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El dilema del huevo o la gallina que podría complicar al regulador de Salud por crisis de Masvida Nuevo directorio navega en medio de una tormenta compleja

El dilema del huevo o la gallina que podría complicar al regulador de Salud por crisis de Masvida

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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La Superintendencia de Salud liberó hasta enero pasado poco menos de $60 mil millones de garantías a la isapre, mientras esta les traspasaba a empresas relacionadas algo más de $90 mil millones a través de transacciones informales y de las cuales hoy no existe seguimiento. El actual directorio piensa que el problema del regulador fue haber creído en la antigua administración liderada por Claudio Santander, la misma que pidió liberaciones, con tal de pagar deudas sin afectar sus indicadores de liquidez exigidos por norma. El análisis ex post apunta a que, sin tales liberaciones, la aseguradora hoy tendría mayor holgura para salir de su crisis. El escenario es aún más complicado, considerando que hasta la fecha no existe una oferta real por parte de Nexus.


“Aquí el problema es que la Superintendencia de Salud le creyó al directorio”, dicen cercanos al holding Masvida, respecto de las liberaciones de garantías por casi $60 mil millones a las que, desde enero de 2016 a igual mes de este año, accedió el regulador, con tal de que la isapre pudiera ir pagando sus deudas. Medidas, todas ellas, que habrían buscado evitar precisamente el actual momento por el que atraviesa la aseguradora.

Se trata de un asunto complejo para la actual administración del conglomerado, sobre todo porque el seguimiento del capital que liberó el regulador es inexistente y, lo más importante, es que se echa de menos en las actuales circunstancias que vive Empresas Masvida.

Sin certeza respecto de las reales deudas que acarrea la isapre –toda vez que Nexus las ha cifrado en cerca de $100 mil millones, mientras Southern Cross en torno a $150 mil millones–, el actual directorio navega en medio de una tormenta complicada, considerando que sus acreedores están empezando a exigir lo que se les debe.

Hasta ahora ha habido dos solicitudes de quiebra en Clínica Las Lilas, uno de los principales activos del grupo, además de dos demandas ejecutivas.

Ayer ocurrió el último evento, con la petición de quiebra por parte de la Compañía Prestadora de Servicios Limitada, por deudas que suman poco más de $340 millones y cuyos vencimientos empezaron a gatillarse desde septiembre del año pasado. Si bien, y tal como ocurrió con Tanner Servicios Financieros, Las Lilas llegaría a acuerdo con este acreedor, comprometiendo el pago con las prestaciones que la isapre le adeuda a la clínica, estas solo constituyen soluciones parche.

Es que la búsqueda por una solución definitiva todavía no se avizora, menos aún sin una propuesta concreta por parte de Nexus. Hoy el directorio que sucedió a la malograda gestión que lideró Claudio Santander no tiene una oferta real del fondo estadounidense, la cual debe afinarse en conjunto con el interventor Robert Rivas. La oferta de los norteamericanos por la cartera de la isapre –el principal activo de la aseguradora y que le reporta $32 mil millones por mes en ingresos– consideraba un pago de $10 mil millones, más un préstamo por $35 mil millones, con tal de que el holding cubriera sus pasivos. A cambio, Empresas Masvida se quedaría con el 25% de la nueva isapre, pero mediante acciones prendadas por dicho crédito.

El martes de esta semana debían reunirse ejecutivos del conglomerado con representantes de Nexus para conocer en detalle la propuesta, pero a última hora se canceló el encuentro, ya que Rivas habría exigido cambios a la misma, considerando que no se hacía responsable de la carga financiera del resto del holding.

Es en este contexto que las facilidades que dio el regulador a la antigua administración hacen ruido en la nueva Masvida, y el debate interno apunta precisamente a que, sin esas liberaciones, la isapre podría hacer frente a escenarios de contingencia como el actual, en circunstancias que la propia superintendencia reconoció en oficios que el destino que le estaba dando la aseguradora a sus distintas cuentas por pagar no era claro.

¿El huevo o la gallina?

Estas liberaciones se hicieron por petición de la propia isapre, solicitando que la Superintendencia de Salud la exima de cumplir con garantías exigidas por ley. ¿Qué son las garantías? Son mecanismos que, por regulación, buscan proteger a los distintos prestadores de una isapre –clínicas o médicos–, ante el evento de que esta no pueda pagar.

Tal garantía se entera de dos formas: poner capital proveniente de caja propia o pedirle a un banco una boleta por cuenta de la isapre. En general, las garantías se constituyen en un 80% por boletas de bancos y un 20% en depósitos regulados.

Sin embargo, al compás de las liberaciones que hizo la superintendencia, accediendo a la petición de la isapre, la misma aseguradora traspasó a empresas relacionadas más de $90 mil millones. Así lo reconocía el propio regulador: “El aumento sostenido de las cuentas por cobrar a empresas relacionadas ha significado que a junio de 2016 la isapre ha traspasado a dichas empresas un monto total de M$92.897.991, de los cuales M$13.690.841 fueron traspasados durante el primer semestre de este año”, consignaba un oficio de agosto del año pasado, con el cual el regulador buscaba frenar este traspaso de recursos.

Todas estas cuentas por cobrar llegaron a superar el patrimonio de la isapre, pasando del 121% en diciembre de 2015 al 132% en junio de 2016, de acuerdo a los propios cálculos de la superintendencia.

En el documento en que dicho organismo instruía este freno, concluyó que “la isapre ha traspasado una importante cantidad de fondos a sus empresas relacionadas, incluso en un monto mayor a su patrimonio, careciendo de contratos, pagarés, garantías, formalidades mínimas como montos, tasas de interés, fechas de pago, etc. Destinando dichos montos a cubrir necesidades de flujos de caja de las respectivas sociedades, afectando a la isapre su propia situación de liquidez y tener que pedir préstamos de corto plazo para financiarse”.

Precisamente estos traspasos informales son los que tienen al actual directorio sin claridad en cuanto al uso de dichos recursos, razón por la cual esperan levantar información para saber qué ocurrió, siendo esta una preocupación más para el holding.

Las garantías que liberó el regulador

De enero de 2016 a igual mes de este año, fueron casi $60 mil millones los que liberó la Superintendencia de Salud.

En el primer mes del año pasado, las liberaciones partieron con solo $3 mil millones, pero a la altura de septiembre la cifra alcanzaba los $37.773.044.060, todo esto en circunstancias que el regulador ya conocía la compleja situación de la isapre y que sus balances eran desprolijos respecto a la documentación de sus cobros y deudas. De igual manera, en enero del presente año, liberó otros $20 mil millones, totalizando cerca de $58 mil millones.

Todas, transacciones que pueden conocerse en detalle acá.

Los ingresos de la isapre, el único salvavidas

En este escenario, el comodín que ha encontrado Eduardo Serradilla, gerente general de Clínica Las Lilas, es comprometer el pago de deudas a los acreedores que han pedido su quiebra, a costa de las prestaciones que les adeuda la isapre.

En este escenario, fuentes de la industria creen que Masvida y sus clínicas se acercan mucho a un potencial escenario de integración vertical; sin embargo, el solo hecho de que la deuda de la aseguradora con clínicas obedece a prestaciones y servicios que estas hicieron a afiliados de la isapre, impide que se configure dicha integración.

No así los honorarios que recibió Claudio Santander, como presidente del holding, por parte de la isapre, lo que sí configuraría dicha relación vertical, situación que tiene por estos días a la Superintendencia de Salud trabajando en un procedimiento sancionatorio.

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