Desde el gobierno argumentan que este mecanismo, que se creó en 1984 para formentar el ahorro y la inversión, no se justifica y que se usa para eludir impuestos más que para los fines citados.
Desde que se anunció la reforma tributaria, uno de los temas más debatidos ha sido la eliminación del Fondo de Utilidades Tributarias (FUT). Desde el gobierno argumentan que este mecanismo, que se creó en 1984 para formentar el ahorro y la inversión, no se justifica y que se usa para eludir impuestos más que para los fines citados.
Categóricos, y avalados por otras voces de la Nueva Mayoría, han planteado adicionalmente que no existe en ningún país del mundo. Desde la oposición, en cambio, defienden este instrumento por permitir el desarrollo de las empresas y sugieren perfeccionar el FUT, pero no eliminarlo.
Según un informe de Hermann Consultores, dentro de los países de la Organización Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), existen tres sistemas tributarios sobre la renta: clásico desintegrado; retención de impuestos finales desintegrado y de imputación integrado, donde se encuentra Chile. Además, según el análisis Australia, México y Nueva Zelanda al igual que Chile tienen FUT. “El gobierno ha señalado que Chile es el único país en el mundo que tiene un sistema impositivo con FUT, lo cual es incorrecto porque dentro de la OCDE existen 7 países que tienen un sistema impositivo similar al nuestro y en particular 3 tienen FUT”, señala Jorge Hermann.
Sistema Clásico
La tasa de impuesto que se aplica sobre los ingresos provenientes de las utilidades es una función del tipo de sistema tributario junto con aquellas que se aplican respectivamente a las empresas y personas.
De acuerdo al informe de Hermann Consultores, el sistema clásico apunta a gravar a las empresas por los ingresos de sus utilidades distribuidas a los accionistas y, a la vez, por separado, se le aplica un gravamen a las personas.
Dentro de este mecanismo, por lo tanto, existe una desintegración impositiva entre el gravamen pagado por la empresa y por las personas.
Entre los países de la OCDE que implementan este sistema están Dinamarca, Islandia, Irlanda, Israel, Japón, Eslovenia, España, Suecia, Suiza y Estados Unidos.
Según el economista Jorge Hermann, el principal inconveniente que tiene la aplicación de este método se relaciona con el hecho de que se produce una doble tributación al no estar integrados el pago de impuestos de las compañías con el de las personas, porque las utilidades obtenidas pagan impuestos a nivel de empresa y también a nivel particular.
Para aminorar parcialmente este efecto de doble tributación se utiliza una tasa de impuestos a los ingresos por utilidades menor que el que se aplica a las personas, amortiguando el doble impacto que significa pagar dos veces.
Por ejemplo, en Dinamarca, Israel, Japón y Estados Unidos aplican un método como el descrito que busca disminuir el efecto doble tributación.
Otro de los instrumentos que algunos países, entre ellos Finlandia, Luxemburgo y Turquía, utilizan para amortiguar el efecto de doble tributación consiste en eximir del pago de impuesto a la persona a un cierto porcentaje de las utilidades distribuidas a los accionistas. En el caso de Finlandia, un 70% del ingreso por utilidades es tributado, mientras que en Luxemburgo se le aplica al 50% de las utilidades, mismo porcentaje se aplica en Turquía.
Sistema de retención
Otra dinámica que se observa a nivel de naciones de la OCDE se relaciona con el mecanismo de retención de impuestos finales. Se trata de un sistema desintegrado que consiste en que el gravamen que se aplica sobre los dividendos percibidos por un accionista es retenido por la empresa.
Luego, la compañía debe restarlo del tributo final y retener antes de pagar el dividendo neto para el accionista.
Según explica Hermann, el impuesto se contiene por parte de la firma distribuidora en nombre del accionista y no se paga impuestos adicionales a nivel de los accionistas.
Además, dentro de este esquema tributario, la tasa de impuestos de retención es menor al nivel de los gravámenes que se le aplican a las personas.
Entre las naciones que ocupan esta figura impositiva se cuentan Austria, República Checa, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Hungría, Polonia y Portugal.
El sistema de retención de impuestos finales, al igual que el "clásico" tiene el problema de la doble tributación, la que es aminorada con distintos mecanismos según los métodos que aplica cada país.
Por ejemplo, según detalla el informe de Hermann Consultores, en casos especiales -como Estonia, que no tiene una tasa de impuestos a las empresas-, se grava los dividendos distribuidos, ya que a nivel de los accionistas, todos los ingresos por dividendos son tratados como ingreso tributable.
En Bélgica, mientras tanto, las compañías pueden hacer una deducción contra el impuesto de las empresas basado en el capital de las mismas.
Esto es equivalente a un impuesto al flujo de caja a nivel corporativo. Si las ganancias de las empresas antes de impuestos son igual a la rentabilidad libre de riesgo sobre el capital de la sociedad y así se elimina la doble tributación. La tasa de impuestos a las compañías se ubica en 8,5% y la aquella que se aplica a los dividendos es una equivalente a 25%.
Sistema de imputación
El sistema de imputación es un esquema que aplica los impuestos de las empresas y personas en forma integrada. Es decir, la tasa a pagar sobre los dividendos distribuidos entre los accionistas se ve reducido por el crédito fiscal del pago del tributo que se aplica a las empresas.
"El gravamen sobre las empresas es un pago a cuenta del impuesto sobre los ingresos de la persona, evitando la doble tributación y reduciendo el sesgo hacia el financiamiento con deuda", dice el estudio.
Este método es utilizado en Australia, Canadá, Chile, Corea, México y Nueva Zelanda. Mientras que en el Reino Unido se aplica un sistema de imputación parcial.
Según detalló Hermann, el sistema grava las rentas del capital a nivel de los accionistas según la tasa de impuestos progresivo de las personas, fortaleciendo la equidad del sistema tributario.
Asimismo, los accionistas que enfrentan una tasa de impuesto sobre la renta personal baja (pymes) prefieren recibir los dividendos, mientras que los accionistas que enfrentan una tasa sobre la renta personal más alta preferirán dividendos dependiendo de la diferencia entre la tasa de impuesto sobre la renta de la empresas y personal.
En particular, Australia, México y Nueva Zelanda operan como el sistema chileno donde el impuesto de primera categoría pagado por la empresa se rebaja como crédito, de acuerdo con el mecanismo establecido para la confección del Fondo de Utilidades Tributables, de los Impuestos Global Complementario o Adicional que afecten a los dueños, socios o accionistas de las empresas o sociedades por las utilidades retiradas (en dinero o especies) o por los dividendos distribuidos.
En ese sentido, apunta el informe, las empresas poseen créditos de imputación por el impuesto pagado a nivel corporativo, es decir, estos países también tienen FUT, el cual se conserva en una cuenta de crédito de la empresa y se puede utilizar cuando se hacen distribuciones de dividendos a los accionistas.