CULTURA
Desmintió así al presidente de la Cámara del Libro, Eduardo Castillo, que había asegurado esta semana que la entidad participaría en el evento. Las negociaciones no llegaron a buen puerto porque «en el documento propuesto por esta institución no quedan plasmados los acuerdos que para nosotros son los mínimos para avanzar hacia una ‘feria de todos'», informó la Asociación.
La Asociación de Editores de Chile informó que no participará como entidad en la próxima edición de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA) 2018, a pesar las recientes declaraciones en ese sentido de Eduardo Castillo, presidente de la Cámara del Libro, que organiza el evento.
«La Asociación de Editores va a participar, eso está conversado. Ellos van, están comprometidos con la Feria», había dicho Castillo, cuestionado por malas prácticas, a este medio en una nota publicada esta semana.
La Cámara se encuentra actualmente cuestionada, no sólo por su escasa representatividad, sino por no permitir la participación equitativas de los otros tres gremios del sector -la Asociación, la Corporación del Libro (que agrupa a las transnacionales) y la Cooperativa de Editores de la Furia (independientes)- en el evento.
El gobierno además ha condicionado su apoyo financiero e institucional a la presencia de todos los gremios en uno de los principales hechos culturales del año.
En un comunicado de este jueves, la Asociación expresó que aunque se intentó llegar a acuerdo, la Cámara no quiso comprometerse por escrito en una «feria para todos». Además indicó que a futuro espera la creación de un directorio o fundación que agrupe de manera colectiva a los involucrados, incluido el gobierno, para la organización del evento.
Para la presente versión sólo han confirmado su participación la Cooperativa. La Corporación también se niega a participar en las actuales condiciones.
Con un presupuesto de unos $600 millones, el Ministerio de Cultura ha condicionado un aporte de $80 millones a un acuerdo entre los cuatro gremios. El respaldo institucional del gobierno además es clave para su legitimación como evento país.
En el comunicado, la Asociación de Editores indicó que que «decidió no participar con un stand colectivo en FILSA 2018. Esto, debido a que creemos necesario trabajar y avanzar, en conjunto con todo el sector vinculado a la lectura y el libro».
«Pensamos que es importante sumarse a la construcción de espacios diversos, inclusivos y participativos, poniendo el interés colectivo como horizonte, lo que permitirá volver a darle sentido y espesor cultural a FILSA», señaló la declaración.
Un participación de todos los involucrados «ayudará también a enfrentar de manera diferente los múltiples desafíos del mundo del libro, que van más allá de esta feria, y en la que es necesaria la participación de todos para avanzar en la construcción de un ecosistema diverso, con equilibrios básicos, para que el libro recupere su base cultural, educativa y liberadora por sobre el carácter comercial como fin único».
«Chile necesita potenciarse como país creador y productor a nivel intelectual, para no seguir condenados a una economía desigual y de exportador primario: a ello aspira la Política Nacional de la Lectura y el Libro».
Para la Asociación, para lograr que FILSA sea una «feria de todos», «es necesario que exista un comité o directorio que ejerza una dirección efectiva en ésta y en el que participe al menos un representante de cada una de las cuatro agrupaciones firmantes de los protocolos anteriores, así como también un representante del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio».
«Esto podría materializarse bajo la forma de una fundación, en la que estemos todos involucrados y, podamos así, lograr una gestión colectiva», asegura.
«Además creemos que para avanzar es necesario que exista transparencia de la información en todos los ámbitos de la organización y resultados del evento; y un trato equitativo para todos los expositores y las editoriales en los diversos aspectos, como los espacios de exhibición, y la programación cultural y comunicacional», dice.
Según la Asociación, a pesar de las negociaciones y de su disposición a firmar un acuerdo, la Cámara no quiso dejar por escrito su compromiso a una mayor participación.
«Hemos estado en conversaciones con la Cámara Chilena del Libro, con el objetivo de firmar un protocolo de acuerdos que deje por escrito un compromiso de trabajo para FILSA 2018 y el futuro. Si bien la Cámara accedió a firmar un protocolo, en el documento propuesto por esta institución no quedan plasmados los acuerdos que para nosotros son los mínimos para avanzar hacia una ‘feria de todos'».
Independientemente de la decisión de Editores de Chile en relación al stand colectivo, esta no imposibilita a las editoriales socias a nuestra agrupación a participar por su cuenta en FILSA 2018, agregó el comunicado.
La Asociación además indicó que centrará sus esfuerzos en la séptima versión de la Primavera del Libro, que se realizará entre el 4 y 7 de octubre de este año en el Parque Bustamante de Santiago.
En esta feria, con entrada gratuita, participan cada año más de 100 editoriales independientes, universitarias y autónomas. La Primavera del Libro es organizada por Editores de Chile con el apoyo de la Municipalidad y la Fundación Cultural de Providencia.
«Hoy, nuestro tiempo y energías están puestos en hacer de este evento una gran festejo del libro y todo su ecosistema», concluyó la declaración.
