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Nuevo Premio Nacional de Ciencias endurece la crítica contra la industria salmonera: “No es sustentable” CULTURA

Nuevo Premio Nacional de Ciencias endurece la crítica contra la industria salmonera: “No es sustentable”

El investigador de la Universidad de Chile conoce de cerca el problema: «Debo confesar que trabajé un tiempo con la industria de salmones, y fue un desencanto, porque primero te presentan el salmón como un pez que viene de la naturaleza, limpio y sano, y no es así (…) las condiciones de explotación del salmón acá son muy distintas de lo que se usa en Estados Unidos, Canadá o Noruega”.


El nuevo Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, el bioquímico y académico de la Universidad de Chile, Romilio Espejo, realizó duras críticas a la industria salmonera y señaló que «no es sustentable».

En una entrevista con el diario «La Discusión» de Chillán, Espejo dijo que «las condiciones de explotación del salmón acá son muy distintas de lo que se usa en Estados Unidos, Canadá o Noruega. Por ejemplo, la concentración de peces en las jaulas es cinco veces superior acá en Chile. Como están tan aglomerados, hay tanta densidad de individuos tan cerca, que se contagian fácilmente, si uno se enferma, contagia a todos los demás».

«Entonces qué es lo que hacen, tiran antibióticos, y están usando una cantidad de antibióticos mil veces más de lo que ocupan en Noruega. Y esto es porque la ley chilena lo permite», remató.

Aunque la introducción de especies exóticas en Chile comenzó en 1850, fue con la dictadura militar (1973-1990) que, con el impulso de un modelo exportador se inicia el cultivo sistemático de especies como el salmón.

Según datos de la industria, actualmente la industria acuícola salmonera chilena es el segundo sector exportador del país, y también el segundo productor de salmones a nivel mundial, después de Noruega.

Un desencantado

Las investigaciones de Espejo «siempre han estado ligadas al mar», pero además conoce el problema de cerca, porque trabajó en el sector salmonero. «Debo confesar que trabajé un tiempo con la industria de salmones, y fue un desencanto, porque primero te presentan el salmón como un pez que viene de la naturaleza, limpio y sano, y no es así», señala.

Al ser consultado sobre un proyecto salmonero que pretende instalarse en Cobquecura, Espejo respondió: «Como estos peces crecen aislados de toda la naturaleza no pueden adquirir las bacterias normales, entonces teníamos un proyecto sobre cómo darles eso para hacerlos más sanos. Pero fui aprendiendo que para producir un kilo de salmón se requieren entre tres y cuatro kilos de pececitos, o sea mejor nos comemos los peces, pero los pececitos chicos no son un negocio, y el salmón sí».

También resaltó los daños que deja la industria en los lugares donde se instala. «Uno es la parte turística, visual, teniendo las jaulas ahí, las bases flotando, eso contamina bastante. Hay lugares en el sur que parecen territorio bombardeado, donde han explotado salmones y después se han ido, y han dejado todas esas cosas tiradas. Es el turismo el que da trabajo, los únicos beneficios serán para los dueños que exploten eso. Apoyo totalmente al movimiento Todos Somos Cobquecura, no puede ser que se instalen salmoneras en su mar».

Espejo es parte de la primera generación de la carrera de Bioquímica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Casa de Bello y ha desarrollado investigaciones postdoctorales en el Instituto Tecnológico Pasadena en California, en la Universidad de California en Riverside y en la Universidad de Alabama.

Es académico e investigador del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos Fernando Mönckeberg Barros (INTA) y miembro de la Academia Chilena de Ciencias del Instituto de Chile desde 2013, y de la Academia Americana de Microbiología desde 1999.

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