulación en Sudamérica”, advierte.

Factores de riesgo

Entre las causas de riesgo más comunes para desarrollar FA están:
– Ser mayor de 60 años
– Problemas cardiacos como presión arterial alta, enfermedad de las arterias coronarias, ataques al corazón previos, enfermedad cardíaca estructural (problemas valvulares o defectos congénitos), entre otros.
– Diabetes
– Enfermedad de la tiroides
– Abuso de alcohol o estimulantes