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Investigadora premiada por Academia de Ciencias: «El feminismo es necesario, la inequidad es grotesca» CULTURA

Investigadora premiada por Academia de Ciencias: «El feminismo es necesario, la inequidad es grotesca»

La neurocientífica Paula Andrea Lima, quien obtuvo el “Premio de Excelencia a Investigadora joven Adelina Gutiérrez”, de la Academia Chilena de Ciencias, por sus importantes contribuciones sobre la enfermedad de Alzheimer, a través de numerosas publicaciones que han alcanzado reconocimiento en la comunidad científica internacional, tiene muy claro el proceso histórico de reivindicación de los derechos de la mujer. «El movimiento feminista actual no es propio de mujeres radicalizadas, sino patrimonio de la humanidad en su lento proceso evolutivo», asegura. «Necesita de la comprensión y del apoyo de los hombres que están dispuestos a modificar las condiciones de inequidad existentes, que no solamente son grotescas, sino también abundantes», agrega.


La investigadora Paula Andrea Lima pertenece a dos colectivos «en desventaja» en Chile: es mujer y es extranjera. Esto no le ha impedido desarrollar con éxito su labor como académica y ser premiada recientemente como «la mejor científica joven».

Lima (Río de Janeiro, 1977) recibirá el galardón el próximo 20 de junio en la Academia de Ciencias. El “Premio de Excelencia a Investigadora joven Adelina Gutiérrez, 2017″, le fue otorgado tras una decisión de un jurado compuesto por miembros de la Academia Chilena de Ciencias, que revisó los antecedentes de 24 candidatas de gran nivel académico y de diferentes procedencias institucionales.

«Es un premio de reconocimiento a la trayectoria, que releva los logros académicos, incluyendo no solamente publicaciones científicas, sino que también la formación de capital humano avanzado, fundamental para el desarrollo de la investigación que realizamos», celebra ella.

El reconocimiento lleva el nombre de Gutiérrez (1925-2015), la primera mujer en ingresar a la Academia de Ciencias, una astrofísica que creó la Licenciatura en Astronomía en la Universidad de Chile.

Alzheimer, un desafío no resuelto

Paula Andrea Lima es académica de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile e investigadora del Instituto de Neurociencias Biomédicas (BNI). Fue premiada por sus importantes contribuciones sobre la enfermedad de Alzheimer, a través de numerosas publicaciones que han alcanzado reconocimiento en la comunidad científica internacional.

[cita tipo=»destaque»]»El premio de la academia que recibí, por ejemplo, es dedicado exclusivamente a mujeres y lleva el nombre de Adelina Gutiérrez, la primera mujer en integrarse a la Academia Chilena de Ciencias. Fondecyt también ha desarrollado estrategias como la consideración de 2 años extras de currículo para las mujeres que han tenido hijos, lo que ya ha impactado positivamente la proporción de adjudicación femenina en estos proyectos en los últimos años».[/cita]

«Me enfoqué en esta enfermedad porque esta constituye un desafío aún no resuelto por los científicos», cuenta Lima.

«Entender los mecanismos por los cuales funcionan nuestros cerebros, cómo se forman y se pierden las memorias que nos hacen individuos únicos en el mundo, es per se un tema muy atractivo», explica. «Si a esto sumamos el hecho de que los gastos en salud con esta enfermedad son mayores que el valor de mercado de Apple o Google, nos damos cuenta de que esta enfermedad constituye uno de los grandes temas de la actualidad y por esto es tan competititva esta área».

Todo por una charla

Lima es química-farmacéutica y se doctoró en Química Biológica en la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, su país de origen.

Ella vino a Chile el año 2007 para realizar un posdoctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile –patrocinado por Cecilia Hidalgo–, el cual finalizó el año 2010. En vez de regresar a Brasil, se radicó en Chile, donde siguió desarrollando sus investigaciones. «Actualmente yo diría que esto fue lo que me permitió llevar mi carrera a los niveles actuales», comenta.

Sobre Hidalgo, la primera mujer en ganar el Premio Nacional de Ciencias Naturales, comenta que «sin duda es un referente para todas las mujeres, no solamente las científicas: es una mujer extremadamente exitosa, con cuatro hijos que poseen personalidades fantásticas, quienes son verdaderos aportes a la humanidad».

«Es inspirador trabajar con ella: su ímpeto y fuerza, unidos a su capacidad intelectual extremadamente diferenciada, hacen que Cecilia sea una máquina en términos profesionales, aunque no se deshumaniza, porque se mueve con la misma potencia por las artes y las humanidades», reflexiona. «Llegué un poco a ciegas a trabajar con ella el año 2007, aconsejada por mi tutor de tesis doctoral en Brasil, buscando no más que un posdoc y encontré no solamente un gran ejemplo profesional, sino que también una gran amiga», expresa.

Lima decidió ser científica tras haber cursado una enseñanza secundaria con formación técnico profesional en Biotecnología en la Escuela Técnica Federal de Química de Río de Janeiro, antes de entrar a la universidad.

«Fue  gracias a una charla fascinante a la que asistí a los 14 años, realizada por un profesor de Análisis Instrumental en Química llamado Jorge Hudson Petreski», recuerda. «Elegí la carrera de Farmacia porque ya tenía claro que quería ser científica en el momento de optar y pensé que esta carrera me daría tanto las bases biológicas como químicas para mi pleno desarrollo en ciencias», detalla.

Chile, país generoso

Lima admite que ser científico en Chile es difícil, aunque en su caso siente que nuestro país ha sido «extremadamente generoso».

«Siempre se pueden hacer comparaciones de todos tipos, pero en este momento de reconocimiento siento que no podría estar en mejores condiciones», afirma. «He tenido mucha suerte acá en este país, aunque sepa que la realidad no es la misma para la mayoría, por la competitividad y la ausencia de puestos de trabajo para doctores que terminan en empleos no relacionados a su formación», señala.

«El solo hecho de que me hayan otorgado este premio, siendo extranjera, dice mucho de cuánta consideración este país ha tenido conmigo», remata. «Cada vez me siento menos ajena y más parte de este espléndido abanico de paisajes que van del hielo patagónico al desierto de Atacama».

Para ella hacer ciencia es importante, porque así se generan nuevos conocimientos, modificando la capacidad de los seres humanos de lidiar con la naturaleza, con las enfermedades y con las necesidades de todos los tipos, incluso las económicas.

«Es la ciencia el motor primordial del desarrollo de un país, no es en vano que las grandes potencias mundiales inviertan tanto en desarrollo científico tecnológico», puntualiza.

Chile y la ciencia, hoy

Por lo mismo, Lima lamenta la baja inversión en ciencia de nuestro país: 0,38% del PIB, según el Banco Mundial. Menos que Cuba (0,43%) o México (0,55%) y muy lejos del promedio OCDE (2,55%).

«Es baja, más baja que en otros países que están económicamente en peor situación que Chile», refrenda. «Es decir, las políticas no están acompañando las necesidades país, que deberían considerar una inversión ad hoc en ciencia y tecnología», sostiene.

«Cada vez más excelentes proyectos quedan sin financiamiento, cada vez más se desperdician oportunidades de desarrollo por estar limitados económicamente. Una comunidad científica que avanza a pasos largos y que es reconocida mundialmente por su excelencia no puede ser detenida por falta de decisión o visión política», advierte.

También es crítica de la precariedad laboral, que afecta especialmente a los científicos jóvenes.

«Es realmente triste ver a gente talentosa, con tanto para entregar al país, estar en condiciones increíblemente precarias de trabajo», lamenta. «Tengo varios amigos científicos brillantes, no solo en Chile sino también en Brasil, que se fueron de Sudamérica y que no pretenden volver, ya que consideran que aquí se limitan sus posibilidades. Y otros que permanecen acá, pero que van viendo minar sus esperanzas de éxito por la falta de opciones, generando un problema que varias veces genera depresión y otros de salud», manifiesta.

Por lo mismo, cree que los movimientos que se han organizado para modificar esta situación son necesarios.

«No existe otra forma, si las personas no se organizan y demandan sus derechos, estos rarísimamente son entregados en una bandeja, sea por desconocimiento del problema por parte de quien toma las decisiones o sencillamente en forma intencional, respondiendo a intereses menos importantes para la sociedad», apunta.

Feminismo

La científica también apoya el movimiento feminista actual, al que califica de «absolutamente necesario».

«No es propio de mujeres radicalizadas, sino patrimonio de la humanidad en su lento proceso evolutivo», asegura. «Necesita de la comprensión y del apoyo de los hombres que están dispuestos a modificar las condiciones de inequidad existentes, que no solamente son grotescas, sino también abundantes», agrega.

Ella confirma que, al igual que otras carreras, y a pesar de que esta realidad está afortunadamente cambiando, en la academia también los cargos importantes son mayoritariamente ocupados por hombres.

«Una foto tremendamente emblemática ha sido noticia este mes: aquella en la que aparecen los integrantes del Consejo de Rectores de Chile, con 26 hombres y 0 mujeres», ejemplifica.

Añade que otros ejemplos «burdos» emanan de un estudio realizado al interior de la Universidad de Chile, que revela que en los 176 años de dicha casa de estudios, el puesto de rector jamás ha sido ocupado por una mujer, apenas un tercio de los representantes del Senado Universitario son mujeres y las brechas salariales por sexo en la Chile reproducen las existentes en el país: las mujeres obtienen en promedio el 80% del salario de los hombres.

«Esto sin ni siquiera entrar en el tema del acoso… En la academia las mujeres vamos aprendiendo a desarrollar estrategias para lidear con el machismo latente, que debería, en vez de esto, ser erradicado», recalca.

Sin embargo, reconoce que ha habido políticas y acciones en pos de corregir tales «aberraciones», en un mundo donde la mitad de la población es femenina.

«El premio de la academia que recibí, por ejemplo, es dedicado exclusivamente a mujeres y lleva el nombre de Adelina Gutiérrez, la primera mujer en integrarse a la Academia Chilena de Ciencias. Fondecyt también ha desarrollado estrategias como la consideración de 2 años extras de currículo para las mujeres que han tenido hijos, lo que ya ha impactado positivamente la proporción de adjudicación femenina en estos proyectos en los últimos años», dice.

Nota: la foto de portada es de David Garrido, gentileza de Prensa UChile 

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