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Méndez por eventual arreglo en casos de corrupción: «La justicia tiene que seguir adelante, no hay espacio para acuerdos de ningún tipo» Ante crisis de «legitimidad» a causa de casos Penta, Caval y SQM

Méndez por eventual arreglo en casos de corrupción: «La justicia tiene que seguir adelante, no hay espacio para acuerdos de ningún tipo»

El director de Adimark dijo que los resultados de la encuesta conocida este miércoles son síntoma de un problema que cruza a toda la clase política y que dañó la imagen de la Presidenta de la República. Y descartó de plano que pueda repetirse un escenario como el que alcanzó la administración del ex presidente Lagos con la oposición en 2003, en medio de la crisis por el caso MOP-Gate.


«No está el horno para bollos», dijo tajante el presidente de Adimark, Roberto Méndez, sobre la eventualidad de que el gobierno impulse un acuerdo político para superar la crisis de legitimidad que cruza a toda la clase política a consecuencia de los casos Penta, Caval y SQM. Y menos ahora, después de conocerse los resultados de la encuesta de su propia consultora, correspondientes al mes de marzo, que muestran el daño que ha experimentado la propia Presidenta Michelle Bachelet.

«Lo que la encuesta nos está diciendo es que la clase política, el Gobierno, las coaliciones, carecen hoy de legitimidad suficiente para procurar un acuerdo de ese tipo. Un acuerdo como el del año 2003 hoy día no es viable. No veo cómo podría construirse un acuerdo de ese tipo. No está el horno para bollos», dijo a CNN Chile, al recordar el pacto al que llegó el Gobierno de Ricardo Lagos con la derecha en medio de la crisis del caso MOP-Gate y cuya escena iconográfica es el apretón de manos del ex Mandatario con el otrora senador y ex timonel de la UDI Pablo Longueira.

Méndez afirmó que «la justicia tiene que seguir adelante y no hay espacio para acuerdos de ningún tipo, mucho menos si huele a arreglín».

Sobre la caída de Bachelet en el sondeo, donde aparece con un escaso 31%, que constituye su peor aprobación histórica, Méndez dijo que el caso Caval configuró un clima nuevo y adverso para la Mandataria, que se suma y entremezcla con los casos Penta y Soquimich.

«El caso Caval ha sido clave para explicar esta caída. La presidenta venía bajando hacia fines del año pasado. Pero a partir de febrero cuando explota el caso Caval, esto se acelera y llega a este nivel, que bueno, es el más malo del gobierno, pero también es el más malo incluso comparado con su primer gobierno, pero ahí llegó a 35% y hoy llegó a 31%. La causa claramente está en este tema político que se ha producido», sostuvo.

Agregó que «por primera vez vemos un problema nuevo, distinto. Y es que no solamente ha caído el Gobierno o las áreas de gestión, sino que la propia Presidenta. Su imagen personal se ve dañada. La característica de este caso es que por primera vez afecta a su familia y, al final del día, su credibilidad y su confianza».

Méndez cree, sin embargo, que no es una situación irreversible, pero que no se remediará si el Ejecutivo mantiene una actitud pasiva.

«El Gobierno puede recuperarse, la Presidenta puede recuperarse, es posible. Ocurrió en el año 2007, donde no sólo se recuperó sino que terminó su Gobierno con un 80% de aprobación. Eso es posible, pero lo que no se puede hacer es funcionar como si aquí no pasara nada. Hoy resulta absolutamente ilusorio que el Gobierno pueda seguir gobernando, seguir mandando proyectos de ley, desarrollando un programa y hacer como si este problema no existiera».

Finalmente, considera que pese a su desgaste personal, Bachelet «conserva unos niveles de liderazgo y de aprecio importante. Hay un remanente de capital de imagen todavía importante. Más de 50% de los chilenos le tiene respeto, eso no es menor. Ella tiene suficiente capital político para revertir esto. Pero tiene que enfrentarlo muy decididamente. Por eso creo que es el momento de una propuesta distinta, probablemente un cambio de gabinete, mostrar una voluntad de cambiar el escenario».

Y remató: «El Gobierno no ha hecho nada: esperar que las cosas se desarrollen, que los tribunales decidan… eso no es estrategia».

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