Un creciente déficit público durante el gobierno de Rousseff le costó a Brasil el grado de inversión el año pasado, y Temer señaló que su gobierno trabaja para resolver los desequilibrios políticos y fiscales que ocasionaron la rebaja de la calificación crediticia del país.
La confianza en Brasil se está restableciendo y los inversores están regresando mientras el Congreso se prepara para la votación final sobre el juicio político a Dilma Rousseff, dijo el presidente interino Michel Temer en una entrevista con corresponsales extranjeros.
Temer mencionó los US$4.300 millones en inversión extranjera en los sectores de petróleo y energía, así como las emisiones de bonos brasileños de este mes como prueba de un comienzo de recuperación en la mayor economía de América Latina. El juicio político a Rousseff debería concluirse en el Senado el 25 o el 26 de agosto, lo que daría un impulso aún mayor a la confianza de los inversores, agregó.
“El mundo tiene que saber quién es el presidente de Brasil”, dijo Temer en su oficina en el palacio presidencial de Brasilia. “Esta situación de interinato le resta fuerza al Estado brasileño”.
Temer dijo que podría cancelar su participación en la reunión del Grupo de los 20, prevista para el 4 y 5 de septiembre en China, si se posterga la votación sobre el juicio político a Rousseff. Tanto los gobernantes extranjeros como los inversores tienen que saber con quién van a tratar en los dos próximos años, dijo.
Las expectativas de que Temer adopte políticas favorables al mercado y controle un déficit presupuestario casi récord han impulsado un alza de los mercados financieros brasileños desde que reemplazó a la presidenta Dilma Rousseff, suspendida en mayo para someterse a juicio político en el Senado. El Congreso ha aprobado las designaciones de Temer para el banco central, así como las revisiones del objetivo fiscal de este año, lo cual le da mayor margen de maniobra en relación con el gasto.
El índice bursátil Bovespa subió más de 30 por ciento este año, mientras que el real se fortaleció 21 por ciento, más que el resto de las monedas y bolsas del mundo. Los inversores estiman no sólo que Rousseff será destituida, sino que Temer obtendrá la aprobación del Congreso para la reforma constitucional que propone para limitar el gasto público.
Un creciente déficit público durante el gobierno de Rousseff le costó a Brasil el grado de inversión el año pasado, y Temer dijo que su gobierno trabaja para resolver los desequilibrios políticos y fiscales que ocasionaron la rebaja de la calificación crediticia del país.
“Esperamos que con las medidas que se están tomando y el apoyo del Congreso, el gobierno pueda recuperar la credibilidad”, dijo Temer.”Si podemos restablecerla, no es improbable que las agencias calificadoras de riesgo cambien nuestra nota”.
El gobierno planea enviar al Congreso una propuesta de reducción del gasto en pensiones antes de las elecciones municipales de octubre si se logra un acuerdo con los sindicatos, dijo Temer. Agregó que el Congreso podría no votar las reformas de la legislación laboral y el sistema de pensiones hasta el año próximo.
