Según el presidente del directorio de la Fundación Educación 2020 países como Alemania, Dinamarca o Noruega pueden tener gratuidad porque la carga tributaria es del 40 %, mientras en Chile, ésta es de apenas 20%. «Educación 2020 no está de acuerdo en que se entregue gratuidad a todos los niveles educativos», aseguró el experto.
«Técnicamente y financieramente no es posible dar gratuidad a todos, pero sí gratuidad para los tres quintiles más pobres, el 60 % más pobre del país». Así lo sostuvo el presidente del directorio de la Fundación Educación 2020, Mario Waissbluth, al comentar la demanda estudiantil por la gratuidad.
Waissbluth, quien este miércoles presentó a la precandidata Michelle Bachelet, en una reunión en su comando, sus 26 propuestas para mejorar la calidad de la enseñanza en el país, precisó que «Alemania, Dinamarca o Noruega, algunos de esos países, hay gratuidad en educación desde la sala cuna, no hasta la educación universitaria, sino que hasta el doctorado, pero con un detalle, es que la carga tributaria en esos países es del 40 % y Chile tiene aproximadamente 20 %».
En Chile, dijo, «tenemos una carga tributaria enormemente baja, y un país no puede subir su carga tributaria de un 20 a un 40 por ciento de un día para otro, porque se demuele la economía (…) va a tener que haber una reforma tributaria, pero no puede ser una reforma de una envergadura tan drástica que altere los equilibrios macroeconómicos del país. Por lo tanto, aquí uno va a tener que priorizar, no puede resolver todos los problemas de la sociedad chilena de un golpe».
«Y nosotros tenemos una primera prioridad, que fue mencionada por la precandidata presidencial, Michelle Bachelet: el preescolar. La segunda prioridad es la gratuidad en la educación general», indicó el experto.
«Estamos proponiendo que vayamos abandonando el financiamiento compartido en la educación escolar porque es una cuestión segregadora, eso cuesta 500 millones de dólares al año. La tercera prioridad es la educación técnica, los liceos técnicos y la educación técnica profesional, y una vez que hayamos logrado eso como país, podremos pensar en gratuidad en los niveles más ricos de la sociedad. Por lo tanto, ‘Educación 2020’ no está de acuerdo en que se entregue gratuidad a todos los niveles educativos. Estaríamos felices, es un sueño a lograr, pero tenemos que ser responsables con propuestas que sean técnica y financieramente posibles», señaló Waissbluth.
«La propuesta que hemos planteado presupone un aumento gradual del gasto público en educación, adicional de lo que ya hemos aumentado, de 5.700 millones de dólares por año a partir 2014. De aquí al 2020, eso implica suponiendo un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 4 % al año. Significa que tendríamos que necesitar en algún momento de este período de una reforma de 1,5 puntos del PIB sólo para esto. Dar gratuidad a los dos quintiles más ricos en educación superior serían aproximadamente otros 3 mil millones de dólares y sinceramente tenemos 3 mil jardines infantiles antes que eso», concluyó.
