Acoger a niños infectados con el virus VIH es lo que, desde hace 16 años, viene haciendo la Fundación Santa Clara.
Para la religiosa Nora Valencia, presidenta de la fundación, la tarea que realizan debe ir siempre de la mano con la educación. No sólo para los niños, sino también para toda la sociedad.
“No sacamos nada con preparar a nuestros niños y decirles que son iguales al resto, si la sociedad los va a discriminar. Es ella la que a veces no está preparada para recibir a nuestros niños”, dijo en el programa SDA Entrevistas de El Mostrador TV.
En Chile hoy existen 300 niños, que han sido notificados, viviendo con la enfermedad, pero detrás de cada uno de ellos, hay cinco o seis que viven con VIH y nadie lo sabe.
“Desgraciadamente esto va en aumento, y no podemos engañarnos diciendo bueno, estamos mejor que en otros países. En Chile podemos hacer mucho más todavía Si bien existe un protocolo para las madres embarazadas, seguimos teniendo niños que nacen vía transmisión vertical (cuando la madre la transmite la enfermedad al hijo)”, reconoció la hermana Nora.
En la casa de acogida, los niños de hasta 16 años, reciben las herramientas que les permitirán tener una mejor calidad de vida y la posibilidad de reinserción familiar. “El temor más grande de ellos es el de quedarse solos”,comentó la religiosa.
Por eso, no escatiman en esfuerzos para que los niños puedan asumir sus diagnósticos de la mejor manera posible. Mucho cariño, orientación sicológica, rigurosidad en los tratamientos y diferentes tipos de talleres, forman la base de trabajo de la fundación. “Desde los más chicos se les enseña a conocer su cuerpo, el tema del auto cuidado es muy importante”, señaló.
La auto-responsabilidad sexual es un tema que tampoco dejan de lado, ya que de acuerdo a la superiora “cuando uno tiene niños que viven con una condición especial, como son nuestros niños, no se puede cerrar los ojos a la realidad. Ellos son personas que sienten como cualquier otro joven, tienen un proyecto de vida, se ven con hijos, casados, y no se puede estar ajena a esa proyección que tienen. La misión nuestra es que se enfrenten a eso lo mejor preparados posibles”, concluyó la religiosa.