Publicidad
«Chile en llamas»: La serie que muestra la censura nuestra de cada día, en dictadura y democracia Está apoyada por el CNTV y será transmitida por Chilevisión

«Chile en llamas»: La serie que muestra la censura nuestra de cada día, en dictadura y democracia

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
Ver Más

Tras seis años se investigación sobre la censura en Chile, la documentalista Carmen Luz Parot afina una serie de televisión de siete capítulos en la que se mostrará cientos de ejemplos de censura a las artes en Chile, desde la que pretende acallar las críticas a los gobiernos, la censura trágica de la dictadura, la moralista y tragicómica de la Concertación y la actual, esa que margina cuando se tocan temas que la autoridad no quiere discutir.


¿Qué tienen en común el libro Persona Non Grata de Jorge Edwards con la caricatura de Pinochet que emulaba a Luis XIV? ¿Existe alguna relación entre la polémica carátula del primer disco de Agua Turbia en 1970, con la prohibición de exhibir en Chile a fines de los 90 la Última Tentación de Cristo? ¿Qué tienen los desnudos de la Baby Vamp, la exposición de fetos humanos en la Perrera, la obra Prat y la quema de los pagarés de la Universidad del Mar por el artista Papas Fritas, que hicieron que estas obras se quedaran grabadas en la memoria?

Caratula del primer disco de Agua Turbia. Fue censurado en 1970 por los medios por su "estilo promiscuo".

Caratula del primer disco de Agua Turbia. Fue censurado en 1970 por los medios por estimular un «estilo promiscuo» a la juventud.

Durante seis años de investigación, la documentalista Carmen Luz Parot (Víctor Jara: El derecho de vivir en paz, 1999) se dedicó a investigar la censura en Chile. Registró, descubrió y desarchivó cientos de casos donde la prohibición, la marginación y la intolerancia se dejaron caer de forma vehemente contra las artes en el país, descubriendo en aquella acción, que no existía diferencia alguna entre dictadura y democracia a la hora de aplicar la censura, y que la razón descansaba en una especie de incontinencia política nacional por rechazar toda crítica a la autoridad y en eclipsar cualquier tipo de discusión que invite a reflexionar sobre realidades incómodas.

«Aquí, en Chile, la falta de crítica a la autoridad es impresionante. La censura no es particular a un tipo de gobierno, a todos ellos les molesta que los critiquen. No hay uno solo que se salve», reflexiona Parot, convencida.

Obra Prat, de Manuela Infante. Causó polémica por "parodiar" a héroes patrios.

Obra Prat, de Manuela Infante. Causó polémica por «parodiar» a héroes patrios.

El fruto de esa investigación dio origen a «Chile en llamas: el arte de la censura», una serie de televisión de siete capítulos que será transmitida por Chilevisión y en la que Parot hará un recorrido por aquellos casos de censura que en dictadura fueron trágicos como la desaparición del camarógrafo de La Batalla de Chile, Jorge Muller (desaparecido en 1974) y por aquellas restricciones tragicómicas y moralistas,  ocurridas en democracia, como la voluntad de la Iglesia Católica de impedir que tocará en Chile Iron Maiden, bajo de acusaciones de satanismo.

«Chile en llamas», constituye, además, una de las apuestas vanguardistas del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) por apoyar el pluralismo cultural.

Patriotas y traidores

Uno de los capítulos -cuenta la realizadora- donde brotan casos de este tipo censura es el titulado «Patriotas y traidores» y que trata precisamente sobre la intolerancia a la crítica de parte de la autoridad, sin importar el gobierno de turno.

Uno de los ejemplos extremos de este capítulo fue la censura que sufrió en dictadura el humorista gráfico Guillo, cuando ilustró en la portada de la revista Apsi a un Pinochet con peluca barroca, emulando a Luis XIV.  Como era de esperar, la revista fue incautada y la plana mayor de la revista, encarcelada.

PinochetLuisXIV

«Los gobiernos son muy severos cuando el arte critica a la autoridad y sobre todo cuando la crítica se hace desde el humor político. Ocurre que cuesta mucho aceptar la crítica cuando se hace con sorna o ironía. Y eso no es solo en Chile. Es muy latinoamericano rendir pleitesía a la autoridad y eso tiene que ver con instituciones débiles, que han caído una y otra vez, por eso –creo yo- es tan importante ese respeto, ya que se resquebrajan fácilmente», sostiene la realizadora.

Emblemas patrios

Otro tema recurrente en la aplicación de la censura –explica Parot– es cuando se utilizan símbolos patrios en una obra de arte.

Uno de estos casos emblemáticos lo constituye la polémica muestra «El Ojo de la mano» del artista Arturo Duclós, en la que aparece una bandera confeccionada con más de 70 fémures humanos, donados por escuelas de medicina y que tenía directa alusión a los detenidos desaparecidos en Chile.

Performance de Patricia Rivadeneira

Performance de Patricia Rivadeneira

En este campo también destaca la recordada performance de la actriz Patricia Rivadeneira, quien se cubrió su cuerpo desnudo con una bandera chilena, mientras simulaba la crucificción de Cristo. El caso provocó la irritación del clero, de la clase política conservadora, y de los medios de comunicación que realizaron un festín sensacionalista.

Otra de las obras que causó gran conmoción y que, incluso llegó a provocar un conflicto diplomático con Venezuela y Ecuador, fue cuando en pleno gobierno de Patricio Aylwin, el pintor Juan Domingo Dávila expuso una pintura donde presentaba a Simón Bolívar como travesti, con las tetas al aire e insultando al observador con su dedo medio en alto.

“El Patriotismo venezolano está herido”, tituló el diario La Nación de Venezuela, abriendo el debate. Tras el escándalo, la Cancillería chilena se apresuró en ofrecer disculpas diplomáticas por la obra.

Obra de Juan Domingo Dávila

Obra de Juan Domingo Dávila

«Los símbolos patrios son intocables. Otro ejemplo de lo mismo se dio cuando Cristián Galaz no pudo incluir una bandera en el video clip de la canción «Corazones rojos» de Los Prisioneros», agrega.

En la Unidad popular

Si bien el arte en los primeros años de la Unidad Popular experimentó un florecimiento de ímpetu, varios trabajos fueron igualmente censurados. Carmen Luz explica que uno de estos fue a raíz de la polémica que provocó la carátula del primer disco de la banda de rock sicodélico «Agua Turbia». Los músicos fueron acusados de pervertir la juventud al posar desnudos para la foto.

Y en la literatura, el premio Cervantes Jorge Edwards vivió en carne propia la censura por su novela Persona non grata. En este libro, el escritor narra los tres meses que pasó como encargado de negocios del gobierno de Salvador Allende en la cuba revolucionaria de Fidel Castro.

persona non grataEl arrojo de Jorge Edwards al publicar este libro en 1973 concitó no sólo el interés mundial, sino que además se hizo acreedor de una doble censura: la obra fue proscrita tanto por la izquierda como por la derecha.

En dictadura

Por razones obvias, la censura bajo la dictadura de Pinochet fue feroz, pero la directora quiso en «Chile en Llamas» destacar un caso poco conocido, y que tuvo lugar en el velorio de Pablo Neruda.

«En el capítulo del Golpe Militar se toca un tema que se conoce poco, que es la muerte de Neruda en la Clínica Santa María y cómo es velado en su casa que está totalmente destruida», cuenta.

Carmen Luz Parot explica que «la Chascona fue destruida completamente y Neruda es velado en una casa donde no quedaba un vidrio, una mesa, no quedada piedra sobre piedra, incluso cuentan los pocos testigos que la casa estaba tan destruida que para calentarse dentro de ella prendieron una fogata con los restos». Sobre este hecho existen fotos inéditas que la producción del programa se consiguió con un fotógrafo brasileño y que nunca han sido mostradas en Chile.

«Lo curioso –prosigue Parot– es que eso ocurría mientras los militares mostraban a la prensa extranjera cómo quemaban libros, muchos de ellos de Neruda, afuera de las Torres San Borja. Ese es un momento muy simbólico y muy trágico de la censura del arte en Chile».

La censura en el siglo XXI

En la década de los 2000 los ejemplos son múltiples e igualmente burdos. Algunos de las obras censuradas son de gran calidad, otras –aclara la realizadora– no son tanto, pero para efectos de la investigación, la acción de censurar opera de la misma forma.

Así, en el desarrollo del programa se recordará el caso de la Casa de vidrio (1999), en donde la censura operó vestida de sensacionalismo e ignorancia, tal cual como pasó también con la performance del argentino Lucio Vega, que sorprendió a los santiaguinos cuando sacó a la calle, completamente desnuda, a Lucía Flores Catrileo, más conocida como Baby Vamp.

la casa de vidrio

Daniela Tobar en la Casa de Vidrio

«Las reacciones son muy fuertes también cuando las obras proponen reflexión como pasó con la obra del artista Luis Verdejo», recuerda.

Este artista en el año 2000 pretendió abrir el debate sobre la vida con una exposición en la que usó cuatro fetos reales en formol, ocultos entre una cuarentena de nonatos falsos, elaborados con silicona, en frascos de vidrio. Se le dejó caer encima la polícia tras ser acusado de tráfico de fetos, la Iglesia y hasta el Servicio de Salud Metropolitano.

Fetos exposición

Obra «fetos» de Luis Verdejo.

La obra no se pudo exponer como se planificó, pero el artista presentó la exposición intempestivamente en el frontis del Museo de Bellas Artes. Casi no hay registros. Los medios ni siquiera se atrevieron a cubrir el evento.

Marginación

Pero la censura no es solo prohibición, aclara Parot. «No todo es como le pasó a Manuela Infante con su obra Prat. La censura previa en Chile no existe, la censura que opera actualmente es la marginación. La falta de espacio. Existen muchos artistas que han optado por mostrar sus obras desde los márgenes, explica.

Una de estas decisiones fue adoptada por el documentalista José Luis Sepúlveda, luego que su obra Pejesapo, sobre el tránsito de un personaje desadaptado que intentó suicidarse, no obtuvo ninguna pantalla en ese momento. Tiempo después se hicieron retrospectivas a su obra.

«Él ha hecho una carrera cinematográfica documental excepcional pero en los márgenes, no en el Chile oficial», cuenta.

Uno de los casos más feroces, ya no sólo de prohibición y marginación, sino también de persecución fue el caso de la documentalista Elena Varela, quien fue arrestada durante el primer gobierno de Michelle Bachelet cuando se encontraba realizando el documental «Newen» sobre la causa mapuche. Además de meterla presa, le incautaron 300 cintas y enfrentó un largo proceso judicial, en el que finalmente quedó exculpada.

«Lo que vivió Elena fue un infierno. Y ahí está el tema que todos los grandes artistas chilenos han sido censurados por la potencia de lo que dicen, por dar en el clavo. En definitiva las obras que son censuradas en Chile son aquellas en las que se ponen temas en discusión y causan un impacto feroz porque no son temas que se hayan discutido, y solo el hecho de conversarlo es intolerable. El país es muy conservador y arte escandaliza», sostiene.

Pluralismo

El presidente del Consejo Nacional de Televisión, Óscar Reyes, explicó que el apoyo a esta serie de Tv radica en la preocupación del Consejo por el pluralismo. «Nosotros estamos realizando seminarios y discusiones sobre pluralismo. Vamos a apoyar las realizaciones de directores y productores que apunten a esas temáticas», puntualiza.

Del mismo modo opina la jefa de Fomento del CNTV, María de la Luz Savagnac, quien adelanta que «el programa de la Carmen Luz, se va a transmitir por Chilevisión. Es nuestra obligación con fondos del Estado que esta realidad se conozca».

Un avance de esta serie se presentó en el marco del Festival de Cine de Valdivia 2014. «Chile en llamas» llegará a la televisión abierta el 2015.

Publicidad

Tendencias