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La música como instrumento de desarrollo social para los niños de Chile

La música como instrumento de desarrollo social para los niños de Chile

El trabajo de la Fundación de Orquestas Juveniles nos permite a diario ser testigos de los cambios de vida que genera la música en niños y jóvenes, siendo muchos los casos de esfuerzo, logros y éxito. Ejemplo reciente de esto es la historia de Alejandro Vera, un niño que se inició en la Orquesta Sinfónica del Colegio Nocedal, llegó luego a la FOJI a seguir perfeccionando su talento y hoy lo vemos incorporarse a una orquesta profesional, perfilándose como un destacado fagotista para el país.


Desde los primeros meses de vida, la música se convierte en un elemento estructural en la formación de las personas, siendo de un gran atractivo para niños y niñas. Es una herramienta a través de la cual es posible transmitir desde los primeros momentos de la vida, emociones, lenguaje y expresión. Es además un método, puesto que si se le suma trabajo y disciplina, podemos fomentar el diálogo, el trabajo en equipo, la tolerancia y el respeto por el otro.

Sin embargo, hemos visto cómo la música funciona como un motor poderoso, efectivo, y a la vez democrático de desarrollo social. Los niños y jóvenes que se vinculan con la música en sus procesos formativos, demuestran tempranamente capacidades nuevas y empatía con su entorno, es decir, trabajan en equipo y van teniendo la convicción de que por medio de la música, es posible cumplir sus sueños y anhelos.

Es aquí donde nos convoca la misión de la Fundación de Orquestas Juveniles e infantiles de Chile (FOJI), institución que cada día trabaja para que niños y niñas puedan cumplir esos sueños mediante el desarrollo y fomento de sus talentos. Este mes en que celebramos los 14 años de vida de la Fundación, además de mirar con satisfacción el camino andado, vemos con energía la llegada de nuevos desafíos.

Hoy en Chile, existen más de 440 orquestas agrupadas en la FOJI, en distintas comunas de todo el país. Esto es, más de 12.000 niños y jóvenes que participan día a día de este programa.

Para muchos de ellos, el acceso al mundo de la música no hubiese sido posible sin el apoyo de esta Fundación, institución que fue creada en 2001 por la entonces Primera Dama Luisa Durán en compañía del maestro y mentor del proyecto, don Fernando Rosas, y que, a través de ella abrieron una gran puerta para los niños, niñas y jóvenes del país, sin importar su condición social y económica.

Sólo durante 2014 se entregaron cerca de 2.000 becas orientadas a apoyar el desarrollo musical, se ofrecieron más de 100 conciertos gratuitos en todo el país y se contó con la presencia de cerca de 60.000 personas que asistieron a los conciertos realizados por la Fundación.

Hemos asumido con esperanza y compromiso estos nuevos desafíos con el propósito de contribuir en la construcción de un Chile más justo, y con mayor igualdad de oportunidades. Tenemos la convicción de que las orquestas juveniles deben ser un motor de desarrollo y movilidad social, promoviendo desde la música mejores oportunidades de inclusión e integración.

Es por ello que hoy fomentamos el acceso a la cultura como un derecho social y no un privilegio de pocos, con programas tales como el ciclo “Conciertos en Tu Barrio”, que nos ha permitido llegar a esos lugares en donde existe escaso o nulo acceso a actividades culturales. Asimismo, este año abrimos la primera Academia de Orquestas del país, destinada a los niños de escuelas municipales más vulnerables, y a la vez iniciamos con éxito la conformación del Primer Coro Infantil FOJI.

Además, seguros de que la música es un factor de desarrollo desde la primera infancia, en conjunto con Fundación Integra –institución que al igual que FOJI pertenece a la Dirección Sociocultural de la Presidencia- hemos iniciado en la comuna de Pudahuel el Proyecto “Mi Orquesta en el Jardín”, el cual está acercando la música y los instrumentos sinfónicos a niños y niñas desde los 2 años de edad.

El trabajo de la Fundación nos permite a diario ser testigos de los cambios de vida que genera la música en niños y jóvenes, siendo muchos los casos de esfuerzo, logros y éxito. Ejemplo reciente de esto es la historia de Alejandro Vera, un niño que se inició en la Orquesta Sinfónica del Colegio Nocedal, llegó luego a la FOJI a seguir perfeccionando su talento y hoy lo vemos incorporarse a una orquesta profesional, perfilándose como un destacado fagotista para el país.

Dejo abierta una invitación a conocernos, de Arica a Punta Arenas, a saber más de la vida de estos chicos que trabajan día a día para cumplir sus sueños al alero de la música, un arte que no sólo nos involucra desde lo sensorial, sino que nos mueve hacia la construcción de un Chile distinto, inclusivo y más feliz.

Walter Valdebenito Pedreros

Director Ejecutivo de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile. Twitter: @wvaldebenito

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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