Señor Director:
Día a día, las personas comunes y corrientes, que viven de un modesto ingreso mensual, despliegan enormes esfuerzos y trabajan con gran sacrificio, para mejorar su estándar de vida y el de sus familias. Es por ello que muchas veces se privan de lo esencial, para acceder a un crédito, satisfaciendo las necesidades de sus seres queridos. Por otra parte existen innumerables instituciones de beneficencia que trabajan con denuedo, para conseguir los recursos necesarios y de esta manera devolver a la sociedad personas íntegras y cabales.
Contrasta con lo anterior, cuando un grupete de facinerosos, maquinan con antelación y sin pudor, la manera más eficiente de enriquecerse, despojando sin escrúpulos y con la mayor de las ambiciones, a los que sostienen -en el fondo- con sus recursos económicos crediticios, a las grandes empresas del retail.
Este tipo de gente, que se dice empresario, no debe ir a la cárcel y para ello el Código Penal debiera implementar, en lugar de privación de libertad, donde todas las personas debemos mantenerlos con nuestros impuestos y una vez comprobado el delito, la incautación de todos sus bienes, para resarcir el daño económico causado, a las personas que con confianza y esperanza, depositaron en estos mercados sus sueños e ilusiones.
Si estos bienes no alcanzaran para indemnizar el daño ocasionado, deberían hacerlo hasta extinguir la deuda, con el 50% de su trabajo personal.
Padre Nicolás Vial
Presidente de la Fundación Paternitas