Preguntado sobre si el Departamento cooperó o facilitó algún tipo de ayuda a la Agencia Central de Inteligencia para establecer los lugares secretos de detención e interrogatorio en Afganistán o Polonia, el portavoz del organismo Kirby contestó: «no voy a hablar sobre los procesos o procedimientos de otra agencia».
El portavoz del Departamento de Defensa de EE.UU., John Kirby, rechazó que el Pentágono participe en torturas como las reveladas esta semana en un informe del Senado sobre los interrogatorios de la Agencia Nacional de Inteligencia (CIA) a sospechosos de terrorismo.
Preguntado sobre si el Departamento cooperó o facilitó algún tipo de ayuda a la CIA para establecer los lugares secretos de detención e interrogatorio en Afganistán o Polonia, Kirby contestó: «no voy a hablar sobre los procesos o procedimientos de otra agencia».
Aparte de eso, agregó, «el Departamento de Defensa no participa en tortura: no la aprueba, no la realiza», enfatizó el portavoz en una rueda de prensa en el Pentágono.
Kirby rehusó aclarar si en algún momento alguno de los presos acusados de ser sospechosos de terrorismo mencionados en el informe estuvieron en custodia de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Un informe divulgado el pasado martes por el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos señala que la CIA llevó a cabo interrogatorios «más brutales» de lo que admitió tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU. (11-S).
El informe del Senado describe, asimismo, las prácticas de asfixia simulada practicadas al reconocido como cerebro del 11-S, Khalid Shaikh Mohammed, así como a otros detenidos, definidos como «series de ahogamientos» que les producían vómitos.
Entre otras cosas, el texto indica que, con la aprobación del personal médico de la CIA, al menos cinco de los prisioneros fueron sometidos a procedimientos «médicamente innecesarios» de «alimentación rectal» o «hidratación rectal» y otros tantos a baños de hielo.
En tanto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgió a Estados Unidos a que investigue las torturas reveladas en el informe que publicó esta semana el Senado sobre los interrogatorios de la CIA a sospechosos de terrorismo y castigue a los responsables.
En un comunicado emitido en Washington, la CIDH pidió una «investigación completa» para aclarar los hechos, «juzgar y sancionar» a todas las personas bajo su jurisdicción «responsables de actos de tortura u otros tratos o castigos crueles, inhumanos o degradantes».
Asimismo, instó al Gobierno estadounidense a que repare el daño hecho a las víctimas, siguiendo los cánones de las normas internacionales, y se comprometa a tomar medidas para que estas prácticas no vuelvan a repetirse.
En este sentido, señala que el no castigar a los responsables de estos hechos «alienta prácticas que merman el respeto por la integridad y la dignidad humanas».
El Comité de Inteligencia del Senado publicó esta semana un extenso informe en el que recoge sobre el programa que llevó a cabo la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para detener e interrogar a personas sospechosas de actos terroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
«El personal de la CIA, con la ayuda de dos contratistas externos, decidió emprender un programa de detención secreta indefinida y uso de interrogatorios brutales en violación de la legislación estadounidense, nuestras obligaciones según diversos tratados y nuestros valores», indicó la presidenta del comité, la senadora Dianne Feinstein.
De acuerdo con el informe, las llamadas «técnicas de interrogación mejoradas» incluyeron ahogamientos simulados, golpes, azotar a los detenidos contra un muro, privación del sueño y desnudez.
También se sometió a los detenidos a alimentación rectal sin necesidad médica documentada, a baños en hielo, amenazas de muerte contra ellos mismos y amenazas de matar o atacar sexualmente a sus familiares.