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Por qué los rectores desconfían de Lavín

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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El diálogo entre las autoridades de los planteles y el titular de la cartera avanza reunión tras reunión. ¿El objetivo? Establecer puntos que logren dar un impulso histórico a la enseñanza universitaria. Sin embargo, hay factores ineludibles en la distancia: la cercanía del ministro con la educación privada, el tema del lucro en la nebulosa, la necesidad de realizar una inyección importante de recursos y hacerlos partícipes de una reforma de la que ellos se enteraron por televisión.


La imagen de ayer no sólo fue ésta: 20 mil estudiantes coordinados en la calle. Con ellos también estaban el rector de la USACH, Juan Manuel Zolezzi e incluso el apoyo escrito del rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, quien expresó que «los estudiantes de la Confech tienen mi apoyo y solidaridad, y comparto plenamente el espíritu de la actividad de este miércoles”.

La unión de estudiantes y rectores no es casual. Aunque han existido reuniones entre los miembros del Consejo de Rectores (Cruch) –organismo que agrupa a las veinticinco universidades tradicionales más prestigiosas del país– y el ministro de Educación Joaquín Lavín, existe una tensión que marca un hito en los últimos años en materia de educación superior. La puerta la abrió el propio presidente Piñera, en noviembre del año pasado, cuando anunció un proyecto de ley con la “gran reforma a la educación chilena”. Un proceso que las máximas autoridades miran como una oportunidad, pero también con desconfianza.

En medio de las manifestaciones de ayer, la presidenta de la FECh, Camila Vallejo, acusó al ministro Joaquín Lavín de “negarse a dialogar cuando se trata de regular el sistema privado”.

Es la misma sensación que se comenta al interior del Cruch. Jaime Retamal, jefe de Carreras del Departamento de Educación de la USACH, dice que la molestia fundamental se debe a la “poca capacidad de diálogo que tienen las autoridades con las instituciones públicas. Hay una especie de nudo gordiano en la relación que hay entre los rectores y la institucionalidad del Ministerio de Educación y ese nudo es peligroso porque lleva a los rectores a tomar medidas como la de hoy (ayer), que salen a las marchas a la calle y se integran a movimientos sociales cuando lo que debería pasar es que estuvieran sentados a una mesa, resolviendo sobre la educación superior”.

Una fuente cercana al Cruch cuenta que la molestia de los rectores se inició al mismo tiempo que el anuncio del presidente Piñera en 2010. “Nos enteramos a través de la prensa que se produciría una gran reforma y no hubo una trabajo conjunto para elaborar ese conjunto de supuestas reformas. Tampoco fue bien visto que cuando ya se dieron a conocer las medidas éstas no se veían como una reforma coherente, bien relacionadas entre unas y otras”.

[cita]La educación superior en Chile alcanza un 0,3% del PIB. Esto llega a cerca del 2% con el aporte de las familias que pagan por ella. Ese es el punto principal que los rectores quieren poner sobre la mesa, sobre todo aprovechando la posición de Chile en la OCDE y también el buen momento económico del país que el mismo gobierno se ha encargado de destacar.[/cita]

El vínculo de Joaquín Lavín con la Universidad del Desarrollo y su cercanía con este tipo de planteles también generan urticaria: “Hay desconfianza con el ministro. Pesa que tenga que ver con el mundo privado y que pretenda tratar a todas las universidades por igual. Eso no tiene justificación alguna. Hay algunas que están haciendo trabajo de investigación, que tienen mayor complejidad, que tienen académicos de alto nivel”, señala la misma fuente.

Llegó el momento

La educación superior en Chile alcanza un 0,3% del PIB. Esto llega a cerca del 2% con el aporte de las familias que pagan por ella. Ese es el punto principal que los rectores quieren poner sobre la mesa, sobre todo aprovechando la posición de Chile en la OCDE y también el buen momento económico del país que el mismo gobierno se ha encargado de destacar. El financiamiento será el gran debate. “La idea es aumentar becas, por ejemplo, que la Universidad de Chile tenga que cobrar aranceles y aumentar los aranceles es una necesidad. La idea es poder cobrar una cifra razonable, que esté al alcance de las familias y el resto sea aportado por el Estado. Debemos tener más becas, ayudas estudiantiles, mayor apoyo también para las universidades regionales para que no todos se vengan a Santiago buscando a las mejores y ellos también reciban educación de calidad”, suma datos Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Entre los 12 puntos propuestos por el Ministerio de Educación está establecer un fondo para equipamiento científico, entregar más becas para educación técnico-profesional (aumentar cantidad y montos), el ingreso a la universidad no sólo por PSU, sino por ranking de notas en colegios y el financiamiento a instituciones (modificaciones al Aporte Fiscal Indirecto, AFI).

El rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi (al centro), participa en la marcha convocada por la Confech junto al presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, y la dirigente de la FECh Camila Vallejo.

El rector de la Usach, Juan Manuel Zolezzi (al centro), participa en la marcha convocada por la Confech junto al presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, y la dirigente de la FECh Camila Vallejo.

Es justamente este último punto el que no logra cuajar. “Hemos recibido una propuesta en que el AFI incorpora ranking y que sea portable en un vaucher a los estudiantes. Estamos de acuerdo en que se incorpore el ranking en un porcentaje a conversar –se está hablando de un 20% ranking-  80% PSU–, va en esa dirección, pero cuando se nos dice que se entregue el voucher para mejorar la capacidad de negociación del estudiante nosotros no estamos de acuerdo y punto. Eso significa privatizar y mercantilizar aún más el sistema de educación superior. Las universidades son instituciones serias, responsables, no es el boliche de la esquina donde el estudiante es un cliente que venga a negociar”, señala Víctor Pérez y se pregunta: “¿A negociar qué, una cajita feliz? No pues, el tema es serio.

Aunque no hay duda en que todos los actores desean que prime el diálogo, Zolezzi –también presidente del consorcio de universidades estatales– apunta justamente a las carencias de éste: “Recién hace 15 días (Lavín) planteó los puntos que le interesan de la reforma, pero no nos ha preguntado cuáles son los puntos que nos interesan a nosotros. En algunos se parecen, pero en otros, queremos más profundidad, fortalecimiento de la educación pública. Hay que hacer algo más en el financiamiento de la oferta. No hay una conexión en las propuestas del ministro entre ciencia, tecnología, innovación  y lo que es la educación y formación de capital humano; y es un país que por todos los indicadores que uno mira tiene recursos. Si no la invierte en educación, vamos a perder una oportunidad histórica”, dispara.

En las próximas dos semanas se realizarán dos reuniones entre el ministro Lavín y el comité ejecutivo del Cruch –una especie de comité político que reúne a 7 universidades entre ellas la Chile, Católica y Usach. Luego de estas citas se incluirá en el debate al resto de los rectores que conforman el consejo.

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