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Luis Dubó y Lorenzo Aillapán, el “Hombre Pájaro”, preparan película sobre conflicto mapuche

Luis Dubó y Lorenzo Aillapán, el “Hombre Pájaro”, preparan película sobre conflicto mapuche

“Pelokëlan”, una obra de la realizadora Rocío Chávez, cuenta la historia de un campesino contratado por la forestal Sierra Verde para resguardar una isla donde iniciarán trabajos, hasta que conoce a un mapuche que lo hará dudar.


Una película protagonizada por el reconocido actor Luis Dubó y el poeta e intérprete Lorenzo Aillapán, el “Hombre Pájaro”, prepara actualmente la realizadora Rocío Chávez.

El film cuenta la historia de Oscar Leiva (Dubó), un campesino oriundo de Puerto Saavedra, que es contratado por la forestal Sierra Verde para resguardar una isla donde iniciarán trabajos.

Extrañas apariciones de entes mágicos lo vincularán con un mapuche (Aillapán) que vive escondido en estas tierras. Crean una amistad que se ve amenazada por la duda ética de Oscar, quién no quiere perder su trabajo, ni a su amigo.

“Pelokëlan” (“Lo que los ojos no ven”), actualmente en campaña de financiamiento, espera comenzar el rodaje a fines de 2015 y estrenar en el segundo semestre de 2016.

Acercar a la gente

“Nuestra idea al realizar este proyecto es acercar a la gente a la cosmovisión mapuche, porque hay una brecha histórica que nos divide y genera conflicto, que va desde la discriminación hasta la lucha de tierras en la región de la Araucanía”, explica Chávez.

Se trata de “una mirada intimista y sensible, que pretende que sus espectadores se cuestionen quiénes son realmente los mapuches, y por qué tienen tanto apego a sus tierras”, agrega.

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Para la productora del film, Natalia Rodríguez, la motivación para participar en el proyecto tiene que ver con su curiosidad por la cultura mapuche, «conocer sus tradiciones y desmitificar que es una cultura olvidada y violenta».

«Es parte de nosotros y de nuestra identidad como país, un deber no olvidarla, hay muchas cosas bellas de aprender sobre los mapuches y aprender a conectarnos otra vez con nuestra tierra que cada día está más dejada de lado», dice.

Para Rodríguez, el conflicto en el sur de Chile por la disputa de terrenos ha abierto la puerta «a que nos cuestionemos nuevamente sobre quiénes son Chile, recordar aquellos pueblos y culturas que son parte de nuestra historia y raíces y que han estado en el olvido. La cultura mapuche es uno de los pueblos más cercanos pero esta es una película que cuenta no solamente sobre la cultura, sino sobre la convivencia, la cercanía y re conectarnos con lo que realmente somos como país y nos representa».

En cuanto al título del film, para Chávez alude a “lo que le sucede a nuestros personajes, no ven tantas cosas, tantos prejuicios que se arman en el cotidiano, que finalmente crean un vínculo solido, que es lo que le da vida a esta película”.

«En resumen es ser capaces de ver a los invisibilizados, en este caso mapuches, pero muchas otras culturas y si quieres puedes extrapolarlo aún más, muchas personas, conflictos que no ‘vemos’ siempre, pero que no podemos negar que están ahí», coincide la productora.

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Desde la infancia

La directora cuenta que el film se incubó en su infancia, en los viajes que realizaba con su padre y su tío a distintos lugares del lago Budi, en la Región de la Araucanía. Ambos son profesores y se dedicaban a hacer actividades sociales con las escuelas rurales.

“Ahí mi padre conoció  Lorenzo Aillapán”, recuerda Chávez. “Un día lo llevó a nuestra casa en Santiago. Yo era chica, debo haber tenido unos ocho años, quizás un poco más. Estaba en mi pieza jugando, cuando de repente escuche un canto muy agudo de un ave, y salí al patio, miré para todos lados buscando la procedencia de ese canto, y luego vi que era Lorenzo. Me impresioné tanto que hasta pensé que volaba, lo tuve dando vueltas en mi cabeza para siempre”.

¿Por qué era importante poder contar una historia como esta, este particular encuentro entre lo chileno y lo mapuche?

“Es importante por varias cosas, primero para hacernos parte de un todo, pues lo queramos o no, toda esta tierra es de nosotros, de todos, y para poder convivir en paz vamos a tener que ceder, atrevernos a saber, y a ver porque es tan importante la conexión con la tierra”, responde. “Eso explica por qué este personaje, Lorenzo, vive cautivo y no quiere renunciar a su tierra”.

“También es importante porque estos dos personajes, pese a todas sus diferencias sociales, y culturales, logran conocerse, las costumbres y creencias de ambos, hasta que llegan a aceptarse y formar un vínculo de amistad, que hace tanta falta entre chilenos y mapuches”, añade.

Si bien actualmente las películas que abordan la temática indígena son escasas, para Chávez es un territorio donde aún hay mucho que descubrir, “para mostrar tanto nacionalmente, como internacionalmente”.

Dubó y Aillapán

Chávez destaca además la importancia de que los personajes sean interpretados por un actor como Dubó y otro artista como Aillapán, Premio Casa de las Américas (1994) y declarado Tesoro Humano Vivo por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (2012).

“Luis Dubó tiene una gran carrera artística como actor, y la gente logra reconocerlo y empatizar con él, y Lorenzo por otra parte le da a la película todo el newen (fuerza o energía) de un pueblo, que necesita ser visualizado y comprendido por todos nuestros espectadores”, comenta Chávez. “Es un tremendo representante”.

Aillapán cuenta que quiso rescatar con su participación la “cosmovisión y la cultura mapuche”, así como “la fuerza espiritual que mantenemos como gente de la tierra”, con su foco en “la naturaleza y el ser humano”. También alertar sobre problemas como “la deforestación”.

“Estamos convencidos de que es un proyecto muy necesario”, complementa Dubó. “Tenemos la participación maravillosa de don Lorenzo y estoy maravillado compartiendo rol con él”.

El actor, que se declara muy respetuoso de la cultura mapuche, agrega que la historia tiene muchos matices, que la hacen “muy de nuestros días, con todo lo que ocurre con las forestales, con el avance del desierto verde, con la violencia que se le aplica a ese pueblo tan maravilloso. Es (un tema) muy candente, muy necesario, muy actual”.

“Cualquier intento por restablecer al pueblo mapuche y nuestras culturas ancestrales es reencontrarnos con nuestra identidad y hacer una revaloración de los contenidos y la sabiduría que se guarda en esos pueblos”, reflexiona.

En relación al conflicto mapuche, para Rodríguez actualmente hay mucha desinformación en los medios «masivos», «donde finalmente la información se privilegia hacia una sola parte; además siempre mostrando a los mapuches como un pueblo violento, terrorista… y eso no es así y sin tener la delicadeza de entender su parte en este diálogo y sin entender tampoco que existen más mapuches y personas que viven bajo esta visión de mundo que no están insertos en estos conflictos ‘terroristas’, como los pintan los medios de comunicación mas tradicionales».

«Es lo mismo que pasa con la educación, hay una marcha y son 15 capuchas que hacen desmanes… pero finalmente ‘los estudiantes salen a hacer desmanes’… Quienes están realmente informados y son parte de esos conflictos entienden que no hay blanco y negro».

Campaña de financiamiento: http://idea.me/proyectos/31116/pelokelan

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