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Educación con excelencia: a propósito de «Admisión Justa» Opinión

Educación con excelencia: a propósito de «Admisión Justa»

Gustavo Soto
Por : Gustavo Soto Rector de la Universidad Arturo Prat
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Hagamos de Chile un país no solo de establecimientos “de excelencia” y avancemos hacia una educación con excelencia. Educación con educación. Desde la base del proceso. Haciendo hincapié en la formación que se les brinda a los niños y jóvenes en sus respectivos colegios, y no únicamente centrados en el resultado de una prueba de selección.


El Gobierno envió al Congreso el proyecto de ley Admisión Justa que, según explicó, es el debate que había quedado pendiente respecto de la Ley de Inclusión Escolar, que fue aprobada durante la administración anterior.

La iniciativa busca, en síntesis, reponer la selección de alumnos mediante pruebas para los establecimientos de alta exigencia académica. Esta situación instala nuevamente el debate público en torno al tema base de nuestro actual sistema: la calidad de la educación que se imparte en nuestro país, independientemente del origen, forma o incluso la ubicación geográfica de los respectivos establecimientos educacionales.

Esta discusión, más allá de las posturas a favor o en contra de la normativa legal en cuestión, necesariamente nos debe llevar a un análisis mucho más profundo del que se ha planteado hasta ahora, pues, durante los últimos años, ningún Gobierno ha abordado la problemática con todas sus aristas sobre la mesa.

Si los alumnos y sus familias debieran –o no– someterse a un sistema de selección, sigue siendo el síntoma de que quizás el sistema educacional imperante requiere de manera urgente un cambio radical en su origen.

En septiembre del año pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer un estudio sobre la educación chilena, que arrojó como conclusión que “es necesario redoblar los esfuerzos para mejorar la equidad en la educación”.

La investigación, además, recalca por una parte que se debe “elevar el número de estudiantes que concluyen el nivel medio superior” y, unido a lo anterior, sugiere que “se debe desarrollar una visión más integral (…) invertir desde el principio y minimizar las brechas de aprendizaje en los primeros años”. Elocuente.

En este sentido, debe tomar mucha relevancia la formación inicial de los profesores en las carreras de pedagogía, donde los futuros docentes deben recibir el apoyo necesario desde el Estado, sobre todo en las universidades de regiones, que tienen en esta instancia un mecanismo para equiparar el acceso a la formación profesional.

Esta debiera ser una de las bases para, de una vez por todas, comenzar a hacernos cargo de los cambios que se deben implementar en un sistema de educación que requiere con urgencia de una actualización, conforme a las nuevas realidades que vive el país y a las exigencias de aprendizaje que las nuevas tecnologías plantean a nivel mundial a las nuevas generaciones.

Según el último proceso de admisión escolar a nivel nacional, conocido como «la tómbola» (que se aplicó hace unas semanas), hubo alrededor de 290 mil postulaciones que fueron ingresadas al sistema y sometidas a un sorteo. En ellas, el 82 por ciento de los alumnos logró un cupo en alguno de los colegios de su preferencia, entre los que apenas el 59 por ciento lo hizo en su primera opción.

En consecuencia, existe un 18 por ciento de niños que, de acuerdo a este sistema aleatorio, no fueron admitidos en un establecimiento, siendo la mayoría de ellos parte de los grupos más vulnerables del país y de los cuales el sistema debe hacerse cargo.

Ellos son la muestra más clara de que no podemos dejar que el sistema educacional siga operando de esta forma. De hecho, es también en estos menores donde se deberían centrar todos los esfuerzos para comenzar a avanzar hacia una verdadera equidad y dignidad para hacer Educación.

Hagamos de Chile un país no solo de establecimientos “de excelencia” y avancemos hacia una educación con excelencia. Educación con educación. Desde la base del proceso. Haciendo hincapié en la formación que se les brinda a los niños y jóvenes en sus respectivos colegios, y no únicamente centrados en el resultado de una prueba de selección.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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