«Es una cuestión de justicia y una política inteligente. Incluir a las mujeres implica mejorar la calidad de la democracia, la calidad de vida, la sociedad del bienestar y también la creación de riqueza», sostuvo la ex Presidenta.
La directora ejecutiva de ONU-Mujeres y ex Presidenta, Michelle Bachelet, dijo hoy que «sobran motivos» para trabajar por la igualdad de género en el mundo, pero apostilló que lo que faltan son «manos, fuerzas y voluntades».
Bachelet pronunció estas palabras durante un almuerzo-conferencia que pronunció en un hotel madrileño dentro del Nueva Economía Fórum, en el que estuvo acompañada por el embajador de Chile en España, Sergio Romero.
La secretaria general adjunta de la ONU destacó su firme compromiso de trabajar por la igualdad de género, por la inclusión y la participación de la mujer en todos los ámbitos de poder y por conseguir una «vida sin violencia» y «sin abusos» para ellas.
«Trabajando por la paz, la justicia y los derechos humanos es posible tener y hacer mejores sociedades», matizó.
Bachelet apostó por que la igualdad de género sea una política de Estado, que requiera de un gran consenso entre las fuerzas políticas y un cambio en la estructura de las sociedades.
En este sentido, la ex presidenta aseguró que, aunque ya hay un camino abierto para la igualdad de las mujeres, aún queda mucho trabajo por hacer.
Presentada por la ministra española de Sanidad, Leire Pajín, y ante otros miembros del Gobierno español, la política chilena subrayó la importancia de que las mujeres reclamen su derecho a ser «las protagonistas de sus vidas».
Como ejemplo citó los países árabes, en los que las mujeres «han salido a la calle y han sido parte del proceso» reclamando mayores libertades, mayor ciudadanía y por la justicia social.
Explicó que ONU-Mujeres trabaja con asociaciones de mujeres de todos los países con el objetivo de convertir a la mujer en «ciudadano de primera categoría».
Para Bachelet existen cinco prioridades para los próximos años: mayor poder para la mujer (empoderamiento), apoyar su liderazgo y participación política, la erradicación de la violencia, proteger a las mujeres de países en conflicto y asegurar que en esos países sean «constructoras de paz» y puedan reconducir sus naciones.
«Es una cuestión de justicia y una política inteligente. Incluir a las mujeres implica mejorar la calidad de la democracia, la calidad de vida, la sociedad del bienestar y también la creación de riqueza», agregó Bachelet.
Luchar por la igualdad de derechos, continuó, es «esencial para los derechos humanos pero también una elección inteligente para el desarrollo de una democracia más representativa».
