
El Tribunal Electoral de Nicaragua entregó al presidente Daniel Ortega el control total del Parlamento al despojar a los diputados de la oposición de sus escaños.
De esta forma, el jefe de Estado nicaragüense consolida todo el poder en su figura e impone en el país centroamericano un régimen de partido hegemónico.
La resolución fue aprobada por un fallo unánime y ordenó a los diputados que fueron electos en 2011 por el Partido Liberal Independiente (PLI) dejar sus cargos.
Cabe destacar que el 8 de junio la Corte Suprema despojó al líder opositor Eduardo Montealegre de la representación legal del partido, por lo que el conglomerado no puede participar en las elecciones de noviembre.